La mujer se da vueltas en la cama

Ana Amorós

La mujer se da vueltas en la cama, está sudando y se queja una y otra vez. De pronto se incorpora y un grito profundo despierta la noche.

Prende la luz de la veladora, toma el vaso con agua y se lo lleva a la boca, ingiriendo el líquido de golpe, como para apagar el incendio en que ha quedado su ser entero.

Se pasa la mano derecha por el rostro y musita "fue una pesadilla", la misma pesadilla atroz que la acompaña desde hace tantos años.

Se estira en la cama, acomoda su cabeza en la almohada y apaga la luz. Teme cerrar los ojos, no quiere volver a repetir ese sueño, se estremece. Es el mismo maldito sueño de siempre, que se niega a marcharse y que continúa persiguiéndola implacable aún hoy.

Donde se ve muchachita, estrenando sus veinte años y repleta su mochila de sueños y utopías. Con aquella frágil apariencia, su aire intelectual, sonrisa franca y palomas en las manos. Minifalda de cuero, "bufanda roja y negra por la espalda" como dice la canción de Vigliety.

Si, en ese maldito sueño siempre está él, siempre, con sus veintiséis años, su uniforme de teniente, sus botas, su soberbia, sus retorcidos pensamientos, su frialdad para impartir una cruel orden...

Permanece intacto el recuerdo de su cobardía, su morbosidad, sus odiosos adjetivos de halago a una jovencita con los ojos vedados, desnuda frente a la plaza de armas y su fusta recorriendo palmo a palmo toda la geografía de su cuerpo. Donde se terminaba renegando la calidad de género y se sentía la necesidad imperiosa de desaparecer de la faz de la tierra.

....Y aquella invitación que reiteraba noche a noche en "la carpa" del 4° de Caballería: "Si recobras la memoria y decides hablar y colaborar con nosotros se termina "esto" . En realidad flaca, vos estás para el crimen y no para darte "máquina". Dale no seas tonta, termínala de una buena vez!! Así te puedes vestir y te hago llevar a la enfermería y te dan un café caliente... " A bueno, si no quieres aceptar el trato no digas que no te avisamos ..."

Resonando una siniestra carcajada en el lugar, para sentir luego nuevamente su voz, la voz inflexible de Gilberto Vázquez en un :"Prosigan"!!

Ana Amorós

27 de marzo de 2006

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