La mujer que pasa

poema de Vinicius de Moraes

¡Dios mío, quiero la mujer que pasa!

Cómo te adoro, mujer que pasas,

que vienes, vuelves y que me aplacas

tanto en las noches como en los días.

¿Por qué me faltas cuando te busco?

¿Por qué me odias cuando te juro

que te perdía, si me encontraras,

y me encontraba si te perdía?
¿Por qué no vuelves, mujer que pasas?

¿Por qué no llenas la vida mía?
¿Por qué no vuelves, mujer querida,

siempre perdida, nunca encontrada?

¿Por qué no vuelves hacia mi vida,

para impedir que sea desgracia

toda esta pena que siento ahora?

¡Dios mío, quiero la mujer que pasa!

La quiero ahora, sin más demora,
¡la tan amada mujer que pasa!

Por tu martirio,
santo martirio que nunca cesa,
¡Dios mío, quiero, quiero en seguida

a mi querida,
    a mi querida mujer que pasa!

Que queda y pasa, que pacifica,

llena de vuelos y de deslices,

que flota leve como corteza,

y como el humo tiene raíces.