La autora de “El ramito” presentó un nuevo libro de cuentos, su género predilecto.

Una narradora en el juego mayor de la literatura
Nota de Osvaldo Aguirre

Noemí Ulla apuesta por el cuento. “Creo que es el género literario más difícil. Es donde se da el juego mayor y donde hemos tenido a los grandes escritores, aquellos a los que uno vuelve”, dice. Y a modo de ejemplo de esa práctica acaba de presentar en Rosario Juego de prendas y los dos corales, un volumen de relatos editado por Simurg.

Ulla estuvo en Rosario con otro motivo: participar en la presentación de Poesía completa, la recopilación de la obra de Aldo Oliva que apareció con el sello de la Editorial Municipal. La ocasión se prestó para recordar su residencia en la ciudad, donde vivió hasta 1969, cuando se radicó en Buenos Aires.

Los años en Rosario fueron los de su formación, en dos ámbitos que funcionaban de manera simultánea y a veces contrapuesta: la universidad –estudió Letras en la actual Facultad de Humanidades y Artes– y el circuito de los bares donde se reunían los jóvenes escritores.

“La universidad había dado un cambio muy positivo –dice Ulla–. Teníamos un grupo de profesores excelentes, como Ramón Alcalde, Adolfo Prieto –con quien tuve el gusto y el honor de trabajar en el Instituto de Letras–, David Viñas y Eduardo Prieto. En la mesa de los bares estaba la cátedra paralela, con Aldo Oliva y Daniel Wagner a la cabeza. Éramos muchos los que escribíamos: estaban Atilio Pentimalli, Rubén Sevlever, Rafael Ielpi; Carlos Saltzmann. De Santa Fe venían Hugo Gola y Juan José Saer”.

El Ehret, evocado en un poema de Aldo Oliva, “era el restaurante donde nos reuníamos hasta altas horas de la noche, para leer y discutir”. La revista Pausa derivó de esas reuniones: el primer número ofreció un pliego dé poemas de Ulla con ilustraciones de Oscar Herrero Miranda.

De aquella época “quedaron muchísimas cosas que luego se transformaron en otras. Aquella fue una base muy importante, a la que uno siempre vuelve. Por lo pronto, mis convicciones con respecto a la literatura, permanecen”.

Parte de esa historia retorna en “Días de la calle Limay”, uno de los cuentos del último libro. El amanecer sorprende a los protagonistas –dos hombres y una mujer, la narradora– cerca del Monumento a la Bandera. “Y así iniciamos una larga y socorrida discusión a la que nunca podíamos poner fin –dice la protagonista–. ¿Cuál era el arte de mayor valor? ¿Tenía una función el arte, alguna función? ¿Debía la política someter al arte? En la madrugada, como dados, corrían nombres de escritores, de algún músico, de pintores, que habían hecho del arte un compromiso fuerte”.

Diálogos reveladores

Ulla hizo una encuesta entre sus lectores a propósito de Juego de prendas y los dos corales, para saber qué cuento les había gustado más. “Hubo muchas disidencias. Sólo dos coincidieron en elegir ‘De ámbar’, dice, y explica que “me importa saber qué dicen los lectores: uno escribe para uno mismo pero también para ser leído, por eso publica,”.

En el plano de la escritura, “lo que me interesa mucho es el diálogo entre los personajes, porque es un intercambio en la comunicación, pero la comunicación profunda, a través del interior de cada uno”.

“Tarde de ensayo”, otro de los cuentos del nuevo libro, demuestra ese valor de los diálogos. Dos amigos separados por el tiempo y la distancia geográfica se reencuentran y en la conversación recuperan momentos del pasado que se suman al presente, “si es que el recuerdo compone también musicalmente, como cada uno de ellos a su modo, iba componiendo distintas vibraciones”.

Los personajes de sus relatos “tienen que ver con las cosas que uno ha vivido y que uno puede imaginar, pero no son para nada reales. Un editor estaba fascinado porque encontró un cuento realista y pensó que tenía que ver con mi vida; embromando un poco le dije “no, lo que pasó es que yo llego al realismo que vos pensás a través de la imaginación. Entonces quedó patidifuso”.

Noemí Ulla ha publicado los volúmenes de cuentos Ciudades, El cerco del deseo y El ramito y otros cuentos, las novelas Los que esperan el alba y Urdimbre y los ensayos Tango, rebelión y nostalgia, Identidad rioplatense: la escritura coloquial y La insurrección literaria.

Además publicó un libro de conversaciones sobre literatura, Encuentros con Silvina Ocampo, y preparó la edición de Poesía inédita y dispersa, de la misma escritora. “Antes de hacer las entrevistas no nos conocíamos mucho con Silvina –dice–. Ella era bastante distante para acercarse a la gente y tener un diálogo. Pero como había leído cuentos míos y los apreciaba, aceptó. A partir del libro se creó una amistad muy firme entre las dos, que después, a la muerte de Silvina, continué con Bioy Casares”.

Los cuentos de Ulla requieren lectores atentos. “Para entrar en ese prodigio que la escritura ha sabido urdir –escribió Tununa Mercado sobre “El ramito”– hay que dejarse atrapar por ese modo de imaginar que confía a la palabra el diálogo con las cosas y los seres, revelando lo recóndito, lo maravilloso de los objetos-seres”.

Nota de Osvaldo Aguirre. Suplemento literario Señales. 

Diario La Capital, Rosario, domingo 4 de julio de 2004

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