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Sábado, 3 de noviembre de 2012

Teatro › Tres obras en cartel de Harold Pinter confirman la vigencia del autor británico

¿Absurdo realista o realismo absurdo?

Los directores Emilio García Wehbi, Mariano Stolkiner y Mauro Molina son algunos de los que abordan el tema en sus últimos trabajos. Aquí, entre otros tópicos, reflexionan acerca de la relación entre los medios de producción y los discursos.

Por María Daniela Yaccar

La habitación, la primera obra breve de Pinter, cuenta con dirección de Gonzalo López.

Siempre que haya una obra de Harold Pinter, habrá –si el director sabe lo que hace– un espectáculo infrecuente para ver. Entre tantos estrenos que hay cada fin de semana en la cartelera porteña, la dramaturgia de Pinter del siglo pasado todavía tiene el poder de sobresalir. En este momento se pueden ver dos trabajos del autor que nunca se habían llevado a escena en Buenos Aires: La habitación, su primera obra breve, con dirección de Gonzalo López; y Sketches de revista, dirigida por Alejandro Vizzotti, una antología de piezas cortas. Por su parte, Raúl Mereñuk ofrece una destacada versión de la emblemática El amante. En esta nota con Página/12, los directores reflexionan sobre la vigencia de Pinter y brindan sus puntos de vista sobre la producción del dramaturgo.

“Creo que nos comunicamos sencillamente demasiado bien en nuestro silencio, en lo que no se dice, y que lo que sucede es una continua evasión, desesperados intentos de retaguardia para resguardarnos dentro de nosotros mismos. La comunicación es algo demasiado alarmante. Entrar en la vida de otro es demasiado aterrador. Desenmascarar ante los otros la pobreza que nos habita por dentro es una posibilidad demasiado temible.” Con estas palabras, Pinter (1930-2008) sintetizaba una de las claves de su inmenso teatro: el juego entre lo dicho y lo no dicho.

Las tres obras suyas que se pueden ver en este momento en Buenos Aires –todas con traducción de Rafael Spregelburd– tienen mucho que ver con eso que el inglés dijo acerca de la comunicación. También la que hasta hace poco tenía en cartel Agustín Alezzo, Viejos tiempos. Y teniendo como marco una sociedad que lo que más hace es eso, comunicarse, el teatro de Pinter instaura un contraste atractivo. Hay diferencias y similitudes en cómo los directores locales piensan a Pinter: los tres abordaron los textos desde un lugar realista. “Lo califico como un absurdo realista o un realismo absurdo”, apunta Mereñuk. “Se habla de él como un autor absurdo, pero para laburar sus textos necesitás alejarlo de eso, para que aparezcan la situación y los personajes posibles y tengan vida”, recalca López. Distinto es cómo han manejado la ambigüedad, el no cierre que caracteriza a la producción de Pinter. Mientras que López y Mereñuk consideran que es crucial plantear una hipótesis de lo que ocurre en la historia desde el punto de vista de la dirección, Vizzotti habla de “lo pinteriano”: “Es lo que tiene que completar el espectador desde su punto de vista e ideología. La dimensión de lo humano es más compleja que una hipótesis”, define.

La habitación (1957), Sketches de revista (1959) y El amante (1963) están dentro de los primeros trabajos de Pinter. “Nuestra elección puede ser una casualidad, pero lo cierto es que la producción posterior de Pinter está hecha de diálogos más complejos y poéticos. Quizá no se eligen obras más actuales porque se busca un discurso más llano”, analiza Mereñuk, al frente de una de las obras más características del inglés. El amante, con actuaciones destacadas de Marta Bianchi y Ernesto Claudio, es –desde la mirada del director, pues hay distintas interpretaciones– la historia de un matrimonio de muchos años que se quiere, y que busca mantenerse unido a toda costa. “La obra remite a la creación de nuevas formas del deseo en una pareja”, apunta Muruñek.

“Muchos críticos han dicho que esta pareja elige la evasión. Pero veo su decisión de tener amantes como una búsqueda. Y ni salí de la obra, ni me escapé. Dejé el texto casi intacto”, completa el director, para quien Pinter es simple y complejo a la vez. Vizzotti coincide: “La puesta puede ser muy sencilla, en cambio los textos suelen ser muy complejos”. El optó por el despojo en la escenografía para Sketches de revista, que es una antología de obras breves de 1959 a la que añadió Noche, más reciente. Son pequeñas historias también protagonizadas por gente común, pero que tienen un tinte más social: aparecen, por ejemplo, el racismo, la prostitución y la relación entre un obrero y un patrón. Noche, que es el último sketch en la puesta de Vizzotti, rompe con todo eso y muestra a una pareja que discute acerca de cómo se conoció. “Es más moderno, es el Pinter del último tiempo”, sostiene el director. En Sketches de revista él actúa junto a Claudia Mac Auliffe, Marcelo Mariño y Sonia Novello.

Vizzotti tuvo la posibilidad de conocer a Pinter en España, en 1996. Junto a Gabriela Izcovich, Julia Catalá y Luis Machín actuó en Varios pares de pie sobre pisos de mármol, un espectáculo que reunía dos obras de Pinter, en un festival en Barcelona en homenaje al autor. Los dirigía Spregelburd. “En su momento hubo que convencer a Pinter para que nos autorizara a mezclar los textos, que eran Viejos tiempos y Traición. No entendía lo que queríamos hacer. Nos había dicho: ‘¿Para qué van a mezclar dos obras? ¿Por qué no hacen una atrás de la otra?’. Era una locura argentina, obviamente. Entonces Rafael le escribió una carta explicándole cómo era hacer teatro en Buenos Aires, y accedió. Pidió que nos programaran (en el festival) cuando él estuviera en Barcelona. Fue muy gracioso: cuando terminó la obra, dijo: ‘I need a drink’”, recuerda Vizzotti. “Fue una de las primeras obras que hice. Lo fundacional te marca para el resto de tu vida. Siempre me interesó Pinter”, desliza.

A López, que tiene apenas 25 años, Pinter también lo marcó temprano. La habitación es la quinta obra que dirige. “Lo estudié en el IUNA, en la materia Teatro Universal. Este proyecto surgió de mi último año en Dirección, en una cátedra de Luis Cano”, cuenta. “Es la primera obra corta que escribió Pinter. Antes dirigí Woyzeck, la última de Georg Büchner, que escribió cuando tenía 23 años. Tiene una simbología eso, en relación con mi edad y la de los que escriben.” La habitación es, entonces, la oportunidad de acercarse al autor inglés desde la perspectiva de un director joven, que opina que convertir una obra en propia significa “descubrirle algo al texto”. Con actuaciones de Camille Belmont, Sergio Ferreiro, Alvaro Hernández, Galo Ontivero, Azul Ratti y Hervé Segata, reestrena el 9 de noviembre en el marco de “El IUNA fuera del IUNA”, el primer ciclo de directores emergentes organizado por la universidad, con entrada gratuita.

“Cuando leés esta obra, lo primero que te pasa es que no entendés nada. Soporta múltiples hipótesis. Para nosotros es la historia de una mujer que se mudó con su marido y que está escapando del fantasma de sus padres. La abordamos desde los traumas familiares. Me interesó conectarme con el texto desde ese lugar”, explica López. “Y me atrae relacionar a Pinter con nuestra vida: él habla de las neurosis de personas comunes y corrientes. Nosotros también nos comportamos así. Al ver o leer sus obras no entendemos nada, pero en cuanto al hacer, hacemos lo mismo”, concluye.

* El amante, viernes, sábados y domingos a las 20.30 en Auditorio Losada, Corrientes 1551.
* Sketches de revista, domingos a las 19 en Inbocaluppo, Virrey Arredondo 2495.
* La habitación, desde el 9 de noviembre, los viernes a las 20.30 en Del Borde Espacio Teatral, Chile 630.

 

María Daniela Yaccar
Publicado, originalmente, en Página/12 - http://www.pagina12.com.ar/ - Sábado, 3 de noviembre de 2012
Link de la nota: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/10-26904-2012-11-03.html

Autorizado por la autora

 

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