He aquí una película tan lírica como dramática, tan tensa como hermosa, tan profunda como ligera, extraña mezcla de sentimientos antagónicos y dialécticos gracias a la pericia de su director Eitan Tzur. El filme es producción israelí; se titula Una joven y bella esposa (2010) y se basa en una novela de Edna Mazya, también guionista del filme.
Eitan Tzur es reconocido director de televisión y la película Una joven y bella esposa es su primera incursión en el cine. Los resultados le han sido muy satisfactorios en los festivales donde esta cinta se ha exhibido.
Su argumento pretende ser un incisivo y –a la vez– cálido estudio sobre el amor y sobre los sentimientos de culpa en una pareja. De entre ambos estados anímicos, surge la devoción humana como síntesis inagotable de las relaciones amorosas, donde el error se presenta como una prueba.
La trama se juzga simple; pero es solo en apariencia. Narra la historia de un profesor de 60 años, quien se enamora de una hermosa alumna suya. Ella tiene 28 años y también le corresponde al profesor, de quien admira su inteligencia. Se casan.
Apuesta del filme
Su matrimonio parece moverse en las aguas apacibles de la felicidad,
pese al contraste de años. Luego la película plantea el asunto medular.
¿Es capaz una joven de brindarle fidelidad a un hombre que la adelanta
en más de 30 años? En este caso, nos dice el filme, al menos en este
caso, no sucede.
