Paraíso en riesgo
Ángela Cáceres

Inocultables signos. Quienes con mirada larga y sabiduría anunciaron a los aborígenes de este continente del Sur que habría sufrimientos, humillaciones y depredación...también predijeron que, pasados quinientos años, todo se daría vuelta. Daría comienzo el “pachacuti”.  Y está claro que ha despuntado. Unos cuantos, nuevos gobiernos de nuestra América latina, levantados por una clarísima y potente voluntad popular, nos están haciendo vislumbrar la realización del sueño de Bolívar. Una revolución donde aquellos que nacieron de las entrañas de la Pacha Mama tendrán el lugar que por justicia les corresponde. Hugo Chávez a la cabeza, ya en un nuevo período de presidencia en Venezuela y tan próximo al ideal y al corazón de Fidel Castro, Evo Morales firme en Bolivia, dispuesto a defender y preservar para su pueblo los recursos naturales de su tierra, Ortega en Nicaragua, el presidente Correa en Ecuador, Lula reelecto en Brasil, Michel Bachelet en Chile, todos con sus proyectos de nacionalización, de recuperación de empresas que siempre debieron permanecer en posesión de sus estados, con grandes disposiciones y aperturas hacia un agiornado socialismo. De manera que estamos hablando ya de reformas agrarias, de respeto a los campesinos, de dignificación  a los autóctonos relegados por todos aquellos regímenes de gobierno entregados de pies y manos y con complacencia a los imperios del norte. Imperios con larga tradición de intriga, conspiración y rapiña. Enhorabuena. Habría que agregar el nombre del primer mandatario de Argentina, Néstor Kirschner con una inocultable y hábil disposición integradora  pero quizá con más énfasis en la reflexiva observación cuando se vislumbra el término de su actual mandato. Del otro lado del Río Uruguay, el triunfo del Frente Amplio, ha definido también un gobierno progresista, de moderada izquierda. Su presidente, el Dr. Tabaré Vázquez pareciera ocupar un lugar no tan visible en los emprendimientos y entusiasmos de unidad bolivariana. La prensa del resto de nuestro continente no lo muestra demasiado y la verdad es que su discurso provoca desconcierto. Es cierto que se le ha planteado una situación incómoda con Argentina y posiblemente eso le consuma demasiada energía. Se podría pensar en aquello de “¿qué prefiere, tener razón a cualquier costo...o ser feliz?” Hay una pesada incongruencia que el gobierno uruguayo intenta olvidar y....vamos al tema que ha inspirado estas reflexiones. Entre los gobiernos precedentes, tanto del partido nacional como de Jorge Batlle, elaboraron lo que para la izquierda debiera considerarse de manera unánime una herencia maldita: la instalación de una mega procesadora de pasta de celulosa en Fray Bentos, sobre la costa del Río Uruguay. Cuando semejante instalación se consideró durante el anterior gobierno, el Frente Amplio se opuso de manera  plena. Esta cuestión, sin duda, ha tenido una larga y solapada gestación: una forestación desordenada, usando en gran parte suelos inadecuados. ¿Por qué el gobierno progresista de Uruguay pretende ignorar las serias consecuencias ambientales para una buena parte de su territorio de un proyecto que fue acordado por otros gobiernos de tendencias tan diversas? ¿Por qué  pretende ignorar la violación al Tratado con Argentina del Río Uruguay, cuyas cristalinas aguas están seriamente amenazadas de contaminación? Nadie puede saber exactamente cuándo llegará el día en que el agua sea el último recurso de sobrevivencia, un tan gran tesoro que, si no fueran tan indescriptiblemente crueles e irracionales, podríamos burlarnos de las rapiñas disfrazadas de guerra por la posesión del petróleo. Se ha dicho que no hay industria que no contamine, también se ha señalado que la Argentina está llena de emprendimientos contaminantes lo que no dejan de ser estúpidas objeciones. Si eso es cierto y lo es, ¿de qué seviría continuar descendiendo, seguir aportando para bajar al infierno? La comunidad de Gualeguaychú  ha mostrado una poderosa y ejemplar conciencia ambientalista digna de ejemplo en todo el mundo. Hay signos por todas partes  de que, cuando hay suficiente conciencia, las comunidades pueden asumir más peso que sus gobiernos, en especial cuando tantos gobiernos han dejado de gobernar, supervisados por los todopoderosos de las finanzas. El diálogo entre Uruguay y Argentina, naciones de fraternidad ancestral, está comprometiéndose. Los cortes de ruta hacia Uruguay emprendidos desde Gualeguaychú y eventualmente desde la comunidad de Colón como protesta por la instalación de la pastera Botnia de Finlandia que compromete el modus vivendi y la salud del habitat , del paisaje y de la gente también debiera preocupar a la comunidad de Fray Bentos. Hasta ahora la réplica uruguaya sólo señala perjuicios económicos ocasionados por la merma del movimiento turístico entre ambas orillas. La actitud del gobierno uruguayo sería esperar hasta que pueda comprobarse que Botnia contamina en cuyo caso se suspenderían las obras y no parece percibir más que el beneficio de un discutible incremento laboral para uruguayos desocupados. Entonces, ¿dependerían de una empresa finlandesa, corrida de otros territorios, las eventuales fuentes de trabajo? ¿Es tan débil el gobierno uruguayo que no puede restaurar industrias, generar mano de obra calificada y cabezas creativas para que los mismos uruguayos se hagan finalmente cargo de sí mismos? ¿O será que es ya incurable la dependencia económica, la salida de los hoyos por los préstamos del Norte? Vázquez señala las “asimetrías” para su país y Paraguay en el seno del Mercosur , pero es allí donde se pueden  considerar las soluciones y no en otro lugar. Por ahora la estrategia pareciera mantener una aceptable y conveniente contacto económico con Estados Unidos...entre otras naciones, no de América del Sur (India, China, etc.).

En tanto, las obras colosales continúan, desolando el paisaje. Hoy, 23 de febrero, el Tribunal internacional de la Haya, por amplia mayoría invalidó la protesta uruguaya por los cortes de ruta señalados. Por el momento parece una victoria de los ambientalistas pero el gobierno uruguayo ha reaccionado negándose a todo intento de diálogo con el argentino en tanto subsistan los cortes. El escritor uruguayo Galeano, sumándose a la conciencia de muchos ténicos y especialistas uruguayos desoídos, ha sugerido otro asentamiento para Botnia: Punta del Este. Allí las aguas ya empiezan a ser decididamente oceánicas.

Nadie parece saber hacia donde conduce este conflicto...aunque pudiera muy bien imaginarse. Tal vez, una prueba de buena fé y de certeza de que no existen los menores peligros ni malestares ambientales...podría ser que el gobierno uruguayo en pleno se instale en Fray Bentos. Y eso si  Botnia da permiso.

Ángela Cáceres

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