Espejo del cielo

Leonardo de León

Con ojos de aire denso,
arranqué del cielo la cúpula celeste
para posarla en el mar bullicioso
en espera de péndulo.

Uní claridad con aventura y supe
que el mar siempre fue cielo en movimiento;
espejo dinámico de la quietud,
reproductor atroz de monótonas alturas.

Vi al águila planear en el aire
y a su reflejo ahogarse en el agua.
Castigué así a las nubes que,
como el astro ardiente que suelen ocultar,
se revolvían en rabia serena, y confundían sus auxilios
con difusos alaridos de espuma.

Leonardo de León
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