El tiempo
Josefina Camacho

En un pueblo del interior, viven dos ancianos que se la pasan todo el día jugando al truco (juego de cartas).

Don Zoilo el más veterano tiene unos bigotes tan pero tan anchos que casi le cubren la cara. Usa un sombrero grande descolorido por el tiempo y no se lo quita ni para comer, creo que hasta duerme con él puesto.

En el cuello un pañuelo blanco símbolo de que siempre desde pequeño simpatizó con los blancos grupo político de su familia .Decía siempre-mi bisabuelo luchó por ese partido , desde entonces la familia no lo podía traicionar.

-Yo nací blanco y voy a morir blanco ¡sí señor!

El otro que era muy pícaro le decía -¿diga don, en su casa no hay espejo? porque don Zoilo era bastante morocho.

Los ojos de don Zoilo grandes como plato, nariz achatada labios gruesos perfectas facciones de negro, herencia de su abuelo paterno, él era mezcla .Al reír mostraba una dentadura blanca y pareja que producía la envidia de muchos.

Jugaba al truco como el mejor, nadie le pudo ganar un partido hasta dormido jugaba creo.

Ninguno quería ser su contrario pues era fija que perdía.

En el boliche El Turco, se llama así porque el dueño es un turco grande como un rancho y recto que no hay peligro de que ahí haya problemas.

Don Zoilo va allí por las mañanas hasta el medio día porque el turco cierra.

Pero en la tarde es el primero en llegar y hasta la media noche que es cuando cierra no se va.

La señora de don Zoilo es una gordita petiza y muy fea pero tan fea que cuando nació, le partera se desmayó.

No le alcanza con ser fea que es mala, pero mala como una araña mala..Él pobre le tiene miedo y trata de no estar en la casa, según comentan los vecinos creo que hasta le pega.

No es por nada ¿no? Pero según dicen el que tiene buena suerte en el juego le va mal en el amor, ahí cerca está la prueba.

En cambio el amigo, es solterón como se dice cuando alguien no se casó jamás 

Don Pablo, es bajito gordo, rubio y no tiene un pelo en su cabeza la que cubre con una boina de vasco

Toca muy bien la guitarra y es quien alegra con su música las fiestas del pago.

Tiene unos ojitos pícaros, de un celeste que fueron en su .juventud, el sueño de muchas mozas casamenteras.

Dice siempre,-las mujeres son todas muy bellas y sin ellas el hombre no vive, pero no me casé porque de ver la vida del pobre Zoilo, que no es dueño de salir de su casa sin que le armen un lío.

-Uno está bien así como dice el refrán (el buey sólo bien se lame) y es verdad nadie le dice nada a uno.

Le tengo lástima a Zoilo, pobre negro es buenazo el único defecto que tiene es que es blanco, lo peor que no sabe porqué.

Mirar a don Pablo da tentación, porque como dije antes no tiene un pelo y usa un peine en el bolsillo de la camisa

Le gusta el vino tinto y siempre juega por la copa, aunque cuando juega con don Zoilo no gana una.

También le gusta la pesca y todos los domingos sale con su caña con proyectos de pescar mucho aunque es poco lo que sale…

Cuando está melancólico lleva la guitarra al boliche del turco y allí saca las canciones más tristes que puedan escuchar.

Sus claros ojos lagrimean y le quedan enrojecidos de la angustia, ahí se le va la sonrisa por un rato.

Habla mientras acaricia las cuerdas piensa en los años de juventud, cuando salían con Zoilo.

Guapos, jóvenes, con aroma a perfume barato que le prestaba el amigo.

Para tener buen aspecto con las muchachas, decía Zoilo a ellas les gustan los muchachos olorosos…

Pobre amigo, así le fue con ese perfume hediondo se metió con esa mujer horrible y mala que lo mortifica.

Pero por más que nos hizo la guerra no dejamos de ser amigos, hace años que nos conocemos desde muchachos.

Zoilo era un negrito gracioso y alegre, muy presumido, siempre con su pañuelito blanco en el cuello y sombrero aludo.

En ese entonces usaba un bigote finito que no se afeitó jamás, para hacer enojar a la mujer.

Le gustaba bailar pero desde que se casó se acabó todo para él.

¡Tiempos lindos aquellos¡ añoro todo lo que fue, ya no somos esos mozos guapos y alegres, no señor

Aquellos carnavales, con sus máscaras alegres he ingenuas, papelitos, serpentinas carrozas adornadas.

El tiempo se llevó todo, lo lindo y lo feo es cosa hermosa recordar lo que vivimos.

Cuando miro mi cabeza, que tenía tan linda cabellera rubia, enrulada era mi orgullo y el placer de las muchachas,

Pero el tiempo que castiga a todos, quitándonos hasta a los seres queridos, me dejó sin mi linda cabellera.

Sólo me quedó de recuerdo éste peine, dice mostrando el peine que usa en el bolsillo de la camisa.

Me consuela que el tiempo, así como nos quita, nos da. Sí, porque con el paso del tiempo aprendí a tocar mejor mi guitarra mi compañera..

En las noches de luna me siento con mi guitarra y suelo componer canciones melancólicas y románticas.

No pierdo la esperanza de que se puedan escuchar en todos lados, el tiempo puede que me de la sorpresa tiempo al tiempo.

El juego está bueno en estos momentos como cosa rara va perdiendo don Zoilo que entusiasmado con la charla de su amigo ha hecho unos cortes malos. 

Dice don Pablo – amigo me parece que me voy a ganar un vinito es cosa de tiempo. 

Contesta don Zoilo,-puede ser que con el tiempo aprenda a jugar…..

Y si, el tiempo dirá.

Josefina Camacho

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