El primitivo teatro colonial montevideano recoge ávidamente todas las
especies y formas musicales escénicas que proliferan en el teatro
español del siglo XVIII. Esto es, por otro lado, lo normal y lógico en
todo el teatro americano durante el período hispánico. Pero, lo
importante en verdad en el caso concreto que vamos a estudiar, es que en
Montevideo se organiza una réplica nacional al producto importado y por
intermedio de ella surgen las primeras obras teatrales sobre asuntos
nativos escritas por hijos del país: "La lealtad más acendrada y Buenos
Aires vengada" del presbítero Juan Francisco Martínez en pleno
coloniaje, y los unipersonales de Bartolomé Hidalgo en los días heroicos
de la Patria Vieja, obras todas ellas escritas en forma de Melólogo.
El Melólogo es una acción escénica, por lo general para un solo
personaje, con un comentario sinfónico que ya teje un fondo sonoro a la
voz del actor, ya se alterna con la palabra para subrayar su
expresividad o anticipar el sentimiento que va a declamarse de
inmediato. Mario Falcao Espalter fue en nuestro medio el primer crítico
de Hidalgo que reveló la existencia del melólogo aun cuando no llegó a
precisarlo como forma musical escénica que podía ser no sólo
unipersonal, sino también servir a un texto literario con varios
personajes.
José Subirá definió con precisión esta especie: "Lo que caracterizó al
melólogo no era la presencia de un personaje único en la escena sino la
interrupción en los trozos declamados para que la orquesta expresase los sentimientos que embargaban al
intérprete". Recientemente este musicólogo español acaba de publicar
un notable y exhaustivo trabajo sobre "El compositor Iriarte y el
cultivo español de melólogo (melodrama)" en el que se registra hasta una
antigua referencia nuestra acerca de la música del unipersonal de
Hidalgo "Sentimientos de un patriota".
Originariamente llamóse a esta expresión escénica, "Melodrama", pero el
uso equívoco de esta palabra que posteriormente se empleó para aquellas
piezas de los bajos fondos de la literatura en las cuales se subraya la
situación dramática con los efectos del peor gusto, obligó a aplicar el
rótulo de Melólogo, para aislar y definir la antigua forma que tiene una
de las historias más brillantes en el orden de la música. Quizás extrañe
a más de un auditor desprevenido saber que fueron melólogos las
siguientes obras capitales de la música de un siglo y medio a esta
parte: "Thamos, rey de Egipto" (1780) de Mozart, "Egmont" (1810) de Beethoven,
"Preciosa" (1820) de Weber, "Rosamunda" (1823) de Schubert,
"El sueño de una noche de verano" (1826-43) de Mendelssohn,
"Lelio o El
retorno a la vida" (1831) de Berlioz, "Manfredo" (1848) de Schumann, "La
Arlesiana" (1872) de Bizet, "Peer Gynt" (1874-76) de Grieg, "Erwartung"
(1909) de Schoenberg, "Amphion" (1928) de Ilonegger, "Persephone" (1933)
de Strawinsky. Verdaderamente los modestos unipersonales de nuestro
Bartolo Hidalgo no podían hallarse en mejor compañía.
El concepto de esta forma está latiendo en la antigüedad helénica en
aquel recitado dramático sustentado con un fondo de liras y aulos
llamado "paracataloge". De todas maneras, la historia del Melólogo en la
edad moderna fue iniciada por Juan
Jacobo Rousseau y llegó a sus últimas y más espléndidas consecuencias
contemporáneas en el "Pierrot Lunaire" de Schoenberg. No es, para
nosotros, aventurado pensar que esta obra del revolucionario maestro de
la escuela de Viena, está explicada en el tratamiento de la voz y del
pequeño conjunto que la acompaña, por la historia del Melólogo.
En mayo de 1770, Rousseau dio a conocer en Lyon su
"Pygmalion",
escribiendo, además del texto literario que databa de 1762, dos números
musicales del comentario escénico que fue completado por el compositor
Coignet, un negociante lyonés aficionado a la música. El éxito de este
ensayo, recogido de inmediato por Georg Benda en Alemania e irradiado
desde París cinco años más tarde por la Comedia Francesa, tuvo
repercusión notable en España. En 1789, el fabulista Tomás de Iriarte
estrenó en Cádiz con resonante éxito su melólogo "Guzmán el Bueno" para
el cual compuso letra y música, exhumadas y estudiadas ambas
recientemente por José Subirá en su precitado ensayo. En la última
década del siglo XVIII, el melólogo español —en Francia la innovación de
Rousseau dejó muy pocos continuadores— se convirtió en una de las formas
escénico-musicales más divulgadas, compitiendo honrosamente con las
tonadillas, loas, jácaras y mojigangas.
A principios del siglo XIX pasa a Montevideo y por imitación de
el
surgen los primeros intentos nacionales. Hasta 1850 por lo menos el melólogo gozó de vasto predicamento en el típico "fin de fiesta" con que
se clausuraba en la antigua Casa de Comedias la función del día. De
entre todos ellos queremos detenernos en los de Juan Francisco Martínez,
Bartolomé Hidalgo y Manuel de Araúcho, uruguayos los tres y cuyas letras
se conservan. Desgraciadamente no hemos hallado todavía los comentarios
sonoros correspondientes, salvo la indicación expresa del carácter de la
música que debía acompañarlos tal como se estampa en las seis fichas que
siguen:
1807-"La lealtad más acendrada y Buenos
Aires vengada", del presbítero Juan Francisco Martínez. El primitivo melólogo era unipersonal, pero
posteriormente, por hipertrofia del género, transformóse en
pluripersonal. A este último tipo pertenece el drama alegórico en dos
actos y en verso del Padre Juan Francisco Martínez escrito para exaltar
la reconquista de Buenos Aires por los montevideanos en 1806, durante
las memorables invasiones inglesas. Conservamos la letra gracias a
Luciano Lira quien en el tercer tomo de "El Parnaso Oriental o Guirnalda
Poética de la República Uruguaya" editado en Montevideo en 1837, recogió
entre las páginas 219 y 278 su texto literario. Véanse las acotaciones
musicales de este meló-logo pluripersonal, tomadas de su edición
príncipe:
Acto primero: "al levantarse el telón, la Música tocará una brillante
obertura, que finalizada seguirá otra alusiva al sueño de la Ninfa y á
la inquietud que demostrará: concluida, representa la Ninfa".... "Música
alusiva á estos afectos que concluirá en sobresalto".... "Música
lúgubre, durante la cual sale la 2? Ninfa por un escotillón vestida de
negro, cabello tendido, pañuelo: en la mayor consternación, concluida la
música dice".... "Corto período de música lúgubre"....."Música lúgubre
mientras se acerca al trono"....."Se desmaya apoyada
de un árbol, cubriéndose el rostro: la Música lúgubre dará lugar á verse
las dos desmayadas".... "Música lúgubre corta" ____ "Música lúgubre"....
"Música furiosa".... "Tocan
marcha de caja y toda la Música". . . "Estos vivas acompañados de
estruendo militar y con una brillante marcha". . . "Cajas" ... "Marcha
brillante con la que saldrán las tropas, comandadas por el oficial
segundo; pero los Granaderos, entre quienes saldrá la bandera, vendrán
mandado por el General, harán su venia los Gefes á la Ninfa, y formados
dispondrá el general que
hagan manejo al son de Música"....."Acompañados de cajas;
algunos tiros y música á compaz de una brillante marcha se ván las
tropas".
EL MELOLOGO
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Acto segundo: "Música dulce y suave".... "Música patética que pasara á
alegro". . . "Música de languidez, que á pocos compases pasa á
tempestad".... "Música dulce"......
"Tocan marcha militar".... "Brillante marcha de orquesta y
música militar". . . . "Todos dentro y fuera con cajas"......
"Todos repiten con cajas".... "Repiten todos, y cajas".
1816 - "Sentimientos de un patriota", de Bartolomé Hidalgo. Durante el
período de la Patria Vieja, el melólogo se transforma en una espléndida
arma dialéctica. El 30 de enero de 1816 se estrena en la Casa de
Comedias de Montevideo el melólogo unipersonal de Bartolomé Hidalgo
"Sentimientos de un patriota" que, al igual que la pieza anterior, se
registra en "El Parnaso Oriental" (tomo I, págs. 28 a 37. Buenos Aires,
1835), con las siguientes acotaciones sonoras:
"Música patética".... "Música apacible".... "Cajas dentro" ... "Música
bélica"..... "Cajas y música con marcha a
un mismo tiempo".
1816- "La libertad civil", de Bartolomé Hidalgo (?). En la edición de
1824 de "La Lira Argentina" impresa en París, aparece entre las páginas
98 y 111, la letra del unipersonal "La libertad civil", sin establecerse
su paternidad. Adjudicada por Ricardo Rojas con ciertas reservas a
Esteban de Luca4, y por Mario Falcao Espalter a Bartolomé Hidalgo, su
acotación orquestal dice así:
"después de un intermedio de música triste".... "Un intermedio de música
estrepitosa".... "Intermedio de música triste". .. . "Intermedios de
música agradable, é irán saliendo del templo varios indios"....."Durante
esta escena se entonará adentro la canción patriótica". . . .
1818-"El Triunfo", de Bartolomé Hidalgo. En 1818 Bartolomé Hidalgo
escribe el unipersonal "El Triunfo" según lo
4. "La Libertad Civil" con una Noticia de Ricardo Rojas. Edición del
Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1024.
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NUMERO
asevera Andrés Lamas en los manuscritos de su "Antología Poética" que
nunca llegó a publicar y que se conservan en el Archivo y Biblioteca
"Pablo Blanco Acevedo" del Museo Histórico Nacional. Lamas transcribe el
melólogo de Hidalgo con las debidas anotaciones musicales que,
presumiblemente, recogió de "La Lira Argentina" de 1824, entre cuyas
páginas 204 y 211 se estampa este unipersonal sin indicación de autor o
fecha. Este documento de Lamas, que data de la década 1840-1850,
confirma la paternidad de Hidalgo con respecto a "El Triunfo". La
intervención de la orquesta ha sido anotada así: "Pequeño rasgo de
música triste"..... "Música dentro de
bastidores, y se cantará la siguiente letrilla"..... "En este
momento sin introducción alguna se cantará adentro este verso, con la
marcha Nacional"....
1830 - "Fillán, hijo de Dermidió", de Manuel de Araucho. Tirado en las
prensas de la Imprenta de la Caridad, aparece en el año de la jura de la
Constitución este texto literario de Manuel de Araucho. Consérvase
actualmente en la Colección Lamas de la Biblioteca Nacional y fué
reimpreso en 1835 en la colección de poesías de Araucho "Un paso en el
Pindó" (págs. 93-99). Es un melólogo unipersonal con la siguiente
acotación sinfónica:
"La orquesta ejecutará un adagio patético".... "Se queda dormido sobre
el tronco, mientras dura el intermedio de música" .. . "Se desmaya.
Música alegórica a la situación"....
1835 - "El hombre duplicado ó Petimetre hambriento", de Manuel de
Araucho. En las páginas 100 a 106 del libro de poesías de Manuel de
Araucho "Un paso en el Pindó" publicado en Montevideo en 1835, aparece
el texto literario de este melólogo unipersonal de una desbordada
fantasía onírica. Su anotación sonora, realmente económica, dice así:
"Música".... "Lo deja [al libro], y toma la guitarra".....
"Música"...
EL MELOLOGO
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En el precioso libro manuscrito intitulado "Coliseo" que se custodia en
el Archivo General de la Nación y que consiste en un minucioso
inventario del atuendo de ropería y del archivo literario y musical dé
la Casa de Comedias entre 1814 y 1816, figura en el folio 116 vta. la
siguiente anotación: "Música del Vnipersonal Idomeneo" que Falcao
Espalter, un tanto a vuela pluma, adjudicó a Bartolomé Hidalgo sobre la
base de esta sola referencia. Conócense en España dos unipersonales con
este título, escritos por Luciano Francisco Cornelia y por Eugenio de
Tapia; el primero con música de Blas de Laserna, data de 1792, y el
segundo con comentario sinfónico de autor desconocido, de 1799.
Presumiblemente, el "Idomeneo" que se registra en el inventario del
Coliseo montevideano fuera uno de ellos. Ninguna referencia concreta
autoriza a atribuírselo, por el momento, a nuestro Hidalgo.
Conjuntamente con el "Idomeneo", en el precitado inventario del teatro,
deslízanse los nombres de los más representativos melólogos españoles
del siglo xvxxi, cuyos textos literarios se conservaban en el archivo de
la Casa de Comedias, algunos de los cuales a ciencia cierta fueron
representados en remotas fechas.
Así, por ejemplo: en el folio 94vta. figura el "Guzmán el Bueno", letra
y música de Tomás de Iriarte; "El Armesto" (fol. 93 vta.), letra de José
Concha y música de autor desconocido; "Hanibal" (fol. 94 vta.),
subtitulado soliloquio unipersonal, letra de García del Castillo y
música de autor desconocido, que data de 1788; "La Andromaca" (fol. 99)
letra de Luciano Francisco Cornelia, música de autor desconocido, de
1794; "Armida y Reinaldo" (fol. 15), representado en Montevideo el 25 de
diciembre de 1814, letra de Vicente Rodríguez de Are-llano y música de
Blas de Laserna, que data de 1797 y que durante largos años aparece en
la cartelera de teatros de la Casa de Comedias. Al respecto destacamos
la siguiente ficha de nuestro archivo: el 22 de enero de 1829, según el
anuncio
10
NUMERO
del periódico "Observador Oriental" se representó este melólogo
pluripersonal "exornado con los más agradables períodos de música".
Hasta 1850 el melólogo tuvo gran predicamento en las funciones de la
Casa de Comedias. Repetidas veces, por ejemplo, se puso en escena una
pintoresca pieza de este repertorio intitulada "Jokó ó sea El Orang-Utang",
con música de Paccini cuya acción desarrollábase en el Brasil y en la
cual se bailaba "La Chica" acompañada con instrumentos típicos.
Hacia 1850 el melólogo, al igual que la ya decrépita tonadilla escénica
con la cual compartió los honores del teatro colonial montevideano, cayó
en desuso para dar paso a la zarzuela fundada por Calderón de la Barca a
mediados del siglo xvn. En la calderoniana égloga piscatoria "El golfo
de las sirenas", de 1657, en la que por primera vez se estampa el
subtítulo de zarzuela, estaba el germen alimentado tímidamente en el
siglo xviii por los compositores Durón, Líteres, Rosales, Misón y
Boccherini —sí, el autor del célebre Minué—, germen que habría de
florecer en el siglo romántico en una asoleada y popular primavera.
Notas:
1. Mario Falcao Espalter, "El poeta oriental Bartolomé Hidalgo", págs.
88 a 02. 10- edición, Montevideo, 1918. Este estudio sobre el melólogo
fué completado en la segunda edición de la misma obra tirada en Madrid
en 1929, páginas 85 a 102.
2. José Subirá, "Historia de la mxísica teatral en España", )>árr. 151.
Barcelona, 1045. Véase además la referencia sobre el melólogo estampada
por José Subirá en su obra "Historia de la Música", tomo II, págs. 144,
1G6 y 355 ; Barcelona, 1947.
3. José Subirá, "El compositor Iriarte y el cultivo español del melólogo
(melodrama)", tomo II, págs. 428 y 429. Barcelona, 1950.
EL MELOLOGO |