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El hombre en llamas

por Nicéforo Urbieta Morales

 

"Nicéforo Urbieta Morales es un pintor perteneciente a la cultura zapoteca (Oajaca, Méjico). Por defender esa cultura, pasó diez años en la prisión mejicana de Lucumberri, conocida como "capital del dolor". Finalmente, diversas presiones internacionales hicieron que Lecumberri se cerrara. 

En una de sus paredes, se descubrió un extraordinario fresco de Urbieta, que representa una Virgen Madre con su Niño en brazos, Diosas Madres con animales en el vientre, un Cosmos múltiple, indefinido, que sugiere lo Infinito. 

Hoy, Urbieta se considera uno de los pintores vivos más importantes del mundo."

 

Espejo

Humeante
que hace a -parecer las cosas.
Pequeño homenaje a José Clemente Orozco

Ser Verbal & Ser Socio-afectivo & Ser Imaginario.

Introducción:

A la luz no solo de las distancias que siguen separando a las comunidades "indígenas" de la comunidad lógica-verbal occidental, no es tan aventurado afirmar que hace más de 500 años se encontraron dos posibilidades humanas de significar: de un lado la palabra y del otro las flores y los cantos del sentir.

Los rituales curativos, religiosos, y productivos de las comunidades nos siguen hablando del placer de sentir como cordón umbilical, por el cual nuestros corazones dialogan con el florido racimo de corazones del pasado.

Las ideas que aquí se exponen han dado marco teórico al trabajo cultural de la comunidad de Sta. Ana Zegache Oaxaca, fusionando el concepto del sentir desarrollando por el arte moderno con el encerrado sentir de "naa 'ya r'un' schin', rúaa' rníi' ("mis manos hacen el trabajo mientras mi boca habla"), dicho tradicional, que adorna bellamente los rituales sociales y productivos, y, que nos ha permitido despertar el sentimiento estético de jóvenes, niños y adultos de la comunidad.

La fiesta y los actos curativos determinan mucho del sentir comunitario, por ser el espacio del color, del sabor, del olor, las formas y el sonido. Espacio que enmarca y reproduce las emociones y los sentimientos en sus diferentes matices, y a través de ellos espacio que nos permite una lectura apasionada de nuestros símbolos.

De aquí que el corazón de mi ponencia debiera ser una "limpia" o un acto de fiesta: el diálogo global de los sentidos rigiendo el mundo de las significaciones a partir de los latidos profundos del ser: la transparencia del caos-tezcatlipoca y del orden-Quetzalcoatl, espalda con espalda.

Ser verbal.
"En el principio era ya el verbo

y el verbo estaba en Dios....

Por él fueron hechas todas las cosas:

y sin él no se ha hecho cosa alguna...

en él estaba la vida."

San Juan 1.1.4

El ser que sale de paseo.
Parafraseando a Paul Klee que dice que un
dibujo es un punto que sale de paseo.

Una semiótica devoradora de tiempo y otra devoradora de espacio quizá hallarían su frontera común en el ámbito tensivo de la euforia y la disforia, universo donde la capacidad lingüística hallaría sus primeras posibilidades de acceder a la significación, y donde, por el otro lado, el hacer visual extrae sus posibilidades iniciales de exploración del sentido del espacio.

A partir de esta frontera común los investigadores de uno y otro campo solo les queda adentrarse en sus vastos territorios armados de la eficacia de la coherencia y de los valores de la percepción como interacción del hombre con su entorno.

A partir de esta frontera común, tal parece que mientras una se aligera en los cimbrados de su hacer, la otra va requiriendo de estructuras cada vez más complejas: ¿en virtud de su propiedad lineal, discursiva y narrativa?.

Tanto en lo general como en cada obra, en las artes plásticas este proceso se presenta como una totalidad en movimiento, buscando, o mejor dicho, encontrando su momento ideal cuando el objeto adquiere todas las características que hacen de él el sujeto de una acción sensibilizante y significante.

Podríamos decir que el hacer artístico suelta su dentellada a los pies del azar, precisamente, y al tumbarle un pie le hace brotar el humeante espejo donde contemplamos azorados nuestros propios rostros.

José Clemente Orozco, el mismo un hombre en llamas, decía que el arte es la emoción a través del conocimiento, con la evocación del primer día del calendario prehispánico se sugiere que, por el contrario, a través de las emociones se puede acceder al conocimiento, y eso sería el arte.

Testimonio corporal y comunitario.

Por lo demás, tanto en el trabajo del taller como en la práctica educativa comunitaria, se ha constatado que habiendo un "apagamiento" o una desviación del potencial significante verbal el hacer plástico fluye, apasionado y repentino, de tal modo que la tarea del artista viene siendo registrar y valorar las pulsaciones y latidos de la obra que nace. Además de que los colores y las formas se experimentan como "mas vivos" en las primeras horas de la mañana, cuando el cuerpo se encuentra descansado y relajado.

Muchas veces el momento decisivo de una obra llega cuando el cuerpo "pierde" su euforia o disforia y simplemente "está actuando" muy lejos de sus pasiones.

Ser Imaginario.

Nuestras comunidades indígenas de hecho son una reserva de imágenes visuales, olfativas, gustativas y corporales; ya que las señales y los símbolos que se comparten conmueven vivamente a la vida social e individual, como lo manifiestan en su trabajo colectivo "Los recursos de la educación zapoteca" los profesores bilingües Aurelio Juárez Martínez, Eleazar García Ortega y otros, a propósito de la Matlazíhuatl: "se sostiene como real y verdadera por quienes han sido testigos de su influencia, que han visto a la Matlazíhuatl y han platicado con ella e incluso que han sido curados de los males que provoca... Además con más frecuencia". O como en el caso ocurrido recientemente en Zegache: una mujer murió hace dos meses "luego de haber cortado un árbol frecuentado por las brujas".

También hallamos esta recurrencia a las imágenes en las metafóricas expresiones del hablar cotidiano. Por ejemplo: es frecuente que para decir: voy a ir a tu casa digan: "voy a tu sombrita" o "voy a tu altarcito de palma". Enciérrenlo en la cárcel, dicen "aposéntenlo en el sitio que se reflexiona" o "póngalo en el lugar donde llega el pensamiento".

Y cuando jugamos con las asociaciones sonoras de nuestra lengua zapoteca nos encontramos con este florido racimo de imágenes:

beu: luna
beu: coyote
beu: mes
beu: huitlacoche

los cuatro presididos por "b": viento.

Pero, es dibujando como se revela el juego de su contenido:

Primeramente aparece el coyote (beu) que, desde las dos dimensiones susceptibles de experimentarse sobre la tierra, lanza al viento (b) su aullido en las noches de luna (beu) y nos ofrece la dimensión espacial, el mismo tono, beu, la luna nos estafeta hacia la cuarta dimensión: el mes, desde aquí iniciamos y recorremos el largo camino de la dimensión de la vida, ya que nos espera el huitlacoche (béu), el negro hongo del maíz, quien, así, termina simbolizando a plenitud la misma muerte (gel-guti) (milpa que murió), cerrando en oscuridad el ciclo que iniciara un aullido en otra noche.

CONCLUSIÓN.

De aquí se colige que hay una urgencia no solo para nosotros, zapotecos, de impulsar una semiótica médica, antropológica, musical de la danza, la arquitectura y el urbanismo. Esta semiótica científico-artística aumentaría considerablemente las potencialidades del imaginario semiótico en términos globales, dotando a la cultura de los símbolos esenciales para la alfabetización contemporánea. La sonrisa de nuestros hijos espera desde el futuro.

Niceforo Urbieta

Exposición del Maestro Nicéforo Urbieta Morales en la Esquina de Alcalá

 

por Nicéforo Urbieta Morales

 

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