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Don Jaguar Igar Obanedi Dule, el dictador
del libro "Narraciones populares de País Dule"

Arysteides Turpana
aturpana@yahoo.com

Don Jaguar Igar Obanedi Dule, el presidente del país, gobernaba con mano de hierro: era cruel y dictatorial. A aquellos que no cumplían con sus caprichosos los mataba y los comía.

 

Un día, Frailecillo Olobagdiginye habló así a su colonia:

-Hermanos, es necesario que busquemos a otra persona para presidente. Ya tengo mi candidato: Oloyaigunabaler. ¿Qué les parece?

 

Los otros animales protestaron:

 

-¿Tortuguita Terrestre Oloyaigunabaler? ¡Que nos va a gobernar ésa!

 

-Hermanos-, tomó otra vez la palabra Frailecillo Olobagdiginye -, démosle una oportunidad. A lo mejor resulta ser el presidente modelo. Fíjense, si elegimos a un tipo de mal genio nos va a resultar otro Jaguar Igar Obanedi Dule. Él nos desprecia, por eso, cada vez que se pone histérico, nos come.

 

Frailecillo Olobagdiginye guardó silencio. Se dio cuenta que los otros animales no querían a Tortuguita Terrestre Oloyaigunabaler. Finalmente les pidió a sus conciudadanos que presentaran también sus candidatos, y se marchó, diciendo que salía de allí para hacer campaña a favor de su proposición.

 

Pasó por todos los pueblos con su planteamiento, tratando de convencer a la fauna de que su protegida era la mejor ficha para ser designada en el alto cargo, mas en todas partes se le oponían, y le decían que presentar a los comicios a Tortuguita Terrestre Oloyaigunabaler para presidente del país era la monada más grande que jamás habían escuchado en mucho tiempo.

 

Unos días antes de que se congregaran todos los seres de la selva, Frailecillo Olobagdiginye se reunió con su estirpe para persuadirle de que a la hora de las designaciones, uno de ellos hablara y lo señalara a él como el candidato para la presidencia. Cuando acudieron al concilio, el primero en tomar la palabra fue precisamente Frailecillo Olobagdiginye. Les pidió a los congresistas que presentasen sus candidatos .Luego añadió:

 

-Como soy muy descuidado, no quisiera que me tomaran en cuenta para las nominaciones…

 

No había terminado de hablar cuando Mono Negro Olosuaginyaliler, Mono Tití Olomiaginya y Mono Colorado Oloduggurginyaliler, ya estaban recomendándolo para que fuera el futuro mandatario. Inmediatamente se hicieron eco de esta misma postulación Coatí Olodubiginya, Pecarí Olowelibler, Tapir Oloagliginya y Ardillita Veloz Oloignibibi.

 

-Bueno, bueno- dijo Frailecillo Olobagdiginye-, en vista de que todos ustedes me indican, pues, ni modo, seré su candidato.

 

Al enterarse el señor presidente don Jaguar Igar Obanedi Dule que había habido un acuerdo para deponerlo como Jefe de Estado, convocó a sus compinches a fin de contrarrestar los ataques enemigos, y para ello presentó también su candidata: otra Tortuguita Terrestre, pero ella no aceptó tamaño honor. Entonces la arrastraron al Congreso y la exhibieron por irresponsable. El dictador empezó a burlarse de ella:

 

-Terrestre, Terrestre – le dijo -, Terrestre, Terrestre.

 

Ella llena de ira le esputó:

 

- Montaña, Montaña, Montaña…

 

Los insultos fueron subiendo de tono.  Mono aprovechó la ocasión para soltarle a Tortuguita también su:

 

-Terrestre, Terrestre –siguió diciéndole – Terrestre, Terrestre. Luego dirigiéndose a Jaguar:

 

-Montaña, Montaña, Montaña.

 

Los animales se liaron a golpes de animales. Mono le pegó a Tortuga ¡task! A partir de entonces ,todas ellas quedaron con su armadura inclinada.

 

Jaguar Igar Obanedi Dule, por su parte, dijo “pero qué se ha creído ese Mono”, y, ¡task! le asestó un golpe bien dado en la cara que lo dejó con la nariz ancha y roma para el resto de todos los siglos.

 

Y mientras en la Casa del Congreso se desarrollaba la pelotera, se dio el Golpe de Estado. Frailecillo Olobagdiginye no llegó a realizar su ambición de verse hecho todo un señor presidente, porque un cortejo de animales fue en busca de Tortuguita Terrestre Oloyaigunabaler, la-de-los-lentos-pasos-, que estaba disfrutando, justo a esa hora exasperada, de una despreocupada siesta en un jardín mecido por la brisa vagabunda de la montaña.

 

Tortuguita Terrestre Oloyaigunabaler y su comitiva encontraron a la fauna reunida en la plaza. Con la banda presidencial terciada sobre el pecho, se arregló las antiparras, se aclaró la garganta y abrió el pico para su primer discurso público, que comenzó con estas palabras:

 

-“Lenta, pero segura…”  

Arysteides Turpana
del libro
"Narraciones populares de País Dule"
México: Editorial Factor, 1987

aturpana@yahoo.com
 
Autorizado por el autor

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