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Haz tú lo mismo

- VI - 
Hyalmar Blixen

-¡Papá! -dijo el otro día el mismo chico. Un profesor de mi primer año liceal explicó que el hombre primitivo era muy parecido a un animal: no sabía nada de nada. ¿De qué modo ha llegado a hacerse tan inteligente como para poner el pie en la luna, armar telescopios como para poder ver hasta los límites mismos del Universo y tantas otras maravillas más?

-Se puede explicar eso de muchas maneras...de muchísimas. Pero te diré cuál es la explicación dada por un francés llamado Gabriel Tarde. Según sus libros -y especialmente "Las leyes de la imitación", -los hombres se dividen en dos clases: inventores e imitadores. Alguien descubre algo nuevo y los demás se dan cuenta de la utilidad que eso les reporta también a ellos, y por lo tanto, al fin, ese invento inicial es aceptado por todos. Tú vives, aunque sin riquezas, por lo menos con comodidad; pero desde que el hombre es hombre han sido logrados millones de descubrimientos de los que no te puedes casi dar cuenta. Alguien, no se sabe quién, descubrió que el fuego podía ser domesticado, antes lo veía incendiar las selvas y tenía que huir de él, igual que los animales, para escapar de las llamas. Pero el día que lo usó en su provecho, hizo fogatas alrededor del campamento y ya no se le acercaron en la noche ni el león, ni el tigre, como lo hacían antes. Otros descubrieron el uso del garrote, de la lanza, de las flechas, y entonces se defendieron mejor del medio ambiente que les había sido hostil. Algunos descubrieron que además de cazar y pescar era útil plantar legumbres o diversos frutos y así nació la agricultura. Alrededor de esas sementeras empezaron a construir cabañas, y el techo, aun de paja, les protegía de la lluvia y del excesivo sol; otros fueron inventando viviendas cada vez más confortables.

-¿Y no se detendrán nunca en nuevos inventos?

-La ciencia es como una escalera; cada descubrimiento sirve de peldaño para otro que está sin inventarse. Antes, las calles de Europa no tenían alumbrado y de noche los hombres tenían que salir llevando antorchas para no extraviar el camino; después se pusieron faroles en las esquinas y ahora andamos iluminados por la luz eléctrica...

-¿Y si alguien inventara algo importante y nadie lo imitara?

-Entonces el invento moriría con el inventor hasta que otro, andando el tiempo, lo inventara de nuevo. Algunos antiguos ya suponían que la tierra era redonda pero no se les creyó; otros pensaron que la materia era discontinua y estaba formada por partículas indivisibles llamadas átomos. Se creyó que estaban locos y esa teoría, al no ser tenida en cuenta, sucumbió por mucho tiempo pero ahora sirvió para estudiar la ciencia de la materia y se sabe que hay partículas infinitamente pequeñas, tantas que solo los sabios saben cómo se llaman. En fin, antes se pensaba que la tierra estaba fija en el cielo, en medio del Universo y que el Sol y las estrellas, que lejanísimos a la vista nuestra, giraban alrededor de la tierra; nada se sabía de la atracción, pero un día fueron descubiertas las leyes de la gravedad. Y ahora se sabe cuántas son las galaxias que pueblan este universo. ¿Y será el único? En el espacio y el tiempo, ambos infinitos ¿no habrá otros?

-Me gustaría ser inventor de algo.

-Está bien, pero por ahora sé buen imitador de lo que otros inventaron con el uso de la inteligencia, a veces pasando las noches en vela en medio de difíciles experimentos. Milloenes de hombres buenos trabajaron para que no seas como el salvaje primitivo. Aunque no los conozcas, honra a la ciencia en general.

-¿Y de qué modo?

-Estudia todo lo que puedas. Y además, no rompas lo que otros hacen. No ensucies una pared, porque hubo arquitectos que estudiaron para aprender a hacer esa casa y otros trabajaron para comprarla o por lo menos alquilarla...No rompas un vidrio; ése fue el resultado de un antiguo invento. Y cuida los libros que tengas; mira que tal vez el mejor regalo sea un buen libro, que al par que te entretenga, te instruya.

-Papá: yo también querría ser un inventor de algo, ya de lo he dicho. ¿Podré poner un peldaño, aunque sea chiquito, a la escalera que van haciendo los sabios?

-Si, hijo, sea grande o pequeño ese peldaño, intenta hacerlo. Mira que un ómnibus, un avión o mismo una nave especial que nos traerá cada vez más, fotografías de los planetas, no son el invento de un solo hombre, por genial que sea, sino que está formado por centenares de inventos más pequeños. En cuanto a ti, ten por ahora fe en el estudio y luego verás si puedes hacer algo. Recuerda que querer es poder.

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Hyalmar Blixen

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