Los Conquistadores Llegan a Río Cuarto
Eduardo Tyrrell

La presencia de los españoles Conquistadores en la región se manifestó por varias expediciones en busca de fabulosas riquezas, aunque sólo encontraron tierra agreste y aborígenes sencillos y sin gran organización. 

Las primeras expediciones habrían llegado a las nacientes del Río Cuarto y recién en 1579 los españoles posiblemente incursionaron en una zona cercana a donde hoy se ubica la ciudad de Río Cuarto. 

De todas maneras, con riquezas o sin ellas, se iniciaba la historia de la relación entre los Conquistadores y los Nativos. Una relación que se extendería por varios siglos y caracterizaría la historia de la colonización y aún nuestra forma de vida moderna. 

Primeros españoles que llegaron a la zona de Río Cuarto

 

La evolución de la zona que hoy conocemos inició allá por 1529, alrededor de 30 años después de que Colón llegara a América, cuando el Capitán Francisco César se condujo desde las costas del Paraná hacia la zona próxima a Río Cuarto. 

La expedición de César recorrió los cursos de los ríos Carcaraña y el Talamochita (hoy Río Tercero), y desembocó en la Sierra de los Comechingones, al límite con la provincia de San Luis, siendo éste el último destino. 

El Cacique Yungulo, al mando de este territorio en aquella época, agasajó a Francisco César con objetos de oro y cristales de berilo, elementos que los españoles consideraron como indicios de la existencia de grandes riquezas. 

Esta estimación errónea pasaría a convertirse en el objetivo de otras expediciones. 

En 1529 habrían llegado cerca de las nacientes del Río Cuarto y tras sus pasos, generadores del mito conocido como Ciudad de los Césares o Trapalanda, otras expediciones desembocaron en Conchancharava, denominación dada por los nativos a la zona situada en la cuenca superior del Río Cuarto. 

Casi 50 años después, en octubre 1573 un grupo expedicionario comandado por el Capitán Lorenzo Suárez de Figueroa, a quien se lo considera descubridor del Río Cuarto, salió desde las Sierras. 

Seis años más tarde, en octubre de 1579, el Gobernador Gonzalo de Abreu también expedicionó pasando por diferentes poblaciones hasta llegar a la margen del Río Cuarto, probablemente muy cerca de donde hoy se encuentra esta ciudad. Su destino final fue el Río Quinto, posiblemente a la altura de Villa Mercedes, pues consta en documentos que este cauce fue descubierto por Abreu. También quedó abierto el camino hacia el por entonces Reino de Chile. 

Si bien los españoles no encontraron los tesoros de oro y plata que esperaban, no se privaron de repartirse lo que hubiera: tierras, ranchería y aguadas, incluidos los indios que la habitaban. 

La domesticación y el uso del caballo, dotaron a los indios de una nueva movilidad y le permitieron organizar los "Malones", con que atacaron las fronteras "Cristianas" durante muchas décadas.

Reparto de las Tierras e Indios 

Las encomiendas


Mientras mantenían la ilusión de hallar los grandes tesoros de metales preciosos, encerrados en el enigma de la Trapalanda, los conquistadores sacaban provecho de las tierras y encomiendas que les entregaban. Por ejemplo, se sabe que el Gobernador Abreu otorgó (encomendó) al Capitán Mitre grupos indígenas y sus tierras del Río Quinto.

Estas primeras reparticiones arbitrarias de tierras e indios comenzaron a generar disputas entre los colonizadores por lo que consideraban sus posesiones.

De estas encomiendas de los Conquistadores surgió la colonización primaria de Córdoba, que estuvo conformada por el Capitán Juan de Avila y Zárate en el Río Tercero, el Capitán Jerónimo Luis de Cabrera (II) EN EL Río Cuarto y el Capitán Juan de Mitre en el Río Quinto.

Puede suponerse, que a partir de algunos documentos, que los pueblos indígenas se negaban en principio a abandonar su forma de vida para someterse a los Conquistadores. Sin embargo los que resultaban controlados debían conformarse con lo impuesto. A los pocos que se animaban a organizar protestas se los castigaba o reprimía de inmediato, como ocurrió en 1584 al sojuzgarse una pequeña rebelión de indios junto al Morro de San Luis.

No obstante, muchos indios lograron mantener su forma tradicional de vida, a la que sumó su encono contra los colonizadores. De esta circunstancia surgió el concepto español de dos clases de indios: los “ mansos”, que vivían en las encomiendas, y los “infieles”, que moraban alejados y cuando podían agredían a los colonizadores y sus propiedades. 

Para generar riquezas de las tierras, los encomenderos explotaban al máximo la potencialidad de trabajo de los indios, obligandolos a realizar tareas de hilado, tejeduría, cosechar miel, cuidar el ganado o cualquier otro trabajo. Para ello contrataban a un “ poblero”, especie de capataz que se encargaba de dirigir la producción y a quien se le retribuía con un 25 % de los beneficios logrados. 

Las Tierras de los Cabrera 

Estas tierras fueron entregadas en merced Don Gonzalo Martel de Cabrera. 

Río Cuarto formó primero parte de una gran estancia, muy poco habitada, cuya posesión fue pasando de generación en generación por la familia de los Cabrera, descendiente del fundador de la ciudad de Córdoba, hasta quedar en 1751 definitivamente bajo el mando del monasterio de Santa Catalina, que vendiéndola la redistribuyó entre muchas otras familias españolas dando paso a una segunda etapa de colonización. 

En 1620 Jerónimo Luis de Cabrera II recibió de su madre la propiedad de la estancia de Río Cuarto y dos años más tarde inició una fabulosa expedición a la “ ciudad de los Césares”, que concluyó en un estrepitoso fracaso.

Para estar a la defensiva de los continuos ataques que encabezaban los indios debieron construirse cuatro fuertes, aunque éstos no impidieron el desdoblamiento de la zona del Río Cuarto.


Con el paso de los años, en 1641, Cabrera agotó sus recursos y no tuvo otra alternativa que pedir dinero prestado al Monasterio de Santa Catalina. Como garantía de su deuda debió hipotecar varias de sus propiedades, incluida la estancia del Río Cuarto, con los 1 esclavos que en ella trabajaban. La deuda hipotecaria contraída con el Monasterio de Santa Catalina también formaría parte desde entonces de la herencia de los Cabrera. 

En 1662, Don Jerónimo falleció y dejó a su hijo, el General Jerónimo Luis de Cabrera III la estancia del Río Cuarto. Al morir éste, 27 años después, el campo constituido en el primer asentamiento de la actual ciudad riocuartense, junto con otros tres campos, quedaron en manos del Capitán José de Cabrera y Velasco. 

José de Cabrera y Velasco, hijo de Jerónimo Luis, transfirió la estancia del Río Cuarto y otra más a su yerno, el Capitán Pedro de Herrera y Velasco, como dote por el casamiento con su hija, tal los obsequios que se estilaban hacer en acontecimientos como éstos. 

En 1727, debido a la deuda de su suegro, Herrera y Velasco se vio obligado a ceder verbalmente las fincas al Monasterio. Una vez en sus manos la propiedad, la congregación comenzó a subdividirla, alentando así la colonización de la zona. 

Al poco tiempo el Monasterio las fragmentó para arrendarlas y facilitar su promoción productiva, aunque recién en 1743 dispuso de la documentación que acreditaba su titularidad. 

A partir de 1751 el Monasterio procedió a la venta efectiva de las subdivisiones y así familias como la de los Aguilar, Balmaceda, Soria, Bracamonte y Garay, entre otras, adquieren predios donde hoy se localiza la Ciudad de Río Cuarto. 

Se abría así una etapa de colonización naciente del Río Cuarto. No obstante haber pasado ya un siglo de la llegada de los españoles a esta zona, restaban largos años hasta darle forma real a la ciudad propiamente dicha. 

Mientras tanto los indios ya llevaban casi dos siglos de contacto con los europeos y alrededor de otros 100 años que dominaban el arte de la monta en caballo. Con esta herramienta y armas que llegaran desde tribus andinas los aborígenes hostigaban a los colonos y no desperdiciaban las oportunidades para aprovecharse de sus haciendas. 

Editor Responsable: Director: José Antonio Falco. 

(J.A.F. Producciones). Junio 1999. 

Coordinación General: Patricia Galván. 

Agradecimiento a: Historiadores, Victor Barrionuevo Imposti Y Carlos Mayol Laferrere. 

Fuentes Consultadas

*Museo Histórico Regional de Río Cuarto. 

*Museo Histórico de Córdoba. 

*Archivo Histórico Municipal de Río Cuarto. 

*Diario El Pueblo,Lunes 14 de marzo de 1983. 

*Diario La Calle, Sábado 6 de febrero de 1982. 

*Diario El Pueblo,miércoles 16 de abril de 1980, pasado presente y futuro de la biblioteca Popular Mariano Moreno. 

*Diario El Pueblo, jueves 9 de julio de 1931. 

*Gay Aquiles, La Universidad, su historia y relación con la Sociedad. 

*El caso de la Universidad de Córdoba, Ediciones Tec, Córdoba, 1995. 

*Puntal Revista, Un presente para hablarle al futuro, 15 de noviembre de 1981. 

*La Radio y su historia, publicación por 45 Aniversario de Radio Río Cuarto. 

*Luna Félix, Yrigoyen, Hyspamérica, Buenos Aires, 1986. 

*Gustavo Chiesa, El Hospital Regional de Río Cuarto cumple 50 años. 

*Laferrere, Carlos Mayol, Fundación de la Biblioteca Popular de Río Cuarto, 1973. 

*Diario Puntal, El ´36, un año en que la Región se convirtió en un campo de batalla, 2 de noviembre de 1997. 

*Faría Inés, Una Capilla, Un Pueblo... Iglesia Catedral de Río Cuarto, Ediciones Museo Histórico Regional, Río Cuarto, 1990. 

*Revista, Todo es Historia, Partidos y Tendencias Nacionales en la Década de ´20, Número 180/181, mayo /junio 1982. 

*Revista Realidad, Publicación de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos. 

*Costa, Eduardo José, “Guerra bajo la Cruz del Sur. La otra cara de la moneda”. Hypamerica. Buenos Aires. 1988. 

*Torres de Mercau, Blanca. “La Maternidad Hortencia Gardey de Kowalk cumplió 75 años”. Río Cuarto. 1998. 

*Friguerio Américo. “ Cronología médica de la Villa de la Concepción”. 

*Caseros Dip, Río Cuarto, 1991. 

*Baronio, Alfredo Mario. “ Río Cuarto Vivo, Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) 1995. 

*Nores, Beatriz: Dándrea, Ulises. “ Los aborigenes de la región del Río Cuarto”, Nuevo Siglo. 

*Maciá, Roberto. CD Rom “ Conozca Río Cuarto”, Roberto Maciá Producciones 1997. 

*Barrionuevo Imposti, Victor “ Historia de Río Cuarto”, Tomos I, II Y III, Tipec SRL, Buenos Aires, 1986. 

*Laferrer, Carlos Mayol. “Historia de Río Cuarto”, fascículos del 1 al 10, Diario Puntal. 

Asesoramiento Histórico (Ad Honorem) 

*Profesora de Historia: Sra. Alicia Lodeserto. 

*Alumna de Historia: U.N.R.C. Srta Natalia Isaacson. 

*Profesora de Historia: Sra. María I. Carnero Soto. 

*Profesora de Historia: Sra. Silvia Andrea Morales. 

*Alumno Historia U.N.R.C. Sr. Mario Machado. 

*Alumno Historia U.N.R.C. Sr. Nicolás Debernardi. 

*Sra. Blanca Torres de Mercau. (Historia :Maternidad *Hortencia Gardey de Kowalk). 

Arte y Diseño Gráfico : Charly Pascual. 

Ilustraciones 

*Víctor Hugo Arias. 

*Carlos Giorgis. 

*María Licia Montesanto. 

*Paco Rodríguez Ortega. 

Fotografías 

*Museo Histórico Regional de Río Cuarto. 

*Archivo Histórico Municipal de Río Cuarto. 

*Archivo Histórico de Córdoba. 

*Archivo D. Carlos Longhini. 

*Archivo JAF. Publicaciones. 

Finalmente, no queremos de dejar de expresar nuestro agradecimiento a la Directora del Museo Histórico Regional, Sra. Yoli Martini y a el personal de esa dependencia. 

Dirección y Gestión Comercial: Patricia Allende para JAF. Publicaciones. 

Caciques Censados entre 1545 y 1650 

Acabaqueda: Charaba del Valle de Punilla, Sierras de Córdoba, censado de 1570 a 1590. Dado en encomienda al fundador de Córdoba, Jerónimo Luis de Cabrera. 

Aclarichian o Acachirán : Censado durante los años 1620 a 1640, Valle de Punilla, Córdoba. 

Ascochinga: Cacique principal, censado entre los años 1550 – 1580 en las sierras comprendidas en el actual Dpto. Clón, Sierras Chicas. 

Bilibas: Cacique principal Censado en Soconcho, en las Sierras Grandes entre 1580 al 1600. 

Bolbolcharaba: Fue Censado en la Zona de Salsacate entre los años 1570- 1600. 

Cachu: Fue Censado en la Zona de Calamuchita, Córdoba, entre los años 1580-1600. 

Calahara – Anchiquín: Cacique principal sobrino del curaca Sicomo Huanchiquín en la región de Salsacate fue Censado entre los años 1550 a 1600 en las Sierras Grandes. 

Calana: Cacique principal, fue censado al sur de las Sierras Grandes, Córdoba, entre 1570 y 1600. 

Caminta: Cacique principal, fue Censado entre 1550 y 1580 en la margen sur del río Suquía. 

Citon: Cacique principal que fue Censado en Cruz del Eje entre los años 1550 y 1590. Su región llegaba a Ischilín y El Tortoral. 

Cochucharaba: Cacique de la Zona de Cuchi Corral, Sierras Grandes de Córdoba, fue censado entre 1620 al 1650. 

Concho: Cacique principal de la Zona de Luyaba, fue Censado entre 1575 a 1590. 

Charaba Naguan: Fue Censado en las Salinas Grandes, entre la actual Córdoba y Santiago del Estero, en 1570 y 1590. 

Chagapanta: Cacique principal que fue Censado entre 1570 y 1590 en el valle de Malancha, Córdoba. 

Chicha: Fue Censado en las Sierras Centrales y sur de las Sierras Grandes entre 1580 al 1600. 

Chilisna Charaba: Vivió en una fortaleza levantada en el margen del Suquía cuando Jerónimo Luis de Cabrera fundó Córdoba en 1573. 

Chuto: Cacique Censado entre los años 1560 al 1590, en la zona de Soto y Cruz del Eje. Se cree que Soto deriva de Chuto. 

Guaapi: Cacique principal, fue Censado entre 1560 al 1590, entre las Zonas centro y sur de las Sierras Grandes. 

Galuman Nana: Fue Censado cerca de Soto, en la actual Cruz del Eje, entre los años 1570 al 1600. 

Acsa: Cacique principal censado entre 1550 y 1590 en la Zona de Nono, Sierras Grandes. 

Huaybán Chuctavi. Fue Censado entre Cruz del Eje, Ischilín y N.O. de Totoral entre 1550 y 1590. 

Ibacla: Cacique sanavirón, fue Censado en Sumampa al S.E. de Santiago del Estero, entre los años 1570 y 1590. 

Iba Siton: Cacique principal fue Censado entre Cruz del Eje e Ischilín entre los años 1570 y 1590. 

Larca: Cacique principal que fue Censado entre los años 1580 al 1600. 

Lin Lin Charaba: Cacique de la Zona de Salsacate, censado en los alos 1570 al 1600. 

Macha: Cacique principal Censado en Cruz del Eje y parte de Ischilín entre 1600 y 1660. 

Main Charaba: Fue Censado en el Valle de Punilla, Córdoba; reducido y entregado en encomienda a Jerónimo Luis de Cabrera alrededor de 1574. 

Maioganumba: Reducido y sometido al repartimiento por Jerónimo Luis de Cabrera en 1574 en el Valle de Punilla, Córdoba. 

Molon: Cacique principal Censado entre 1580 y 1600, entre las Sierras Centrales. 

Muchiqui: Cacique principal que fue Censado en las Sierras Grandes entre 1570 y 1590. 

Olayon: Cacique principal, famoso por su bravura, fue Censado en Cruz del Eje entre los años 1590 y 1620. Murió en combate luchando en un parejo duelo contra el Capitán Tristán de Allende a quien dio muerte. 

Onga. Lo Censaron en las tierras ahora llamadas de Ongamira en el Dpto Ischilín entre 1570 y 1580. Murió según la leyu de sus ancestros .- Antes Muerto que esclavo – Muerto por los españoles, sus guerreros lo vengaron dando muerte al Capitán Blas Rosales en el paraje conocido como Charalquete. 

Pu: Cacique principal, Censado en 1580 al 1600 en la Zona de Calamuchita. 

Quenoal Chaba Juan: Cacique que fue Censado entre 1570 y 1590 en Jesús María. 

Quinsa: Fue Censado en la Zona Central y Sur de las Sierras Grandes entre 1550 y 1590. 

Sabaleta: Cacique principal Censado en Villa Dolores entre los años 1570 y 1616. 

Salán: Cacique principal llamado también Saldán inechín, que significa en la lengua camaire “ el que tiene mando”. Fue Censado entre los años 1550 y 1580. 

Savanacora: Cacique principal Censado entre 1575 al 1600 en Soconcho Inyaba y Calamuchita, Cárdoba. 

Siquiman: Cacique principal en los años 1580 y 1610. Fue Censado en Cosquín Sierras de Córdoba. 

Tucama: Cacique principal qe fue Censado entre 1550 y 1590 en Cruz del Eje, Ischilín de Tortoral. 

Tallovita: Cacique Censado en la región de Calamuchita al N.O. de Tortoral entre 1550 y 1590. 

Tamacat: Cacique Censado en la región de Punilla, Córdoba. Entre 1620 y 1650. Los españoles le llamaron Periquillo. 

Timicho: Cacique principal Censado entre 1570 y 1590 en el Valle de Soto. 

Tin Tin: Cacique principal que fue Censado en las nacientes del Río Quinto, San Luis, en las Sierras Grandes entre 1550 y 1600. 

Tomiche: Censado entre 1550 y 1600 en Salsacate. 

Upan: Cacique principal Censado en Malancha, Ahora del Conlara, San Luis, 1575 a 1595. 

Yaclavasaba: Fue Censado cuando gobernaba la región de Nonosacate en 1550 y 1590, cerca de Villa Del Rosario, plena Pampa de Córdoba. 

Yacus: Fue Censado cerca de la fortaleza de Escaba Sacate, Valle de Punilla entre 1575 y 1600. 

Yungulo: Cacique principal y parcialidad Comechingona que hicieron soñar a los españoles con la ciudad de los Césares, fábula inventada por este jefe de gran imaginación. Posiblemente el más conocido a través de la leyenda. 

Yungulo sigue siendo un misterio 

Dice Guillermo A. Terrera en “ Caciques y Capitanejos en la Historia Argentina” : Yungulo: Cacique principal Comechingón de las sierras grandes de Córdoba que incluso constituía el nombre de una parcialidad Comechingona por los años 1580- 1600” De allí debemos Colegir que habiendo dado este nombre a una parcialidad, tal jefatura debió ser de importancia y por la fecha en que se lo conoce otro Yungulo antecesor sería el que tomó contacto con Francisco de César, aquel aventajado excursionista que se llegó al Valle del Conlara y encontró oro, siendo recibido amistosamente por este Cacique. 

Francisco de César pertenecía a los hombres de Caboto, aquél que fundó el Fuerte de Sancti Spiritu en 1528 desparramando la leyenda de una ciudad encantada cuyas cúpulas eran de oro , las calles pavimentadas con adoquines de plata y su gente gozaba de juventud eterna. En una palabra, aquello no era otra cosa que la Trapalanda... y en esas andanzas habría pasado por las inmediaciones de la Conchancharava, o sea los aledaños de nuestro río. 

¿ Le habrían calentado la cabeza con alguna historia el bueno de Yungulo a don Francisco que éste a su vuelta para el fuerte desparramara la especie? Lo cierto es que no quedó posada ni taberna, palacio ni choza, burdel ni sacristía tanto de América como de España donde no se hablara de “ La ciudad de los Césares”, ya que un César se hicieron muchos y de un colgante en el pecho se supuso una ciudad. 

Yungulo, el anterios al censado por los Conquistadores, ya que primero se contaba cuántos indios había y luego se los reducía a la esclavitud sin ningún miramiento por su jerarquía, debió ser ligado directamente con la leyenda del oro. Francisco de César y nueva gente quisieron volver a aquel valle encantado y fantástico, pero perdieron el rumbo y no lo encontraron jamás. En balde fue que los interrogaban a los pacíficos comechingones sobre el paradero de tales maravillas. Cada vez los apuraban por medis muy expeditivos, los indios respondían: “ Más al sur... más al sur...” y la codicia los hacía leguas y leguas hasta perderse en la tierra incognita”. 

Tuvieron que venir los gringos inmigrantes a sembrar el trigo para que el oro surgiera de las espigas. 

Ya lo dijo Don Juan Filloy, “Leyendas, leyendas, descalabradas, rendidas por el fracaso, volvieron todas las expediciones que fueronen pos de presuntos El Dorados de la Trapalanda, pasaron por el Soco Soco de ida y vuelta”. El desierto, con su boca de pavor, se dovoró la gente. Yungulo, desde los confines del país de las estrellas se debe de estar sonriendo todavía. 

El Cacique Yungulo, la leyenda lo relaciona con el oro de la Región. 

“¿Que razones hubo para que el incremento de la población fuera tan magro y decepcionante durante la época colonial? Misterio. Misterio que se esclarece un poco escrutando los abusos y las crueldades del Conquistador” 

Juan Filloy 
Urumpta 

Descubrimiento del río Cuarto. Expedición de Lorenzo Suárez de Figueroa, desde Córdoba hasta la región de Achiras (Octubre de 1573). Reproducción Carlos Mayol Laferrere, v.(1) - Pág. 14-Libro: Una Capilla, Un Pueblo... Iglesia Catedral de Río Cuarto ( editora : Lic. Inés Isabel Farías.)

Los Pampas tomaron contacto con los españoles en 1536 ( primera fundación de Buenos Aires). La relación era cordial, pero luego Mendoza y sus hombres se mostraron demasiado exigentes. Mucho les costó a los españoles y criollos avanzar sobre este pueblo , que atacaba el malón, obligando a los blancos a retroceder.

“¿Qué han hecho, donde están los 30.000 indios que Lorenzo Suárez de Figueroa entendió hallarse en su hábitat en 1517? 

En 1795, el Marqués de Sobre Monte siendo Gobernador Intendente censa 517. 

¡Piadosa obra civilizadora y misional de los aborígenes! 

Juan Filloy - Urumpta 

Llegados los Conquistadores en distintas oleadas, pero siempre impulsados por la codicia y alentados por las leyendas de la ciudad de los Césares y de la fabulosa Trapalanda sin éxito alguno se resignaron a poblar y cultivar estas tierras como única forma de enriquecerse. Para este fin sometieron a los indios. 

Miguel Ángel Gutiérrez en “ Achiras Históricas”.

 

“Oleadas de exploradores, aventureros de toda laya, aún con la cruz y el sayo, los sometieron y diezmaron. Aquél fue un trato impío, de hambres, abandono y pestes que provocaron en poco tiempo su eliminación del escenario autóctono”. 

Para los invasores blancos que vinieron a traer otro modo de vivir, otro Dios y otras armas, los mansos y los rebeldes tuvieron el mismo fin. 

La excusa para terminar con ellos fue la misma: apoderarse de las tierras sometiendo a los nativos, las razones también eran para civilizarlos y evangelizarlos. 

Rastros de Comechingones: Susana Dillon 

 

Al nombre de Araucanos se lo aplicaron los españoles porque provenían de la región chilena de Arauco. Mapuche quiere decir “Gente de la tierra” y así quieren llamarse. Originarios de Chile, al ser perseguidos en ese país se dispersaron hacia el sur a ambos lados de la Cordillera de los Andes, siendo mucho más importante la población que quedó del lado chileno, también la que se conservó más pura en idioma y costumbres. 

Huellas de Ranqueles: Susana Dillon 

“ Nunca he visto, jamás en mis correrías... nada más solitario que estos montes de El Cuero... Aquello entenebrecía el alma... a la orilla de ellos vivía el Indio Blanco, temido como ninguno en las fronteras de Córdoba y de San Luis. Las invasiones se sucedían semanalmente, día por medio y hasta diariamente. El Héroe de éstas hazañas era, por lo común, el Indio Blanco” 

Teniente Coronel: Lucio Victorio Mansilla “Una excursión a los Indios Ranqueles”. 

“ Los indios! Eran una potencia aparte que tenían su corte, sus embajadores, su ejército, sus privilegios. De vez en cuando el Gobierno Nacional celebraba tratados de paz con ellos... Ya les he dicho que los tratos eran de potencia a potencia. De potencia superior a potencia inferior. Nosotros la inferior!. Habrase visto vergüenza y tolerancia semejantes y eso duraba ya decenas de años...” 

General de División Ignacio Hamilton Fotheringham. (La vida de un Soldado). 

“ Escribo sobre la raza más fuerte de América, Reducida por el blanco recién a los tres siglos y medio de empezada la Conquista del Nuevo Mundo, y para la cual, nadie entre nosotros, ante su inmensa desgracia ha tenido una palabra de conmiseración. ¡ Indios, bárbaros, salvajes!, les llaman despectivamente nuestros cronistas y algunos se detienen a enumerar los sangrientos episodios de los malones, la crueldad en sus reacciones en la lucha a muerte que sostuvieron con variable fortuna contra las poblaciones cristianas... 

 

Los atacantes se encarnizaron en la persecución, el Comandante cambió varias veces de monta, pero todo fue en vano, el lonco y su hijo conservaron su libertad: aquella pampa inmensa que se abría para protegerlos. 


(“Charles R. Darwin.(1809 – 1882). Naturalista británico, autor de la teoría de la evolución de las especies denominada “darwinismo”. Fue el primero en afirmar que el hombre desciende del mono.) 

La actual Provincia de Córdoba estaba habitada por los indios Sanavirones en el noroeste, los Comechingones en el oeste, los Pampas en la llanura. El apelativo pampa tiene significado geográfico, no étnico., para completar el panorama de los araucanos, se puede decir que en la zona del río Cuarto y partiendo desde el sur de ella, se abrieron camino los Indios Ranqueles, bajo el Cacique Yanquetruz. 

Los Españoles pretendieron reducirlos a Encomiendas. Fue imposible y acabaron por escapar al interior. Nadie los molestó allá hasta que la Pampa se pobló de baguales en el Siglo XVII. Entonces los belicosos araucanos de Neuquén y Chile Cruzaron la Cordillera y los sometieron a su influencia y posterior dominio. De este modo desapareció toda organización autónoma de los Pampas, que quedaron incorporados y mestizados con los Invasores. 

Las fuentes utilizadas las constituyen las investigaciones y los trabajos históricos y muchos de ellos inéditos, de Monseñor Juan Bautista Fassi, quien fuera autodidacta en la historia, pero con un gran amor por la misma y con olfato de investigador para rastrear documentos donde uno menos se lo puede imaginar. 

Aportó otros datos complementarios ., llamó a los Indios Pampas de la zona del río Cuarto y de la Reducción con el nombre de muturos, apoyado en las declaraciones de los propios encomenderos y de las designaciones que les dieron posteriormente. Vivían entre los ríos Tercero y Quinto. En la relación que en 1641 hizo el Padre Jesuita Lucas Quiesa, después de haber estado un tiempo con ellos, fijaba su hábitat con estas palabras: “Confinan estos indios con los Pampas de la Tierra Adentro por el sur y con los Huarpes por el oeste” (El Heraldo de Reducción nº 21. Pág..29. Archivo Santuario de Reducción). 

En su “Historia de Conquista”, el Padre Lozano suministró preciosos datos sobre los intentos de reducción de estos indios. Después de referir cómo Jerónimo Luis de Cabrera, el fundador de Córdoba, había recorrido la parte sur a su Capitán General Lorenzo Suárez de Figueroa. Sus soldados descubrieron y registraron la provincia indígena de Chocanchagua o chacancharava (ambos nombres se hallan en la memorias antiguas y corresponden a lo que hoy llamamos región del Río Cuarto), cuyos naturales bárbaros e incultos al extremo, no se atrevieron por entonces a hacer resistencia y se rindieron a los españoles. 

Para tenerlos dominados el Capitán Bartolomé Valero hizo poco después una segunda entrada en la región descubriendo nuevas tribus y dejándolas debidamente registradas. Algunos años más tarde se sublevaron dando muerte a un religioso y a algunos soldados y yanaconas (indio en América al servicio personal de los conquistadores españoles). Poniendo en peligro los españoles que habitaban la zona. Para pacificarlos fue enviado el Capitán Tristán de Tejeda, quien logró la completa sumisión en acciones que llevó a cabo en San José del Morro contra los indios coaligados de los Caciques Tinlín, Cofle y Conlara. Estos indios fueron repartidos en Encomiendas a jerónimo Luis de Cabrera, a Alonso de Cámara y a Juan Mitre. ( El Heraldo...Nº 21.pag.29. 


Padre Ignacio Costa 
Reducción y el Señor de la Buena Muerte. ( 2005) 

Misión Evangelizadora 

Mientras tanto la tarea evangelizadora se extiende, los conquistadores van dejando lugar, en el cuidado de las tierras, a los pobladores españoles en los incipientes poblados y a los aborígenes en las encomiendas. Los misioneros hacen lo suyo en el extenso dominio del llamado “ Curato de los Dos Ríos” que componían desde 1607, el Río Segundo y el Río Tercero con sus anejos (Calamuchita y Río Cuarto). 

En 1641 visitó la región el Obispo de Tucumán, Fray Melchor Maldonado con el cura párroco y dos misioneros jesuitas, sus informes, así como los posteriores del Obispo Mercadillo a cargo de la región del Río Cuarto ( 1672), revelan un desolador panorama y a la vez, la creciente relación que guarda la creación de capillas con el asentamiento de nuevos pueblos: “Tiene (esta jurisdicción) sesenta a setenta leguas de longitud (y) treinta a cuarenta de latitud; en todo no hay más que un cura, que, aunque anda siempre al galope, deteniéndose en algunas partes a confesar, decir misa y enseñar, aún no podrá hacerlo dos veces al año, con que viven de necesidad sin conocer a Dios ni a su Santa ley...”(2) (6). Monseñor Mercadillo sugirió a la Corona española la necesidad de “fundar algunas poblaciones... y poner en cada una, (la) iglesia, el Señor y su cura”. Petición que fue acordada con la recomendación de “la plantación de iglesias y pueblos, fundando los precisos y en las partes más convenientes” (6). Por largos años sin embargo, estos centros de evangelización no serían otros que las humildes capillas de la estancia del Río Cuarto y la del Rosario, la otra estancia, la del Tala. 

El Curato de Río Cuarto 

En 1731 el curato de Río Tercero a cuya jurisdicción pertenecía nuestra región, se dividió en dos, cumpliéndose el anhelo del Obispo Mercadillo con la creación del curato de Río Quarto con su “anexo” Calamuchita; Monseñor Juan Bautista Fassi deduce que “ por lo menos desde el año 1732 figuró al frente del mismo el Maestro D. José de Bracamonte, hombre de mucha ilustración y celo, a quien se considera como el “ primer cura de la Parroquia de Río Cuarto”. (2) 

Los partidos de Río Cuarto y Calamuchita formaron un solo Curato, según los Libros Parroquiales que se llevaron a partir del 21 de diciembre de 1746; (36) el cura tenía su residencia en la Capilla de la Concepción y extendía sus servicios religiosos, con uno o dos Ayudantes, hasta el de Calamuchita. El 1º de enero de 1750 el Maestro Jerónimo de Aguilar se hizo cargo del Curato de Río Cuarto. (36). 

Monseñor Juan Bautista Fassi señala que quedaron en su jurisdicción, además de la llamada “ Reducción del Espinillo” de indios pampas, en el paraje “ San Francisco de Asís”, a cargo de los padres franciscanos, la parroquia de la Concepción, la vice Parroquia de San (pueblo) Bernardo; vice Parroquia del Rosario de (Tegua); Vice Parroquia de San Javier del Río Cuarto ( estancia la Esquina); Oratorio de punta del Sauce ( La Carlota); San Bartolo; El Tambo; Las Barrancas; Las Peñas; Saucecito; Piedra Blanca; Las Achiras y Santa Bárbara (de los Jesuitas)” (2). 

Años más tarde , se sumaron los oratorios de Intihuasi, Cipión, San José de la tapa, Santa Catalina, San Fernando (más tarde Sampacho) bajo la advocación de Santa María de la Cabeza; Nuestra Señora del Pilar ( Pueblo San Carlos); Nuestra Señora de la Asunción (Las Tunas, a cuatro leguas al sud del actual pueblo de Arias); Nuestra Señora de Loreto (cercana al anterior); y el Zanjon, ( a una legua al N.O de Escalante). 


Los Límites 

El Curato de Río Cuarto se extendía al norte, hasta dar con el Curato de Calamuchita en la línea que formaba la Capilla de San Antonio del Cano y el paraje de la Dormida del Avestruz, y de allí, con el Curato del Río Tercero en la línea 0-E del paraje del Zanjón hasta el Saladillo; por el Sur, hasta los dominios de los indios pampas de tierra adentro: por el Este con la jurisdicción de Buenos Aires ( ahora de Santa Fe) y por el Oeste, con la de San Luis. 

La división de la provincia de Córdoba en Departamentos ( Ley 240 del 14.7.1858) obligó a ajustar la jurisdicción eclesiástica con la civil, separándose la parte del Este que quedó en jurisdicción del Departamento Unión; el resto, con muy leves cambios, se ha mantenido coincidiendo con la conformación de la actual Diócesis de Río Cuarto, nueva jurisdicción eclesiástica que creó en lo que fuera un simple “ Anexo” del Río Tercero, desmenbrando a su vez, de un Partido, Calamuchita. Prueba de la vastedad e importancia que tuvieron estos territorios en la conformación eclesiástica y civil de la región. 

Desprendiéndose del Curato de Río Cuarto se formaron nuevas parroquias y Departamentos: el de General Roca (1890) con la parroquia de San Francisco de Asís ( anteriormente con sede en Sarmiento); Departamento Juárez Celman, con la parroquia de La Carlota , (1892); Parroquia de Sampachi, (1903); San José de Tegua (1913). En Río Cuarto la segunda parroquia, Nuestra Señora de la Merced ( 28 de marzo de 1928). Con el tiempo, le seguirán las de los Sagrados Corazones (17 de agosto, 1947); Nuestra Señora del Rosario de Fátima (5 de julio, 1952), convertida en el primer Santuario de la Ciudad, el 13 de mayo de 1986; y la parroquia de Nuestra Señora de Luján y San Martín de Porres ( 12 de julio, 1964) que amparan a su vez, a numerosas capellanías parroquiales. (2)(39). 

Desde la creación, hasta 1856 el Curato fue atendido por sacerdotes del clero secular. En este año se hacen cargo los Padres Franciscanos, que habían llegado para la Fundación del Colegio Pontificio de Propaganda Fide (Propagación de la Fe) quienes los administraron hasta el año 1905 en que el Curato pasó de nuevo al clero diocesano. 

Lic. Inés Isabel Farías: (Escritora –Historiadora) 
(Una Capilla, Un Pueblo... Iglesia Catedral de Río Cuarto) 


Revista :Historia Ilustrada de Río Cuarto,(Director J.A.F. Publicaciones). Editor Responsable: José Antonio Falco. Año 1999. 

Reducción y el Señor de la Buena Muerte. (2005) 

(Padre Ignacio Costa - Diócesis de Río Cuarto) 

Susana Dillon: (Rastros de Comechingones II - Arte y Magia 2007 - Página 42, Caciques censados entre 1545 y 1650, Datos Obtenidos:(“Caciques y Capitanejos en la Historia Argentina”) Guillermo A Terrera – Editorial Plus Ultra – 1986. 

Susana Dillon: (Ranquelito) Primera edición 1999 – Segunda edición 2003. Página 22, 23-25. Llegan los Españoles – Yungulo sigue siendo un misterio. 

Susana Dillon; (Rastros de Comechingones I )–(2004)- Editorial Fundación Universidad Nacional de Río Cuarto.(El fin de una raza) – Pág-120-122-124 -(Miguel Ángel Gutiérrez en: 

“Achiras Histórica”. 

Susana Dillon: (Huellas de Ranqueles )– (2002) ( Editorial de la Fundación Universidad Nacional de Río Cuarto) Página -9- 63- 123- 

Escritora, Historiadora: Lic. Inés Isabel Farías (Una Capilla, Un Pueblo... Iglesia Catedral de Río Cuarto. (1990). 

Aporte a la fundamentación histórica de la muestra “ La Región en el Proceso Político y Socio Económico Nacional y Continental del Soglo XIX”. (Museo Histórico Regional de Río Cuarto, 1990.

Eduardo Tyrrell : Trabajo de Recopilación de Datos y Fotos, agosto 2008

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