El cerco del deseo (cuentos), Ed. Sudamericana, 1994. 

“El cerco del deseo"
Nota de Alfredo Alzugarat

La mayoría de los cuentos que presenta en esta nueva colección la escritora argentina Noemí Ulla se caracteriza por la presencia combinada de tres coordenadas fundamentales: lo femenino, lo íntimo y lo cotidiano. Sus narraciones nacen de una fabulación que se inicia las más de las veces en lo doméstico, en el trabajo rutinario o en las vicisitudes del convivir para trasladarse, sin grandes sobresaltos, hacia una intensificación de la realidad ya existente o hacia una inevitable y necesaria ruptura con ella. Ese imaginario de lo cotidiano, si bien no ignora ocasiones excepcionales, peripecias oníricas o aventuras rayanas en lo fantástico, tiende a relativizarlas al concentrar la atención todo el tiempo en la sensibilidad de los personajes. Lo que importa es explorar el universo de la vida interior, los hondos balbuceos de la conciencia y a la vez las menudencias, angustias y aspiraciones que hallan reflejo inmediato en el transcurso de la vida diaria.

Oscilando en su discurso con igual eficacia entre la primera y la tercera persona, resalta una óptica feminista que concluye muchas veces en la celebración de triunfos o descubrimientos, trabajosamente logrados y presentados como un renacer que ensancha la existencia. Así sucede en cuentos como “El maestro de música”, “Amanecer con vida”, “Un amor de Erté” o “Las noticias del día”, donde la comprensión de la naturaleza individual o la apertura hacia el mundo exterior, aparecen como expresión de una voluntad que conjuga con el deseo de los personajes. 

En otros casos, el deseo es una fuerza oscura, muchas veces inconsciente o innombrable, que acecha y asedia, sometiendo los designios humanos: en “Tratos y contratos”, la consigna de deshacer el día se impone como una tentación de romper la rutina de una correcta y disciplinada señora; en “La mesa”, un mueble inevitable, a través de un sencillo ejercicio de telequinesis, puede obligar a escribir sin pretextos a una deslumbrada escritora. Mención aparte merecen relatos que giran en torno a las secuelas del período dictatorial como es el caso de “El Proemio” donde se condenan enfáticamente los excesos de exhibicionismo testimonial, lo que la autora considera una “comercialización del sufrimiento, grotesca y grosera .

La intertextualidad no deja de estar presente. Con su prosa sobria y serena, Noemí Ulla circunscribe y enriquece su narración invocando lo ficcional y el ancho mundo de la literatura: el comienzo típico del cuento de hadas o la mención del país de las maravillas; uno de los personajes comparado con el Blanes de Onetti; algunos títulos alusivos y hasta un homenaje a Julio Cortázar. Por su unidad y transparencia esta colección de cuentos de Noemí Ulla puede situarse al nivel de otra anterior suya (Ciudades) recientemente traducida al francés. A la par de su labor ficcional, en sus ensayos de crítica académica, por la que también se la conoce, ha ahondado en la obra de Borges, Onetti y Roberto Arlt, autores que inciden en su escritura.

Alfredo Alzugarat
El País, Montevideo, Uruguay, 12 de abril de 1995.

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