Mentimos muchas veces,
en voz baja para no herir
y con dulzura la
cambiamos por la luz.
A veces cuando un corazón se abre
el otro tiene frío,
y además amor
tu corres como un niño
dejas tu sonrisa en el azul del cielo
y acaricias los ángeles enfermos,
los libros donde aprendías
las cenizas del tiempo.
Lejanos están los árboles que
nos daban sombra
dentro mío ya
no queda más que un juguete
que me hace dormir
sobre mi almohada.

Mar. del Rosario Chiodi

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