Periodista Francisco Savino 
Eduardo M. Tyrrell

Francisco Savino, nació en Italia, el 22 de octubre de 1909 y llegó a Río Cuarto en su juventud. 

Casado con Próspera Grecco. Sus Hijos: Francisco Rinaldo y Augusto Daniel. 

Su actividad empresarial: fue titular de una imprenta y editor de los diarios “La Voz de Río Cuarto”, “La Tarde” y “La Calle”, desempeñando la presidencia de la empresa editora de este último Diario ya desaparecido, hasta su muerte. 

Representó para el periodismo de la ciudad de Río Cuarto un elemento renovador que generó un gran impulso para la prensa local aportando tecnología para una superación que marcó toda una época. 

Por su carácter y sus acciones, hay personas cuyo recuerdo queda fijado en el tiempo, en esa época precisa en que huella es la respuesta al talento creador o a la satisfacción de una necesidad de sus contemporáneos. 

La pintura, la música, las letras, la vida social o el deporte; la política, el comercio o la industria han tenido exponentes individuales de proyección social que en el vasto conglomerado en que hoy devino Río Cuarto han contribuido como eficaces generadores a la formación material y cultural de la ciudad. 


Colaboró con los elementos técnicos de composición e impresión que dieron nacimiento a los modernos diarios de esta segunda mitad del siglo. 

Al Radicarse en Río Cuarto, introdujo en la ciudad el arte-oficio de la encuadernación y el dorado a fuego, siendo testimonio de esta delicada artesanía valiosos libros que todavía se conservan en algunas bibliotecas de la ciudad. 

Proveniente de la Isla del Sol, la bellísima Sicilia, circundada por el mar y al pie del Volcán Etna, aprendió don Francisco los rudimentos del oficio en su Catania natal, a la que nunca olvidó y visitó constantemente, siendo testimonio de ese amor al terruño los frescos y pinturas con que Marcelo Longarini decoró su casa riocuartense. 

De su infancia y mocedad, recordaba vívidamente la luminocidad de Taormina y el aroma frutal de los naranjos sicilianos, pero sus muchos amigos y su familia riocuartense lo afincaron para siempre en su Río Cuarto adoptiva, a la primero entregó sin descanso la laboriosa artesanía de sus libros y, más tarde, la imprenta. 

Por último, un diario, pergeñado como una moderna fábrica que diera impulso a la difusión de las ideas en forma más dinámica y particípativa, creando el cultivo propicio para varias generaciones de técnicos y periodistas. 

La ilustración del periódico fue una de sus innovaciones, al incorporar a el “Diario La Calle ” una grabadora electrónica de clisés de origen alemán, la “ Klischograph”, una de las primeras del interior del país; sustituyó al telégrafo como limitado receptor de noticias, por la velocidad informativa de las radioteletipos; incorporó la columna editorial como expresión cotidiana de la opinión del diario, así como radio y telefotos, entre muchas otras innovaciones, trajo a Río Cuarto la primera rotativa, que permitió aumentar notablemente la velocidad de impresión y cantidad de páginas, ampliando el mercado al ámbito regional. 

Por ello, puede afirmarse que Francisco Savino fue un hombre de imprenta y de prensa, acompañado por periodistas que encontraron cauce para su ingenio y calidad profesional, al aprovecharse de los medios técnicos que aquél ponía constantemente a su disposición. 

De allí surgieron plumas que marcaron hitos inolvidables en la vida riocuartense, de los cuales cabe recordar a Carlos Favre y a tantos otros que hicieron del Diario “ La Calle ” hogar y profesión, amor y desvelos, noches y amaneceres. 

A partir de la vieja imprenta de sus comienzos, donde a mano, letra a letra, pliego a pliego se componían los variados semanarios y revistas confiados a su conocimiento gráfico y a su constante dedicación al oficio, que verdaderamente amada, puede decirse que Francisco Savino alcanzó una meta y dejó una impronta notable desde su protagonismo creador. 

Era otra época , es cierto; o acaso, la etapa inicial de la época que discurre. 

En este tiempo, en ese momento de la vida ciudadana que vivió Francisco Savino, cuando la velocidad del conocimiento no era tan vertiginosa como para dejar atrás la asimilación serena y metódica de esa misma modernidad, su contribución fue de un valor inestimable. La placa que aún puede verse donde descansan sus restos fue fundida con las viejas matrices de los olvidados linotipos con los que compuso, casi artesanalmente, los periódicos y revistas que hace décadas hablaban de ésta, nuestra ciudad, cuando el plomo y la tinta, las noches interminables de cafés de extramuros y en plácido silencio, alumbraban apenas a la ciudad bulliciosa, al Río Cuarto actual. 

Al final de dicha placa se lee... “del diario al que dedicó toda su vida. Sus amigos”. 

Y ESE FUE SU OTRO LIBRO: TANTOS AMIGOS QUE NO LO OLVIDARÁN. 

Falleció en la Ciudad de Río Cuarto el 01 de Octubre de 1974. 


Fuentes: 

Revista: Ciudad. TV. Río Cuarto (1995) Año 1 - Nº 3 - Francisco Aloisio.

Eduardo Tyrrell: Trabajo de Compilación de Datos y Fotos. (Río Cuarto. Julio 2009)

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