Tienen razón quienes denuncian el lógico comportamiento de Hollywood, donde a una película exitosa la sigue un filón por el mismo estilo, hasta que la veta se agote. Sucede ahora con los cuentos infantiles en versiones más bien oscuras y con exageración de lo fantástico o maravilloso.
Luego del éxito económico de la escudería Disney, en el 2010, con el filme Alicia en el país de las maravillas, dirigido por Tim Burton, se han hecho cintas por ese estilo con Blancanieves, Caperucita Roja, Hansel y Gretel y, ahora, con Jack, el de los frijoles mágicos, según el cuento de Hans Christian Andersen.
La película nos llega con el título de Jack el cazagigantes (2013), dirigida por Bryan Singer, lo que por sí solo era un atractivo y ha resultado gran frustración. Este conocido director se coloca a mucha distancia de sus mejores filmes: Singer no logra superar los malabares inútiles de un guion confuso que parece dividirse en dos películas, por falta de unidad dramática.
Jack el cazagigantes tiene cuatro guionistas y, como bien se sabe, a más cocineros, más rala es la sopa. Esta película no pasa de ser una típica morralla. ¿Conocen esa palabra? Se dice del pescado menudo, pero también de todo conjunto o mezcla de cosas inútiles. El filme es un rejuntado de situaciones arbitrarias, sin mayor magia, con efectos especiales muy torpes y narración descuidada.
