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Trastornos mentales y drogas 
Escrito por Dr. Eliseo Valverde Monge 

Las drogas fuertes que actualmente se están consumiendo en la mayoría de los países del mundo, son las responsables de que muchas personas desde los años de la juventud, manifiesten trastornos mentales. Estos trastornos aumentan año con año en forma alarmante y nuestro país, desafortunadamente, está sumergido en el problema.

La cocaína, que es una de las drogas más comunes y usadas, pura o en sus preparaciones (crack), es la que más está llevando jóvenes de ambos sexos a la consulta de especialistas en padecimientos mentales. Sus efectos nefastos tardan unos cinco años en presentarse y en Costa Rica existen jóvenes que antes de ese tiempo, no abandonan la droga. Las enfermedades mentales más frecuentemente presentadas, son los trastornos psicóticos, las depresiones y la esquizofrenia, con las consecuencias de que la mayoría de estos padecimientos, no son reversibles, ya que ellos por el contrario, continúan con síntomas paranoides y delirios sensitivos que los pueden conducir a cometer actos horrorosos en contra de la familia, personas inocentes y con ellos mismos, como el suicidio.

El consumo de cocaína y otras drogas, es ya en sí mismo, un trastorno mental. Los consumidores de cocaína lo son también a otras drogas que por lo general, las asocian con alcohol en esas fiestas de “barra libre”. Recordemos que el alcohol precede al consumo de las drogas fuertes. Generalmente se comienza con alcohol, cada vez más frecuente hasta llegar a caer en irresponsabilidades, y ya cuando esto sucede, se acepta la marihuana, anfetaminas, LSD y cocaína. Como prevención, debo comunicar que los padres pueden hacer mucho para prevenir el consumo de drogas y así evitar que sus hijos sufran trastornos mentales en el futuro.

La adicción a las drogas, a tiempo, se puede corregir, antes de que se diga “aquí no pasa nada”. Es importante vigilar qué música están escuchando los jóvenes y qué ropa eligen para vestirse. No hay que confundir la rebeldía típica del adolescente con la adicción. Si se notan cambios drásticos, hablar del tema sin adoptar como padres posiciones de sabelotodo y mucho menos amenazadora y policiaca. Si escuchamos a los hijos sin condenarlos, tengan la plena seguridad que prevenir, será algo fácil. Inténtelo.

Dr. Eliseo Valverde Monge
La Prensa Libre (Costa Rica)

Lun, 21 Feb 2011

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