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Cartas a Elena (2012)
Es cine epistolar
Lo real maravilloso
William Venegas
http://lahuelladelojo.blogspot.com/ 

Crítico de cine La Nación
San José, Costa Rica
wvenegas@nacion.com
 

Hay películas que parecen ser, únicamente, el resultado de un ejercicio sentimental de parte de sus hacedores (del director, sobre todo). Es el caso del filme mexicano que ahora llega al país con el título de Cartas a Elena (2012), con presencia costarricense en la producción, en la música y en la actuación de la joven Catalina Odio (Gatilla) como Elena.

En efecto, películas así no parecen estar hechas con intelecto pertinaz para el manejo del lenguaje cinematográfico: no son tan elaboradas. Más bien, hay descuidos con la narración (por ejemplo, en este caso, se abren distintas subtramas que no cierran todas; pese a su final recapitulador). Películas de este tipo no debemos verlas con un manual bajo el brazo.

Cartas a Elena es cinta para ser vivida, para ser disfrutada, para atraparle la bondad de su texto y salir gozosos de la sala. Me parece que es la intención de su director Llorent Barajas, quien deja que su película discurra amablemente desde su núcleo argumental y desde el buen diseño de sus personajes.

La historia camina entre el melodrama abierto, la comedia suspicaz y cierta tragedia bien superada por el optimismo. Sucede en un pueblo alejado, de esos donde la realidad se confunde con lo real maravilloso: la vida con alguna realidad mágica y las creencias con la superstición popular. Hermoso pueblo.

Prácticamente, es un pueblo de viejos. La gente más joven ha emigrado a los Estados Unidos, muchos a Denver, tras el vano “sueño americano”. Sin embargo, solo malas noticias llegan al pueblo de parte de los emigrados, cartas que hablan de frustraciones y del racismo contra los latinos.

Por aquí, Cartas a Elena se convierte en filme epistolar con denuncia política. Las cartas que llegan al poblado chihuahense llenan de amargura y de dolor a sus habitantes. Teo es el cartero. Como nadie sabe leer en el pueblo, a él no solo le toca repartir cartas, sino también leérselas a los humildes pobladores.

Además, Teo debe oír y escribir las respuestas y enviarlas a Estados Unidos. El único que no recibe cartas es el cartero. Un día, Teo suma a su trabajo a un jovencito llamado Emilio, quien descubrirá la fórmula para trocar los pesares en alegrías, pero con resultados dramáticos tan inesperados que hacen, del pueblo, un remolino de pasiones y de chismes.

Es bonita la historia, sin duda. Lástima que el trabajo actoral no sea el mejor para tan absorbentes personajes. Quien más falla es el jovencito José Eduardo, como Emilio, muy mal actor: fatal para la película. Tampoco lo hace bien la costarricense Catalina Odio.

En dos platos: la dirección de actores está totalmente descuidada. La fotografía sí es elegante y expresiva. La musicalización del costarricense Edín Solís resulta excesiva (lo prudente es cerrar los oídos en algunos tramos del filme). Vuelta a lo dicho al principio: es la sensibilidad del relato y el corazón de la película quienes me hacen recomendarla a mis lectores.

Como glosa, me ha sido de lo más cálido ver en esta cinta a actrices que, en mi juventud, llenaban las pantallas del cine mexicano con sus guapuras y bellos rostros, hoy en la flor de la noble vejez. Ahí están, sin temor: Lorena Velázquez, Ana Luis Peluffo, Irma Dorantes, Elsa Cárdenas y Sara Montes. Además, un galán del ayer regresa al cine: Jaime Jiménez Pons. ¡Puñeta, me emocionaron!

CARTAS A ELENA

México, 2012
Género: Comedia
Dirección: Llorent Barajas
Elenco: Carmen Salinas, Irma Dorantes, Javier López, José Eduardo, Lorena Velázquez
Duración: 106 minutos
Cines: Cinépolis, Cinemark, Nova Cinemas
Calificación: TRES  ( * * * )
 de cinco posibles

por William Venegas 
cocuyos@racsa.co.cr 
Gentileza de La huella del ojo 
http://lahuelladelojo.blogspot.com/   

 

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