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Inframundo: El despertar
Título original: Underworld 4: Awakening (2012)
Colmillo flojo
Infracine
Pésimo inframundo
William Venegas
http://lahuelladelojo.blogspot.com/ 

Crítico de cine La Nación
San José, Costa Rica
wvenegas@nacion.com
 

 

He aquí una película tan desagradable como meter un dedo entre dos muelas; tan confusa como arrear cien gatos por la avenida central de San José. Por supuesto, igualmente de mala, pese a tener dos directores (a más cocineros, más rala la sopa). Hablo del filme de acción violenta que es la cuarta película de una saga con mejores momentos: Inframundo: El despertar (2012).

Los directores son los suecos Måns Mårlind y Björn Stein, quienes –al menos– saben meterle más barullo a lo que tradicionalmente exhibe la serie titulada Inframundo. No solo se trata de ruidos, música altisonante, voces agudas, chillidos o lo que pueda afectar nuestros tímpanos, sino que los suecos en cuestión se dan gusto con los efectos visuales, como quien prepara chorizo en una carnicería.

Lo que queda es la trama, supuesta trama, con la presencia añejada de la actriz Kate Beckinsale, siempre agradable a la huella del ojo, aunque monocorde con su actuación, como figurante que solo sabe moverse, morder y matar a cuanto sujeto se le ponga por delante, sin averiguar si es humano, licántropo (hombre lobo) o uno de los suyos: vampiro.

La violencia gratuita es el eje funcional, que no dramático, de este filme. Es más cinta de acción que de terror (la verdad, de terror: ¡nada!). En función de esa violencia, la pantalla se llena de efectos visuales, de bichos raros entendidos como monstruos y de distintas poses de la actriz (Beckinsale), quien se esfuerza por demostrar –de manera inútil– que es la misma de antes en energía, sin serlo.

Esa violencia, esos efectos visuales y los auditivos ligan las más distintas secuencias, en serie, porque la historia va a saltos de conejo salvaje, sin arte ilativo alguno. Por ello, es difícil –con la mala narración– inferir una cosa de otra, en términos del relato. Lo que queda, pues, es una especie de “carnaval” de peleas.

En esta película, quien muerde mejor es quien gana. Muerden los vampiros con colmillo afilado, muerden los licántropos con toda su quijada y también se le muerde el bolsillo a los espectadores, al cobrar por una película que debió ser lanzada –lo mucho– por la ruta del video casero.

Esta cuarta entrega narra el despertar de Selene (Kate Beckinsale) luego de estar en forzado estado de coma (hibernación científica) durante quince años. Alguien la despierta. Descubre que entre ella (vampiresa) y su amado hombre lobo (de las anteriores películas) hay una hija.

Lógico: la hija, llamada Nissa, tiene los poderes dominantes de un vampiro y de un hombre lobo, por lo que –a partir de ella, de sus genes– hay intereses poderosos para crear una raza superior. Son fuerzas malignas y Selene debe luchar por su hija y en contra del malévolo plan. Es cuando el filme asume, más fuertemente, su carácter de atracción de feria, con su pasarela de efectos especiales.

Esta película solo “eleva” el llamado “cine-basura” a representante del cine de acción, según las convenciones del cine comercial y sin ir más allá del artificio vano, o sea, sin autenticidad alguna. Filme desechable.

INFRAMUNDO: EL DESPERTAR

Título original: Underworld 4: Awakening 
Estados Unidos, 2012
Género: Acción
Dirección:
Måns Mårlind y Björn Stein
Elenco:
Kate Beckinsale
, Stephen Rea
Duración: 89 minutos
Cines: CCM Cinemas, Cinépolis, Cinemark, Citi Cinemas, Paraíso, Variedades
Calificación: UNA estrella de cinco posibles

por William Venegas 
cocuyos@racsa.co.cr 
Gentileza de La huella del ojo 
http://lahuelladelojo.blogspot.com/   

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