Días de 1979
Vilma Vargas Robles

El sol se abrió como una mueca en la almohada,
despertó a los amantes
que se besaban sin reconocerse.
El mundo chirrió
como una horca
en el momento en que esperabas
cantar sin sobresaltos.

Que no te miren de reojo los muertos,
mantén furme el instinto del abrazo,
defiende tu salud,
cuida los nombres
y hasta el vacío
como un homenaje.

Vilma Vargas Robles
El fuego y la siesta

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