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Sigo convencido de que las películas
animadas son quienes sacan la cara –en estos momentos– por toda la gran
industria de Hollywood. No es el momento de hacer lista de mis animados
preferidos, pero creo que lo que planteo es fácil de ser demostrado.
Otro día haré de mi lista.
Lo que sí es cierto es que la saga de “Cómo entrenar a tu dragón”
(How to Train Your Dragon), que se inició en el 2010, continuó en el
2014 (“Cómo entrenar a tu
dragón2) y cierra ahora en el 2019 (se supone), esa saga está
bien arraigada dentro de mi gusto cinéfilo, desde el finísimo diseño de
sus personajes animados hasta su impactante dirección de arte.
“Cómo entrenar a tu dragón” se basa en la homónima serie de
libros de la autora británica Cressida Cowell y, en cine, esta trilogía
tan seductora para grandes y chicos se la debemos a los estudios
Dreamworks Animation. Detrás de esta propuesta quien destaca es Dean
DeBlois, quien ha sido el gran motor de este proyecto.
DeBlois aparece como guionista y director de “Cómo entrenar a tu
dragón 3”, donde las imágenes son el paso inmediato para mostrarnos
una especie de fábula, moraleja incluida, valiosa, de diálogos
enriquecedores y con aguda inteligencia (generosa sinapsis neuronal).
Nada más, diría que esta tercera versión abusa un tanto más de los
efectos visuales que se generan por computadora: son espléndidos, aunque
no siempre necesarios, sobre todo al mostrar la especie de “tierra
prometida” en el éxodo de los dragones, para señalar que no son figuras
míticas, sino que tan solo se guardan de la avaricia humana.
Incluso, el exceso visual en secuencias como la señalada, le quita
fuerza dramática al texto narrativo y disminuye el apego emotivo que
generan las figuras de los distintos personajes que hemos conocido a lo
largo de esta serie.
Los sugeridos movimientos de cámara siguen siendo una virtud de la saga
y la construcción de los personajes animados es tan buena, tanto, que a
ellos les podríamos aplicar análisis de actuación, como si fuesen
actores de carne y hueso.
Esta película, desde su condición animada, es cúmulo de emociones que
compone la mayoría de sus secuencias (no en todas como anteriores filmes
de la saga: es que en esta tercera parte hay algunos tiempos muertos que
pusieron ser evitados). |
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La magia de
dragone y humanos de nuevo en cine |
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