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"El regreso de Ulises", de Carlos Denis Molina - Estreno del 18 de octubre de 2016, en  Sala Verdi.
 
 

Regreso sin gloria


por Jorge Arias
ariasjalf@yahoo.com

 

A sesenta y ocho años de su estreno, esta reposición de un ”teatro poético” puede vincularse al centenario del nacimiento de su autor, Carlos Denis Molina (San José, Uruguay, 1916), y a las gestiones de el o los curadores de un archivo general de sus obras, depositadas en la Universidad de Lille (Francia),  interesado en su difusión.

 

Para el programa de mano Denis Molina fue “una figura paradigmática de la dramaturgia uruguaya de entonces” (1945 - 1955). Ciertamente, fue un ejemplo de un teatro “poético” que solía revisar mitos clásicos, como “Orfeo” del mismo Denis Molina (1951) y “Calipso”  (1953)  de  Alejandro Peñasco; era una moda que sólo probaba, como escribió Borges respecto de otra literatura, la puntualidad de nuestros servicios postales y telegráficos. Denis Molina seguía las huellas de Jean Giraudoux (“No habrá la guerra de Troya”, 1935, “Electra”, 1937), creador de un teatro de sueños despierto, que acontecen en un mundo de fantasía donde no existen cambio, devenir, transformación o contacto alguno con la realidad social, un mundo donde personajes afantasmados dicen invariablemente frases “hermosas”. Estas flores de invernáculo se marchitaron rápidamente y sus restos fueron barridos de la escena teatral por la ventolera del teatro del existencialismo (Sartre, Camus) que puso sobre las tablas los problemas de la hora.

 

Algo de esto percibió Emir Rodríguez Monegal cuando comentó la pieza para  “Marcha” (26  de noviembre de 1948): “La  pieza de Denis no decreta un tiempo o un  espacio histórico. Se ubica en un imaginario país…” Algo de ese teatro intemporal hemos tenido, más cercanamente, con las obras de Carlos Rehermann  “Minotauros” (2000)  y “Prometeo y la jarra  de Pandora” (2005); y no  es casual que sea el “Teatro del Umbral”, donde Rehermann es una de las figuras principales, el que  produjo este  “El regreso de Ulises”.

 

La  trama no es una reedición ni una revisión del  episodio homérico: “Ulises” no es “Odiseo”, pero se le parece; y quizás se buscó una referencia  tangencial, oblicua, como las alambicadas alusiones a “La Odisea” que contiene el “Ulysses” de James Joyce. En la obra de Denis Molina hay un hombre  ausente, del que no se sabe por qué se ha ido ni  qué hizo ni qué hace, que regresa a un hogar, donde una mujer ha esperado demasiado tiempo, mujer que se llamó en 1948 Tana y hoy se llama “Tanis”; hay un posible rival del protagonista, que la obra denomina “Desconocido”. El nudo del asunto es que “Tanis” ha quedado petrificada en la imagen,  real o ficticia, del Ulises que conoció y que se fue, un Ulises que para ella  no coincide con el que regresa. Como se ve, por todos lados estamos fuera del tiempo y, en consecuencia,  de la  historia. Los dialogados, de manera concorde, parecen existir por sí mismos y no se ve que conduzcan la acción; son pródigos en frases inertes, como el insistente binomio dialéctico, nunca desarrollado, de la nube y el agua, que  discurre ante los espectadores más de una vez.

 

La  puesta en escena  de Sandra  Massera ha acentuado, en lo que se  refiere a Tanis, sus amigas y  su  vestuario, el matiz antiguo que, quiérase o no, la obra convoca; no sucede lo mismo con el  vestuario masculino, para nuestro gusto incongruente, que nos recordó los sainetes del 900. Massera ha agregado una suerte de coreografía, con los movimientos de los actores, que recuerda algunas pinturas murales de Puvis de Chavannes o los cuadros de Torres García inspirados en Puvis de Chavannes.

 

No es posible formular reproches a la interpretación, ya que los personajes, como sucede en general con el “teatro poético”, no tienen definición y hacen parecer a la pieza un producto de un teatro de  aficionados.

 

EL REGRESO DE ULISES, de Carlos Denis Molina, por el Teatro del Umbral. Con Laura Almirón, Alain Blanco, Mariella Chiossoni, Lucía Calisto y Roberto Foliatti. Iluminación de Álvaro Domínguez  escenografía y vestuario de Álvaro Domínguez y Sandra  Massera,  selección musical y dirección de Sandra Massera. Estreno del 18 de octubre de 2016, en  Sala Verdi.

Jorge Arias
ariasjalf@yahoo.com 

 

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