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La dama de oro (2015)
Crítico de cine La Nación |
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Hay películas que, no importa la nimiedad del tema, logran tener fuerza dramática en el tratamiento del mismo y, así, nos dan dramas intensos o vibrantes que lo atrapan a uno desde su sencillez argumental. Pues bien, el filme inglés La dama de oro (2015) es exactamente lo contrario. Tampoco es que la historia narrada por dicha película sea la mar de interesante, no creo. Más bien, es relato de interés tan cerrado que uno mismo se extraña de que lo lleven al cine. Así, lo peor que le sucede es el desgano con que su director, Simon Curtis, lo pone en pantalla. Al señor Curtis le sucede lo mismo que con su filme anterior, Mi semana con Marilyn (2011), que se frena a sí solo: le falta audacia al señor Curtis, audacia y creatividad, o le falta talento. La dama de oro corre en cine como si se fuese, más bien, un telefilme irregular, sin mucha consistencia, con la liviandad del vuelo de un mosquito, a lo sumo del piquete de un zancudo. El tema de esta película está para indagar sobre la ética del arte y sobre su función, si social o individual, ¡pero nada de nada! Este filme narra el caso real de una exiliada austriaca, de origen judío, quien debe huir hacia Estados Unidos para escaparse del genocidio nazi. Un día decide reclamar unas obras de arte que le pertenecen por derecho familiar, realizadas nada menos que por Gustav Klimt. Aunque dicho arte le fue despojado por el nazismo, el gobierno austriaco lo ve como parte de su cultura nacional y así se exhibe en Viena. |
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El filme va a dos vertientes: el presente (su parte más aburrida), sobre el reclamo de las pinturas, y el pasado sobre la persecución nazi a los judíos (parte mejor lograda, aunque se carga de manera melodramática). De ahí en adelante, todo es anecdótico, incluso cuando se discute sobre dónde deben estar las obras de arte de un autor simbólico y de quién deben ser patrimonio: ¿de un museo nacional o de un propietario individual? La señora del caso, encarnada de manera eficaz por la buena actriz Helen Mirren, aduce razones morales y principios familiares para “quitarle” las obras de Klimt al museo austriaco y despojarlas del carácter de “arte nacional”. Eso sí, ella termina vendiéndolas en una millonada a otro museo coleccionista en Nueva York. La dama de oro también se extiende sobre la amistad entre una mujer mayor alejada de su país injustamente y el joven abogado que la representa (actuación con poco quehacer de Ryan Reynolds) e, igual, el filme es aquí esquemático e irregular. Lo cierto es que esta película está hecha como una fórmula, como un ensayo para una puesta en escena. A ello corresponde bien el montaje en el acomodo de secuencias, pero no en la dotación del mejor ritmo narrativo. También son funcionales la música y la fotografía: ni bien ni mal, ni siquiera como dotación sentimental. En resumen, es cine prescindible, que puede verse o no, que nos resulta prefabricado y hasta tramposo con su moraleja y que, obvio, prefiero no recomendar. |
La Dama de Oro - Woman in Gold (2015) Tráiler Oficial Subtitulado - Ryan Reynolds [HD]
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LA DAMA DE ORO
Título original:
Woman in Gold
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por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
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