Peleas a diario

 
Nos conocíamos de niños; se llamaba Julio A., le decían el Negro Julio aunque era una mulato y su hermana de nombre Orfilia era una gran animadora de los centros nocturnos de Montevideo y muy conocida como la Negra Orfilia, aunque como su hermano era mulata bastante clara y con facciones de blanca. 
El Negro Julio se hizo mocito y se volvió un poco bebedor y pendenciero y rufián. Su paso por el Bajo fue muy breve, por lo tanto no puede ser recordado fácilmente. Tuvo muchos incidentes porque su especialidad de vivo era tener un diario arrollado en su mano derecha y golpear con el mismo en la cabeza de las personas haciendo antes movimientos cómicos de esgrimista. 
Ese diario famoso bien apretado y golpeando en la cabeza era una broma poco agradable y dolorosa, que algunas veces terminaba en pugilato. 
Como cliente del negocio no convenía; hacia su gasto diario de alcohol, pero sus incidentes eran muy seguidos, aunque él sabía escabullirse cuando tenía que intervenir la policía. 
Muchas veces le aconsejé que se moderara con ese diario famoso que un día le iba a traer graves consecuencias; lo mismo siguió con su broma pesada. Un día le dije: Julio, vas a morir con el diario en la mano. 
Una noche subió a un tranvía en la avenida General Flores, y yo no sé si tenía amistad con el guarda, pero lo que se supo es que esgrimiendo su arma de papel, golpeó al guarda en la cabeza. Cayó muerto en la plataforma del tranvía con un puñal clavado en el vientre y su trágico diario trágico en la mano derecha. Desgraciadamente se habían cumplido mis presagios.

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