Seminario I. 3 - Segundo Congreso Europeo del CEISAL
Universidad de Halle, 1998

Imágenes latinoamericanas: hacia la construcción de una identidad femenina multicultural
CLASE INAUGURAL  
Coordinadora: Dra. Marta Zabaleta
Senior Lecturer, Latin American Studies 
Middlessex University, Londres

Introducción al seminario

¿Por qué les he convocado a esta reunión, y por qué  Ustedes han aceptado este desafío?  Pensé que era oportuno motivar un encuentro aquí, en el seno de la Unión Europea y, más particular, en lo que fuera la Alemania Oriental del bloque soviético, en Halle.

Halle es un lugar que geográficamente, pero también cultural y políticamente hablando, está a la vez cerca y lejos de los principales centros mundiales de dominación económica e ideológica del capitalismo. Todo lo anterior se refleja, sin duda y de lleno, en la composición interna de este Segundo Congreso Europeo. Nosotras las académicas mujeres, hemos aportado esta vez y en su conjunto, cinco seminarios de temas específicos, más una gran plétora de participantes y asistentes. Han sido también en su enorme mayoría mujeres europeas a quienes hemos visto proveer con el trabajo 'sucio',' doméstico,' el más duro y tal vez menos gratificante, de las inscripciones, excursiones, quejas, cambios de dinero, detalles del alojamiento, pago, y mucho más. Quisiera por ello citar, solo a guisa de ejemplo, el aporte efectuado por la Dra. Susanne Schultz y las estudiantes Eva e Irina, a la rutina diaria de este evento.

En resumen, asistimos en Halle a una situación similar y/o tan sólo marginalmente mejor, que la que observamos en el Primer Congreso de este tipo, dos años atrás, en Salamanca. Allí, en donde las mujeres casi brillaron por su ausencia en puestos de responsabilidad, abundaban sin embargo en los de apoyo. Entonces, en cambio, hubo apenas un solo seminario de temas genéricos, el de Mujer y desarrollo.     

Pero vayamos ahora al grano. Intento a continuación plantearles el tema de mi presente investigación y enriquecer su contenido y proyección futuros a resultado del debate que llevaremos adelante aquí en los próximos dos días. He seleccionado para esta discusión, como pronto habrán de comprobarlo, temas de candente actualidad y que comprometen en especial nuestra atención en razón de nuestra respectiva pertenencia biológica sexual, y el condicionamiento cultural construido en base a ella, lo que nos adscribe como miembros, básicamente, de uno de los dos más grandes géneros sociales, el femenino y el masculino.  Aquello que nos condiciona a ser mujeres u hombres, respectivamente.

Tal vez la mayoría de los que estamos en esta sala, en donde claramente predominan los miembros del género femenino, nos sintamos también un poco mas allá de aquel otro condicionamiento primario de nuestra existencia: el otorgado por el lugar adonde nacemos y por nuestra ascendencia  Es que por suelo y/o por sangre hemos adquirido al nacer, casi todos los expositores de este seminario, una nacionalidad latinoamericana. Sin embargo, por otras razones político-sociales, a algunas de nosotras aquel continente nuestro nos ha expulsado, y nos ha desenraizado, y por ello estamos hoy más cercanas a ser, o por lo menos a así sentirlo, ciudadanas del mundo.

Somos, en otras palabras, víctimas y cómplices de las modernas leyes de población del sistema capitalista. Pero: ¿tenemos acaso claro cómo asumir esa nueva ciudadanía global, una que se recrea en el proceso mismo de su creación?  ¿Qué tenemos en común las mujeres latinoamericanas reunidas en esta sala, por ejemplo? ¿ Qué tiene en común alguien que ha nacido hembra en Argentina en la segunda década del siglo XX, como Eva Duarte, en 1919, con el que nació allí macho en los 30, como el Che Guevara, y/o con quién se reconociera lesbiana en el Buenos Aires de los años 60, o que en los 90s en la ciudad de Salta?

¿Qué ganamos y cuáles serán las pérdidas en el terreno de lo todavía 'nacional' en cada una de nosotras, a raíz de las permanentes diásporas que pueblan y despueblan a nuestro continente? Porque nosotras, en cuanto mujeres y por ende sometidas por siglos a la subordinación social genérica, tenemos eso en común: consciente o inconscientemente, somos todas víctimas de diferentes situaciones de dominación social. Por eso mismo, algunas de entre nosotras, cuando conscientes de ello, nos autotitulamos investigadoras feministas y tendemos a abrirnos un espacio que la sociedad no nos ofrece; nuestro propósito colectivo es, en ese caso, y a un alto nivel de abstracción, bregar por romper con los límites sociales que nos amputan. Para ello, nos inspiramos a veces, como en mi caso, en seminales trabajos del pensamiento europeo tales como son los de Carlos Marx y Federico Engels, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, y Michel Foucalt y Joan Smith, Kate Young y Maxine Molineux. 

No obstante lo anterior, es decir, aunque predomina entre los expositores un enfoque nuevo y vivificante, explícitamente feminista en la mayoría de los casos, ninguna de las ponencias que escucharemos hoy y mañana propone reemplazar las cadenas por la uniformidad, sino más bien, postulan todo lo contrario.

Es decir, propician modelos interpretativos que se reintentan a ayudar a evolucionar a todos los seres humanos y a alcanzar la plenitud de sus potencialidades, sin las trabas que hoy nos aíslan y atomizan nuestros esfuerzos.

Ojalá que podamos cada vez más, entonces, presionar con más fuerza y juntas, en la prosecución de nuestros derechos específicos, aquellos que algunas llamamos  'derechos humanos de las mujeres'1 , y que que nos asisten en teoría a todas por igual, en cuanto que somos parte de la especie humana, pero que queremos ver hechos realidad, aquí en Europa y en todo el resto del mundo, porque muchos de ellos no se respetan.

El rol de la academia en el cambio social a nivel global

En cuanto trabajadoras del sector académico, debemos y podemos contribuir de lleno a ese cambio. Y como ciudadanas o ciudadanos del mundo, podemos todos beber de la perspectiva otorgada por nuestra América Latina, aquella en la que soñaron Juana de la Cruz y Simón Bolívar, Ernesto Guevara y Eva Perón, Solanas y Getino, Roberto Fernández Retamar y Matilde Landetta, María Luisa Bemberg y Chico Buarque de Holanda, Paulo Freire y Alfonsina Storni, Mercedes Sosa y Víctor Jara, entre tantas otras y otros. Podemos ayudar a la formación de una nueva toma de conciencia.

Hay que recordar también que, el rol de consumidoras, somos agentes activas de un mercado crecientemente estandardizado, al mismo tiempo que somos crecientemente espectadoras, aunque luchemos por ser actoras, de un panorama cultural crecientemente uniformado.

Pero estamos reunidos hoy, asistiendo y creando aquella continuidad cultural a la que le otorga forma la intercontinentalidad del tango, el que triunfó otra vez en Europa en septiembre de 1998, con cortes canyengues y producido por un sexteto holandés que toca la música producida en el exilio parisino por Astor Piazzola, en el Festival Internacional de Edinburgo, una de las actuales capitales culturales del mundo.

Somos todas, como ese tango, descendientes de los esclavos africanos y por eso bailamos con los ritmos universales del jazz del nordestino Hermeto Pascoal. Y cuando cantamos, lo hacemos con la voz y la esperanza y la fuerza de Atahualpa Yupanqui y Tita Merello, con la sabiduría de Isabel Parra o la emoción de Chabela Vargas, la alegría de Celia Cruz o la picardía de Mercedes Simone, guiñando de reojo al naturalizado Carlos Gardel. Venimos pues, de mujeres y hombres de una profusión de razas, divididos en clases sociales y muchas veces perseguidos por sus preferencias sexuales, políticas y/o religiosas, que labraron para nosotros aquel pasado colectivo, cuya memoria no nos cansamos de explorar.

Reclamamos entonces para nuestro trabajo aquella identidad cultural que es fruto del cautiverio de los habitantes nativos de América latina, y mezcla rara de crueldad y poesía. Aquella que bebimos también de nuestros antepasados europeos y asiáticos, porque no negamos tampoco el ancestro cultural que nos legaran los sefaraditas y los ezquenazis, el castellano de Guillén o el de Alejo Carpentier, el antillano de Fanon y el portugués de Jorge Amado o de Benedita da Silva. Somos todos hijas e hijos de Calibán,2 y de una dimensión de la injusticia que hemos bebido de la copa de la verdad con padres, maestros y compañeros de ruta, nuestros alumnos desaparecidos, torturados y muertos, nuestros hijos mutilados, nuestras hermanas violadas: estamos en Europa para decirle al resto del mundo 'quiénes somos' en este planeta, para explicar cómo nos vemos y también cómo reclamamos que se nos vea.

Para eso nos hemos convocado aquí, y con alegría celebro hoy el arribo a Halle, centro de cultura europea. Vinimos a inspirarnos en los diseños de los Kaliskies de esta parte del mundo, a jugar en sus pattern noster 3 pero tropezamos con un nuevo MacDonald. Observamos con cierta desesperanza el efecto de la superposición de un nuevo modo de producir ganancias capitalistas sobre una infraestructura que significó hasta hace menos de diez años empleo para todos, y asistimos al espectáculo un tanto gris de una Alemania adonde todavía el uso del trasporte colectivo y público es la norma, pero que ya no no lo usa tanta gente, debido al creciente número de población desocupada, cercana al 20% de la población local, tal vez el porcentaje de desempleo más alto de la neo Alemania unificada. Aquí todavía se puede ver lo accesible que fue la vivienda universitaria en una sociedad del 'socialismo real', y el gran peso de una burocracia en la que no se necesita aún el inglés para establecer relaciones humanas o económicas, como en el oeste, o en Japón y en China. Aquí, donde casi por milagro, la gente local sabe más palabras en español que en inglés. ¿ Paraíso perdido o el iceberg de una villa robótica, 'global?  

Ante esta Europa, no nos avergonzamos de usar sólo plumas, como nos imaginan muchos europeos a los que venimos de América latina y de El Caribe, pero no por ello vamos a adoptar aquí conducta de avestruces o de cacatúas, como muchas veces se acostumbra en reuniones académicas. Vengo hoy desde un lugar muy alejado de mi llanura litoral argentina, Londres, y si les he extendido esta invitación porque me he propuesto invadir terrenos y ayudar a imprimir nuestro sello en el mapa cultural de este continente europeo del que ahora soy ciudadana, y en el que todo está esperando para ser cambiado, ojalá para mejor, mientras a nivel monetario su extensión se expande rápidamente. Las mujeres no podemos quedarnos contemplando: hay también mucho que beber de estas culturas europeas.

Al igual que Las Malvinas, sigo manteniendo el doble estado de poseer la nacionalidad argentina y encima de ella la que le agregaron, la británica. Como ciudadana europea, por tanto, producto híbrido de los tiempos que corren, decía, me golpea directamente la división de Chipre, o de Irlanda, o en las cortes españolas que juzgan a los principales criminales políticos, responsables de las dictaduras de Argentina y Chile habidas entre 1973 y 1990; estoy ello empeñada en ayudar a conformar en esta parte del mundo adonde vivo ahora una nueva identidad cultural sin fronteras. Una tarea que por definición debe ser colectiva.

Una cultura que se va expandiendo, una que quiere dejar atrás para siempre el pasado colonialista e imperialista que aún abruma. Como científica social, no tengo un pasado teórico muy rico al que añorar o del cual hacer acto de fe o arrepentirme; no estoy por ello ni tan desconsolada ni tan pesimista como algunos de los colegas que nos precedieran en las discusiones, el día de la apertura del congreso.4

Hay quienes se quejarán en sus foros de que ahora se carece de aquellos marcos de interpretación que les ayudaban en el pasado.

No es nuestro problema, afortunadamente: aquellos autores tan acuciosamente reseñados en la charla inaugural no se ocupaban de los problemas, de los espacios, de los trabajos, de la existencia, en suma, de la mitad de la población del continente, que me incluía. Así ocurre si se piensa en términos genéricos. Si a ello se le suman otras diferencias en razón de la etnicidad y de la preferencia sexual, resulta que la enorme mayoría de la población quedaba en realidad automáticamente excluida del análisis efectuado por los más famosos cientistas sociales y latinoamericanistas, de los mejor conocidos. Aún aquellos que hacían un análisis de clase, y declaraban que ellos sí se ocupaban de la realidad de las grandes mayorías, sabemos ahora que en última instancia preferenciaban sólo ciertos grupos y estratos de clase. 

No podemos renunciar, por tanto, a ninguna gran herencia metodológica, porque no tenemos mucho a qué renunciar excepto a los grandes modelos interpretativos de los clásicos de la Economía Política o de la Filosofía Existencialista, que además, tampoco llegaron a aplicar sus teorías a la comprensión de nuestros casos. Pero tampoco deberíamos limitar nuestro horizonte académico asumiendo, apresuradamente ciertos nuevos esquematismos, aun aquellos que se auto rotulen  'feministas'. No caigamos en sus limitaciones.

La carencia de una herencia interpretativa coherente debe, creo, forzarnos a aprender en cambio, de los errores deformantes que adquirimos al atravesar las aulas de nuestras universidades. Es también un imperativo el procurar no caer en nuevos elitismos de la ciencia creada por una minoría para la interpretación de la realidad de sólo ciertos sectores y de los miembros de las minorías dominantes y sus aliados fáciles: clases propietarias, políticos corruptos, fabricantes de deseos artificiales, hombres machistas, blancos, ladinos o negros; heterosexuales que imparten las normas, y mujeres que coluden al acatarlas y usarlas en su provecho personal.

Toda esa ímproba tarea nos espera. Este seminario se inscribe, pues, en la búsqueda colectiva de una cultura nueva en que se nos trate, y en que trataremos a todos, con el respeto que nace de la paridad. Ello necesita de pautas investigativas que sepan asumir el hecho de que somos diferentes, de que no hay tal cosa como 'la mujer de América Latina'; que admita que exigimos un trato igualitario también para nuestros proyectos de investigación, para nuestros seminarios, para nuestras publicaciones y en próximos encuentros internacionales. Todo ello, en gran medida, dependerá de personas como las que aquí estamos presentes. Colegas que piensan, espero, que aunque fuera bonito que en el Congreso de apertura dos jóvenes mujeres tocaran instrumentos musicales, no se justifica que la única presencia femenina  en dicha apertura quedara prácticamente circunscripta a eso. No somos de aquellos grupos de mujeres que vino a Halle para ser utilizadas casi como elementos decorativos en una 'noche cubana', o aquellas auxiliares sin duda, y tal vez peor, acaso hasta super-explotadas con respecto a los hombres en sus mismas funciones. Es decir, no vinimos a adular al sistema capitalista, ni tampoco a hacernos eco de sus mediocres transformaciones post-comunistas. Queremos cambios, pero para mejor. 

Ejemplo todo lo anterior casi increíble de lo mucho que nos tocará hacer en este y en eventos futuros; erradicar también la concepción de que ser mujer de otro color que blanca y vivir en el Caribe es básicamente, o sólo, compatible con entretener, apareciendo en un espectáculo nocturno de este congreso ligera de ropa, trabajando con sonidos delirantes y movimientos corporales apetecidos solo por los cultores de la sexista cultura dominante, aun cuando la piel mantenga debajo la misma textura del ser hembra.5

Y nos hemos reunido, por cierto, con gran esfuerzo, físico y financiero de nuestra parte, porque nos anima la profunda convicción de que a la injusticia hay que desenmascararla cualquiera sea su ropaje, y porque también sabemos gozar, y mucho, de la peculiar oportunidad que producen eventos internacionales como el presente. Reforzar los lazos es una tarea prioritaria, y ahora tenemos además la ventaja de los sistemas electrónicos que acortan las distancias.

En suma, estamos aquí porque, como dice la vieja zamba argentina, 'la vida es dura si no se la vive con una ilusión': estamos aquí porque queremos ocupar, invadiéndolo si es necesario, un lugar importante en la construcción cultural del siglo XXI.

En lo personal, tengo la suerte de ser heredera de un pasado muy rico al que soy fiel, que una no quiere olvidar, aunque fuera aquel tan duro y aunque saliéramos parcialmente derrotados en nuestros ideales: en los sesenta y setenta, cuando tratamos de hacer de Chile una sociedad más moderna y más justa, mientras en Bolivia tratábamos de dispersar a las fuerzas americanas que asediaban a Vietnam; testigo de varios golpes de golpe de estado argentinos desde 1943 en adelante, fui víctima de dos de los peores de este siglo: el de Pinochet y el de Videla. Muchos hombres- y mujeres- pequeñitos se empecinan hoy en querer hacernos olvidar ese pasado del que fuimos testigos, y de ello profitan en primer lugar los fabricantes del horror, a los que en otro lugar he denominado los 'Supermachos'.6

Nos reunimos tan lejos de nuestra tierra natal como resultado de que la historia continental nos ha negado en cuanto mujeres tan sistemáticamente un sitio propio en el quehacer del final del siglo XX, como a cientos de miles de personas que han sido desplazadas, torturadas, desaparecidas. Algunas volvemos a ser injustamente discriminadas en todas la esferas del quehacer social en los nuevos países en los que ahora habitamos. Y ello a pesar de que hemos luchado desde nuestra tierna infancia contra la condición subalterna que nos imponen las sociedades existentes.

Estamos aquí porque- y mientras- la inversión multinacional viaja gratis y se apodera de las riquezas de nuestras países de origen, manipula sus democracias y drena su excedente económico. Esa aceleración en la circulación del capital debe responderse también con una mayor velocidad de producción de ideas y el uso de estrategias novedosas. Somos miembros de la academia, pero mantenemos lazos permanentes con otros creadores o difusores de cultura, lazos que son indispensables para estimular el diálogo.

Algunas de entre nosotras nos conocimos ya en el seminario sobre 'Mujer y desarrollo' del Primer Congreso Europeo de Latinomericanistas del CEISAL, reunido en Salamanca en junio de 1995, al que ya me refiriera antes. O en otras las Conferencias de la Society for Latin American Studies, de G.B., instancias internacionales muy estimulantes de la actividad creativa y que ayudan a concretar propuestas de  investigación de proyección internacional. Esa presencia que inunda hoy esta sala, y que es pues particularmente bienvenida ayudará sin duda a reforzar nuestra práctica académica en el futuro.

Gracias a todas y a todos Ustedes, en suma y tal vez con distintos grados de intensidad, sólo proporcional a vuestro esfuerzo en venir, como es el caso de la distinguida crítica mexicana Patricia Torres San Martín, que trajo consigo desde Guadalajara aquella maravilla que es la película de la pionera del cine mudo latinoamericano, Adela Sequieros (Perlita), 'La mujer de nadie'(1938). Doblemente agradecida en estos casos especiales, por haber asistido a esta convocatoria.

Racionalidad de esta propuesta metodológica

Con mi ponencia sobre Eva y Diana quiero dejar abierto el debate, estableciendo con ello nuestro marco metodológico de referencia básico. Todas las demás que seguirán a la mía, espero les producirán, como me ocurrió a mí al elegirlas, el placer del descubrimiento. No hemos de juzgar su calidad acorde con cánones cuasi perimidos, aquellos demarcados por los habitantes del Olimpo Latinoamericano- casi siempre, pero no siempre, hombres. Patriarcas que hoy en día se sientan en los parlamentos y hasta en la Presidencia de países que poseen la mitad o más de su población sufriendo de la más abyecta pobreza.7

La calidad se juzga en este caso por lo novedoso del tema, por su relevancia política actual, por la originalidad expositiva y por la dificultad en conseguir los datos básicos, así como por la destreza en el uso de métodos multidisciplinarios y la incursión a través de áreas temáticas.

Naturalmente que en mayor medida unas que otras, todas las ponencias constituyen una muestra de la riqueza del manantial que se produce hoy día en esta nueva rama del conocimiento que son los estudios genéricos sobre América Latina. Hay entre los autores que expondrán profesionales ya consagrados en su disciplina y otros que se perfilan como prometedores estudiantes de doctorado. Hay entre las expositoras de América Latina que se encuentran aquí,  académicas que se reconocen también, explícitamente, como políticas, pero ninguna de nosotras reclama para sí el rótulo de 'Supermadre'. 8

O sea, que hay en esta misma sala mujeres que hemos hecho y hacemos política en América Latina en cuanto mujeres ('qua qomen') y muchas académicas que rechazamos lo generalizante, necesariamente superficial, las munidas categorías sobre las así llamadas 'mujeres de América Latina'.9  Me he ocupado de discutir críticamente conceptos vagos en varios de mis trabajos recientes, y vuelvo a ello en esta ponencia no por simple tozudez. Me explico. Evita, por ejemplo, distó mucho de ser la Supermadre, como la definieran alguna vez Chaney y Jacquette, 10 y como tantos otros autores y estudiantes se han encargado de repetir acrílicamente desde entonces.

Muy en corto, quisiera entonces dejar en claro que una serie de categorías conceptuales por el estilo fueron construidas en universidades de elite en USA, en un período histórico en que en nuestro continente, profesionales y estudiantes, mujeres y hombres, hablábamos en las calles y en las aulas en contra de los males de 'la Alianza por el Progreso' y las pifias del desarrollismo, ya repudiábamos el supuesto equilibrio parsaniano mientras la CIA estrechaba el cerco en torno al progreso, para aniquilarlo, como se vio después.

En Cuba, entretanto, mujeres tales como Haideé Santamaría y otras muchas pero anónimas, campesinas, proletarias, y  prostitutas, lo repudiaban al imperialismo americano en la práctica cotidiana, desde sus respectivos puestos de combate: en las cocinas, en la cárceles, en las escuelas, en la guerrilla, o en la cama. Poco tenían ninguna de aquellas algo de 'supermadres', tampoco.

Conceptos como ése, como iba diciendo, fueron recibidos sin crítica al ser transplantados a instituciones privadas tales como el Instituto di Tella, con el apoyo financiero de la Fundación Ford, constituyendo por casi dos décadas lo mejor de lo poco que existía sobre estos temas. 11 Algunas de estas mujeres fueron parte de aquella primera ola de autoras y académicas que asistieron a la Conferencia de Mujeres de Naciones Unidas en México, en 1975. Entonces estos dilemas estaban planteado con gran fuerza; de esa palestra nos hemos mantenido siempre ausentes, porque a mi juicio la autonomía política que es requisito ineludible para asegurarse independencia académica, no pasa ni siquiera ahora, en mi opinión, por conferencias de mujeres de Naciones Unidas, ni puede contar con generoso apoyo económico de instituciones tradicionales si quiere ser independiente. 12

Ese año de 1975, vio también encumbrarse al poder formal a una mujer que fue la primera Presidenta de Argentina y en toda la América Latina, o sea, a la tercera esposa y flamante viuda del General Perón, Isabel; mientras tanto, mujeres y hombres 'diferentes' recorríamos las calles de Argentina como exilados internos de nuestro propio país; homosexuales y lesbianas eran torturados, vejados y hasta muertos en la sombra y en el olvido en dicho país.13

Fue aquello sin duda el preámbulo de tácticas de terror que se fueron extendiendo, con científica regularidad, desde entonces a otros países de América Latina. Porque las multinacionales trabajaban ya a trabajar con absoluta impunidad. Hoy las vemos empeñadas en ahondar las diferencias raciales, y en crear nuevos prejuicios, para dividir aun más al pueblo mexicano. Necesitan también tanto de un mercado homogéneo que permita el abaratamiento producido por los costos de escala, como de otros mercados en extremo sofisticados para las minorías privilegiadas, todo lo cual se compadece solo con un único tipo de libertad: la libertad para profitar sin limites. Nunca trabajan aisladas: en México, por ejemplo, son ayudadas por 23 o más entrenadores provistos por los servicios de seguridad israelita que están a cargo de los programas de exterminio de culturas y personas en la zona de Chiapas.14 Las consecuencias que todo lo anterior acarrea para la vida de ciertas mujeres, será analizado en especial en dos de las ponencias que siguen, una referida a México y la otra a Brasil.

Pero volvamos a un punto básico: ¿quiénes somos las latinoamericanas? Como dijimos al principio, somos en principio hembras nacidas en Latinoamérica.     

Usada como categoría conceptual, sin embargo, el concepto de 'mujeres latinoamericanas' es estéril, pues describe una generalidad que en sí misma no sirve para analizar nada, excepto que se la complejice haciendo uso de indicadores tales como la clase, raza, etnicidad, estado civil, número de hijos, religión, región y cultura, entre otros. Como lo probó Domitila Barrios de Chungara, una india boliviana, madre de familia, analfabeta y sindicalista, cuando en la Conferencia de la UN en 1975 se paró y gritó: -"A ver, sisters, si me permiten hablar.", no hay tal cosa como la hermandad de genero automática.15  Una ironía en la que ya no caen quienes se auto-permiten hablar.16

Otra modesta práctica en tal dirección lo constituirá este seminario. Nuestras ponencias abren y muestran un abanico de imágenes femeninas y masculinas. Pero estamos conscientes de lo pionero de nuestros esfuerzos, y no debemos olvidarnos tampoco, los pocos privilegiados que estamos aquí, de aquellos millones y millones de mujeres que viven en carne propia las consecuencias de la femenización de la pobreza, creadas por un nuevo libertinaje del sistema de mercado competitivo, que ellas comparten con sus hijos y que a veces también sus hombres comparten, como es el caso del Movimiento de los sin Tierra (MST) en Brasil o los casos de México analizados por Mathew Gutmann.17

Por todo lo anterior hemos hecho propicio este gran evento europeo para intercambiar ideas. Las ponencias que se presentarán hoy muestran, repito aunque suene ingenuo, apenas algunos aspectos del gran espectáculo de la diversidad de lo que es ser mujer en Latinoamérica, y ofrecen hasta donde es posible una perspectiva histórica. No obstante, creo que las mismas son un excelente muestra de hasta qué punto se tiende a mistificar la realidad, y a normalizar las imágenes. En todo caso, y para terminar, ofrecemos a continuación excelentes trabajos que constituyen un esfuerzo por entender lo que en última instancia más nos interesa hoy.

Porque las mujeres no vivimos en un vacío: debemos por tanto analizar nuestra relación con los otros géneros, como  también entre nosotras mismas. Los trabajos de este seminario procuran todos, sin excepción, destruir imágenes estereotipadas y algunos van mas allá, procurando reemplazarlas por nuevas representaciones. Su diversidad no impide observar un objetivo común que los anima: ayudar a construir el porvenir, aunque ésa no sea su única originalidad, por cierto.

Pasemos ahora a los aspectos prácticos de este encuentro. Cada ponencia podrá extenderse a lo sumo 20 minutos, y le seguirán 10 minutos de preguntas y respuestas, también como máximo. Este es un tiempo feminista: por tanto, no se debería transgredir ni negociar. Se lo debería saber compartir en igualdad. O ceder generosamente.

Gracias por anticipado: ojalá que la práctica en el uso del tiempo no nos obligue a renunciar al avance cultural que ha significado su aceptación generalizada en Europa.

AGRADECIMIENTOS: Este seminario ha sido posible gracias al entusiasta apoyo que su coordinadora recibió de parte de la Dra. Sylvia Chant, LSE, Presidenta de la Society de SLAS.

Su desarrollo fue facilitado por el siguiente modesto aporte financiero: I) beca de la SLAS para pagar la asistencia de una estudiante avanzada de Ph.D, Patricia Montenegro; II) ayuda financiera de CEISAL para facilitar el viaje de Patricia Torres San Martín; III) becas de la British Academy, la GDR  (Academia Alemana de Investigación) y del Research Committee of the School of Humanities and Cultural Stduies, Universidad de Middlesex para facilitar la inscripción, el viaje y la estadía en un hogar universitario de la Dra. Marta Zabaleta.

Katerina Emmanouilidou, una de mis más dilectas ex-alumnas de la materia de mi creación, 'Culture, Gender and Society in Latin American', contribuyó con la invaluable ayuda de sus estimulantes y siempre tan apreciados comentarios a todo lo que antecede.    

Notas

1. Por ejemplo, Georgina Ashworth, Director of CHANGE, UK, desde 1979 en adelante. En el mismo periodo, la autora de este trabajo ha sido miembro del Comité Asesor de CHANGE.

2. Consuelo López (ed), Daughters of Calibán. Caribbean Women in the Twentieth Century, Indiana University Press/LAB (Bloomington and Indianapolis, London: 1997); Roberto Fernández Retamar, 'Caliban Speaks Five Hundred Years Later' en Anne McClintock et el (eds), Dangerour Liaisons. Gender, Nation, & Postcolonial Perspectives, University of Minnesota Press, (Minneapolis/ London: 1997), pags 163-172.

3. Un tipo de ascensor sin puertas, que como no para hay que cazar al paso, y del que queda uno de los edificos estatales que bordean la plaza de Halle.

4. Ver conferencia de inauguración en este mismo volumen, dictada por el Profesor Dr. Edelberto Torres Rivas, UNDP,  Guatemala, El desorden teórico: las ciencias sociales y la investigación en América Latina, 4 de dept de 1998.

5. Me refiero a lo que fuera anunciado en el programa del Congreso como un 'concierto de salsa y baile' de un grupo de La Habana, ...'conformado por nueve mujeres de temperamento caribeño'..., CANELA, que tiene fama de ser ...'la mejor banda musical de mujeres de Cuba'. Para más detalles, ver el programa del 2do Congreso, pág, 25.

6. Veáse M. Zabaleta, Supermachos and Supermothers: Ideals or Excesses in the Gendering of National Identities for the Global Market?, ponencia presentada a la Conferemcia Anual de la Society for Latin American Studies, Liverpool University, 17-19 de abril de 1998. 

7. 'Brasil es un país en el que 30 millones de sus 160 millones de habitantes pasan hambre todos los dias, y adonde otros 60 millones viven alrededor de la línea de la pobreza',   Gideon Boulting, Tempest in a promised Land, Film Proposal, (Rio de Janeiro: Agust 1998), pag. 5. Su actual Presidente es mi ex-profesor del CESO, Universidad de Chile, Santiago, 1967, Fernando Enrique Cardoso. 

8. Vease el concepto en E. Chaney, Supermadre. La mujer dentro de la política en América Latina, Fondo de Cultura Económica, (México: 1983).

9. Marta Zabaleta, 'Idelogy and Populism in Latin America: A Gendered Overview', in Will Fowler (ed), Ideologues and Ideologies in Latin America, Greenwood Press,(Westport- London: 1997), pág. 65-83.  

10. Ver Nash & Safa(eds), Sex and Class in Latin America, Bergin Publishers, (New York: 1980), págs. 172 y 240.

11. Ob. cit., pag. v., en donde se explican los preparativos para la Conferencia de Mujeres de NU en la ciudad de México, y las publicaciones que resultaran.                       

12. Al respecto, es iluminador la famosa intervención de Domitila Barros de Chungara en la conferencia aludida, y recogida en M Viezzer 'Si me permiten hablar', Testimonio de Domitila, Siglo XXI, México (1977).

13. Veáse Juanita Ramos (Comp and ed), Compañeras: Latina Lesbians (An Anthology), Latina Lesbian History Project( New York City: 1987); Diana Taylor, Disappearing Ats. Spectacles of gender and Nationalism in Argentina's " Dirty War", Duke University Press, (Durham and London: 1997)

14. En comunicación personal con la autora, durante una entrevista realizada en 1998, cuyos datos no pueden sumistrarse por razones obvias.

15. Ver M. Viezzer: 'Si me permiten hablar...' Testimonio de Domitila, Siglo XXI (México:1977). 

16. Un buen ejemplo lo constituye la interesante publicación: América Latina ¿Y las mujeres qué?, de la Red HAINA, Instituto Iberoamericano de la Universidad de Gotemburgo, ( Goteborg: 1998). Otro es el trabajo de consuelo rivera fuentes, 'chilean lesbians 1980-95', en Minika Reinfelder (ed.) Amazon to Zami. Towards a Global Lesbian Feminism, Cassell, (London:1996); pags. 138-161.      

17. La noción de masculinidada necesita ser discutida y el hecho de que es socialmente construida debe ser reconocido. Al respecto, veáse, Mathew C. Gutmann, The Meanings of Macho: Being a Man in Mexico City, University of California Press, Berkeley, (1996), por ejemplo.

Dra. Marta Raquel Zabaleta© Londres, 1998 

Seminario I.3- Segundo Congreso Europeo del CEISAL - Universidad de Halle, 1998
CLASE INAUGURAL  
Coordinadora: Dra. Marta Zabaleta
Senior Lecturer, Latin American Studies 
Middlessex University, Londres

Ir a índice de América

Ir a índice de Zabaleta, Marta Raquel

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio