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Ahora Cartago, después Alajuela
Escrito por Dr. Eliseo Valverde Monge
eliseovalmon@hotmail.com

 
 

El tren, originario de Inglaterra hace 200 años, llegará nuevamente a la ciudad de Cartago luego que, por abandono y error presidencial, dejara de hacerlo hace unos años. Este tren, que ya lo tenemos en Pavas, Belén y Heredia, pronto estará también en Alajuela. Lo que redujeron a cenizas, se levantó de los escombros para beneficio de todo el pueblo y nuevamente pita por su renovada red ferroviaria más segura, eficiente y acorde con el medio.

El tren fue, es y será siempre un símbolo de progreso, pues consiste en un medio de transporte cómodo y barato, facilitador del desplazamiento de las personas y de los intercambios comerciales. Sin el ferrocarril, el país no habría desarrollado tanto en el siglo anterior y el Pacífico, el Atlántico y la Zona Sur estarían más pobres. Gracias a los patriotas y visionarios del pasado, que no escatimaron para vencer las dificultades técnicas de los terrenos inhóspitos, su desarrollo fue posible. Sabemos que, durante la construcción del ferrocarril, murieron costarricenses y hombres de otras nacionalidades, batallando por derrotar las adversidades y las enfermedades con tal de dejar sembrado el progreso. Eran verdaderos costarricenses. Así las cosas, a mediados del siglo XX el ferrocarril funcionaba con toda normalidad. Recuerdo que enviaron a Alemania a distinguidos profesionales a especializarse y a uno en particular, que regreso con el título de ingeniero eléctrico con especialidad en máquinas de ferrocarril (Ing. Rafael Redondo). En ese tiempo, se importaron modernos trenes totalmente equipados. En los pasos a desnivel hubo semáforos y equipos sonoros accionados automáticamente, con lo cual los accidentes se redujeron bastante, pero además, los ciudadanos tenían la cultura del tren y en los lugares donde había la señal “pare, mire y oiga”, el alto se hacía, viniera o no el tren. Se consiguió un ferrocarril que, en 1950, abarcaba cientos de kilómetros de costa a costa, siendo uno de los más modernos de América. Esto no fue nada fácil, lográndose que fuera eléctrico hasta el Puerto del Pacífico y sus ramales. Costó mucho, como para que en el gobierno Figueres Olsen lo “serrucharan”, en lugar de haberlo modernizado y con ello evitar la enorme cantidad de huecos que aparecieron luego en nuestras carreteras. Faltó visión, hubo ceguera, algo muy propio de los últimos gobiernos que hemos tenido. Gracias Dios, ahora se piensa diferente en materia de trenes y don Miguel Carabaguíaz hace todo lo posible para que el tren funcione eficientemente. Pasará a la historia don Miguel por haber puesto a rodar sobre rieles al muerto, una vez que lo pudo reconstruir en los talleres del Incofer con pedazos de locomotoras y vagones, hasta importar ahora trenes seguros. Rápidamente, el éxito será llevado a Cartago donde miles lo esperan. En tanto, ya están los preparativos para que, el próximo año, llegue a la Ciudad de Alajuela, hasta que finalmente sean los caribeños y los puntarenenses quienes disfruten una vez más la sonoridad del pito de la prosperidad. El tren es ya una realidad que se mueve con locomotoras diésel, las cuales reducen tiempos y costos de operación. El recorrido será fantástico y lleno de aventura; eso que no todos, como en mi caso, lograron viajar en el “pachuco”, que venía de Limón a San José tras 8 horas entre montañas, ríos, llanos y túneles. Los trenes nuevos cuentan con ventanas panorámicas y confortables asientos, haciendo suponer que, en un futuro, nuevamente el tren turístico fascine las aguas del Reventazón y las bellezas del bosque tropical nuboso.

Dr. Eliseo Valverde Monge
eliseovalmon@hotmail.com

Publicado, originalmente, en Prensa Libre (Costa Rica) http://www.prensalibre.cr/lpl/, el Miércoles 25 de Julio de 2012

Link del artículo: http://www.prensalibre.cr/lpl/comentarios/67867-ahora-cartago-despues-alajuela-.html

Autorizado  por el autor

 

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