Una
aproximación analítica a la poesía
de Marta
de Arévalo Ponencia
de la Prof. Malva Bengua en el
V Congreso Nacional y IV Internacional de Literatura “Profesor José Pedro Díaz”. “Literatura
Uruguaya se busca 1980-2005" Organizado
por la Asociación de Profesores de Literatura Uruguaya – APLU- Intendencia Municipal de Montevideo - Mayo 10, 11 y 12 de 2007 |
El trabajo que presentamos constituye la revisión y ampliación de otro, realizado hace ya algunos años. En esta ocasión aspiramos sencillamente a compartir los distintos matices estéticos de una voz que juega poéticamente con ritmos temáticas y propuestas muy diferentes. Para
movernos en una obra tan amplia como dispar
hemos seleccionado unos pocos núcleos temáticos que la organicen
para su estudio. Por ejemplo, las aproximaciones entre el significado y el
significante, las peculiaridades en la puntuación, los títulos
y el manejo de las
letras de molde, ya que su poesía explora el campo del dibujo y los
significantes gráficos se despliegan en el espacio para configurar imágenes
geométricas u objetos. Vale
acotar que dichas propuestas
son de gran utilidad como ejemplo y herramienta en el aula. Marta
de Arévalo ha publicado una
treintena de títulos, su obra fue premiada nacional e internacionalmente,
a pesar de ello no se conoce un trabajo analítico que aborde todos los
colores de su paleta. No es el caso de este trabajo breve que sí es una
invitación a la sorpresa. Nos alienta el genuino deseo de compartir lo
que amamos como docente, la impertinente necesidad de descubrir otro
pasaje en el laberinto de
este “minotauro ciego”
perdido en el tapiz del mundo (“La luz en que vivo”) De la utilidad… “Poemas para usar”
Puede ser extraño referirnos a la poesía
como un material útil, ya que el arte como tal no debe ser entendido
en términos mercantilistas, salvo para nosotros, los docentes de
literatura que estamos permanentemente en busca de novedades poéticas de
calidad para trabajar en clase. Inicialmente
creo que el arte responde a un sentido trascendente, desprendido de
connotaciones únicamente temporales intercambiables o inmediatas. La
poesía es fiel a una esencia sutil, con aquello de magia sagrada
que se levanta por sobre las formas y las trasciende. Ahora podemos
acercarnos a una forma de poesía que hila su creación
desde lo cotidiano y lo transforma en objeto de arte. Estetizar
lo cotidiano y descubrir la hermosura en una cebolla como hace Neruda, es
un impulso renovador de la “vanguardia”, poesía descubridora de
nuevos lenguajes. Una forma de ver y no solamente de mirar, como nos enseñó
Antonio Machado. Eso
hacen los niños, quienes no han olvidado aún el pensamiento mágico y
viven en un universo poético donde la realidad es mutable
llena de símbolos a los que nuestro querido “quijote”
comprendió tan bien. El poeta es el mago de Hesse, el que atisba las
secretas relaciones del universo, esos “bosques de símbolos” por
donde el hombre pasa … Y el poeta ve, toca con su vara el cosmos y lo
devuelve transformado. Por eso elegimos para comenzar el texto “Avisos Varios” 1992-93. 1994 Ediciones de la Plaza, Montevideo. Y 1995 Universal del Libro, Madrid.) El poemario juega con la idea de lo útil, la escala la trasciende y la devuelve en poesía. En el “Aviso 3” lo que se vende es nada menos que un “corazón usado varias veces”. en un lenguaje sencillo casi coloquial el yo lírico pondera las virtudes de este corazón y nos asegura que … “funciona”. Aprovecha el espacio comunicante de la hoja y aísla el término privilegiándolo. Entendemos
entonces que funciona como lo hace una maquinaria que no puede detenerse,
pero a veces este corazón “se
apaga y piensa” entonces “sangra
o espera”. Es claro que el juego poético se abre en una fina
danza de humor y dolor que pendula y autosostiene
bajo la vigilancia constante
del poeta. Este
corazón tiene algunas utilidades: puede ser usado como “alfiletero
o sello para lacre”. El lacre y la sangre se unifican semánticamente
por medio del color y sugieren un final “sellado”. el sufrimiento tácito
se resuelve en esa imagen. Al final se nos advierte que “no
debe ser usado para amar” pese a que “conserva
mucho fuego / -para vivir / morir/ o desesperarse--” los guiones, signos del confidente estilo directo, dejan oír
la voz del yo lírico que hace aclaraciones y distrae el tono amargo de
algunos versos permitiendo así remontar hacia el humor genuino, aromado
de amor y desamor. Los avisos no ostentan títulos, sólo el número hace su aparición encabezando el poema (los pitagóricos estarían de acuerdo) los poemas irrumpen en el folio breves, solitarios, anárquicos en la estrofa y la métrica, responden como unidad de pensamiento al impulso creador que los agrupa y conjura. Estos poemas parecen audibles, poseedores de una ironía filosa e inteligente con la sencillez de la flor y su perfume. Serafín
J. García opinó que “Estos
Avisos Varios” son tan originales como sutiles, graciosísimos y a la
vez profundamente serios”. Estamos
frente a un estilo absolutamente definido, en él la condensación lírica
es uno de los aspectos a destacar y no menos interesante es la distribución
de los versos en la página que oficia muchas veces como un espacio plástico
en donde los silencios se “sienten” en los blancos. … El
humor es
muchas veces utilizado para exorcizar el dolor y liberarlo, surge maduro,
manejado por un espíritu audaz en formas
y contenidos, por momentos irónico, por momentos mordaz, siempre
intenso, sutil, oportuno y dosificado. El
humor en su poesía es revelador, nos sorprende con polisemias y giros
inesperados con la grandeza de quienes saben reírse
de su propia angustia. A
modo de ejemplo veamos: “ Ingenuo´s
vende / mujer alondra
y desubicada / sueña y hace poemas/ vive de milagro/ (...) podría usarse como apoya -frente/ amiga/ o planta exótica./
Como esposa fracasa. / Secretaria es posible. / Amante…. es celosa./ Ver
urgente. / También la cambio
por algo negociable.”
(Aviso 13).
En
“EL
arte de guisar amores” los poemas son recetas de cocina. “un
juego amable, - dice su autora - un conjunto de reflexiones
de la época social en que vivimos en forma versificada libre en la que se
filtra alguna travesura del espíritu adolescente de una mujer que tiene más
de cinco mil años de tristeza.” Así
tenemos un poema –receta cuyo título es “Conflictuado
a la española” o la malicia de “Niños
devueltos” que no tiene desperdicio y que nos recuerda
siguiendo a Castagnino la importancia de la función lúdica
de la literatura. Esta
voz femenina que trata el tópico del amor con el impulso primordial y el
dolor del desamor individual, es poesía genérica que utiliza ese
aprendizaje como trampolín
para una experiencia que trasvasa el límite del sexo y lo
remonta en conceptos propios de alguien que pudo sentir más de una
vida. “...esta mujer tan sola, que miro en el espejo, sabe de la amarga verdad de
ser distinta”, así es que le oímos la denuncia por el dolor
del otro, en un juego que acusa nuestra indiferencia y nuestros olvidos
cotidianos. En
el poemario “Conjugar
el verbo” juega y
conjuga el verbo hablar, sobornar, dormir, fornicar, comer, entre otros: “Yo
como/ tú cocinas / él negocia/ Muchos tienen hambre. /Hay niños que
acusan/ con frío/ desnutridos /esqueléticos/ con ojos hundidos/ en
cuencas de odio/ con vientres huinchados/ en la rabia anónima./ Nunca
usaron cuchara / y se les cayó la sonrisa / antes que el primer diente.” Si
la condensación lírica es uno de los aspectos en el que podemos
detenernos, verificando entre otros
rasgos la clara cuña castellana,
no menos interesante es la disposición de los versos en la página, que
oficia como un espacio plástico. El
folio sostiene significativamente los versos que caen como en el
piso de un cuadrilátero en el que los hombres y los versos caen se
levantan y juegan el juego de la vida. “Las
formas tradicionales regulares se relajan y en muchos casos se desintegra
la columna tradicional del verso y se juega con agrupaciones novedosas. Se
privilegia un verso separándolo de los restantes o bien repitiéndolo
cayendo escalonadamente” (Prof.
Ricardo Pallares, refiriéndose a Vicente Huidobro).
Tal es el caso del poema “Hoy
me quiero reír” (De “Abran todas las puertas”) allí, de
Arévalo utiliza las mayúsculas
como recurso de énfasis y privilegio. Y realiza una distribución muy
novedosa de la columna tradicional, aquí no solamente caen los versos,
caen también las letras, al tiempo que el poema en contenidos expresa lo
que ahora es también visual. A
veces es toda una estrofa la que se corre del esquema tradicional se logra
con ello el privilegio de su contenido. Tal es el caso de “Afuera la
lluvia” en donde los versos están agrupados en dos grandes masas
estróficas casi opuestas o enfrentadas rompiendo un grupo con la columna
vertical del poema tradicional. Se oponen las estrofas y se oponen los
contenidos; una completa con la otra la idea totalizadora. Cada grupo estrófico
corresponde a un tiempo diferente y la forma entonces robustece el
contenido sin disociarlo. Si nos detenemos en el poema “Antimateria” vemos que todo el poema resulta de un juego de versos que se autosostienen tanto que no llegamos a distinguir si hablamos de dos estrofas o toda una. con matices tipográficos (el tipo de letra se ensambla con otro diferente) para el caso es igual ya que el principio que alienta el poema es la relación entre el microcosmos y el macrocosmos, la relación de una historia individual que nace y muere y la del universo todo. Dicha idea es planteada desde la tipografía y juega con dos discursos alternados “a dos voces” la negrita borda una partitura temática y la otra narra paralelamente otro discurso que, además, se encierra entre paréntesis, callados, casi susurrantes con el pudor de la historia personal. Ocurre
que es intensa y dolorosa “…la fiebre de la lira”; ocurre que
el lenguaje es “rebelde y mezquino” y si no levantamos (como en
la pintura) un índice que nos silencie, estamos obligados a combatir y
apelar a todos los recursos que ablanden las fronteras entre los hombres y
finalmente logremos pasar hasta el otro. Marta
de Arévalo participa de una de las actitudes más salientes de su
tiempo, la poesía actual crea y recrea; es poesía de fusión de creación
lúdica, de empastes de búsqueda en donde la imagen acústica y el
concepto, tienden a amalgamarse cada vez más. El lenguaje, la puntuación y la rimaLos
puntos suspensivos, los paréntesis, los guiones y…hasta los números,
señalan una actitud
creativa. El lenguaje se desdibuja de la palabra poética y se hace
coloquial y llano, tan natural como la cotidianeidad. Al decir de Bousoño
la palabra extra poética tiene la fuerza de lo conocido, lo que nos toca
de cerca. Los textos que trabajamos
alternan uno y otro. Muchos
textos, como los que integran “Gracias por la ternura” surgen
con la difícil apariencia de lo improvisado de lo “tan natural”con
ese arte de perder el acartonamiento y no caer en lo fácil manteniendo
siempre un rigor estilístico. El
poemario al que nos referimos es un a carta-diario, con poemas sin títulos,
pero fechados. Allí
se estetizan los objetos, las rutinas,
y un teléfono que no suena
es una tortura y a la vez objeto de poesía. Es este un poemario en el que
aparecen escobas, plumeros “naderías” y en el que los signos
de puntuación son inexistentes ya que se trata en realidad de una sola
carta confesional tal vez sin destinatario, con la respiración de un solo
aliento, un monologo, un solo movimiento. En
lo que atañe a la rima, su poesía reclama la más amplia libertad
formal, una orquestación que se entrega a la totalidad del impulso
generador, que atiende a la armonía total de la estrofa, las isotopías
sonoras rítmicas y rímicas se conjugan sin desbordes que pudieran
quebrar el justo equilibrio entre significante
y significado. Los
títulos en más de un caso son inexistentes, en los poemas
de “avisos varios” se numera el poema–aviso. En otros,
el título acompaña al poema en forma vertical y a un costado de la página
(Abran todas las puertas), ejemplo: “Octubre 9” (Gracias
por la ternura) En
ese juego sagrado de nombrar y crear universos su lenguaje cobra hondura,
es en las angustias existenciales, en las búsquedas humanas, donde su voz
alcanza resplandores casi místicos, su canto se hace hondo casi
impersonal, polivalente. Adquiere el porte de una pitonisa que habla
“Con lengua antigua”, en un lenguaje críptico por momentos, que
toca a las puertas de la intuición más que a las de la razón. En “La
luz en que vivo” se nos
presenta como un “minotauro ciego” que actúa en el “circo
cotidiano, laberinto de tiempo y circunstancias” Finalmente, nuestra autora, esta mujer que se mimetiza en “Ojo de leopardo”que nos pide “Abran todas las puertas” que “... sueña y hace poemas”, que “vive de milagro”, que tiene una “máquina de tejer ilusiones”, posee también una clara conciencia creadora. Sabe que viene “siguiendo una luz”. Una luz que la “alumbra” y que la “quema con su inmensa llama azul”. |
Prof. Malva Bengua
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