La zona más transparente
por Claudia S. Torres

Resulta sorprendente escuchar o leer las opiniones de algunos expertos acerca de la problemática nacional y la exagerada publicidad que se les da. No queda otra que escuchar y pensar en qué mundo están posicionados o si nosotros vivimos en una dimensión desconocida o por lo menos superpuesta sin interconexión. La maravilla crece aún más cuando estos zapateros hablan de economía y estos ingenieros  hablan de construcciones mentales o paredes morales.  Irrumpe en nuestro pensamiento la frase zapatero a tu zapato y el incontrolable deseo de revisar de qué galaxia vienen, cómo se atreven a vender sus endebles y contradictorios criterios como verdad absoluta, cómo hay comunicadores que insisten en divulgarlos y la terrible irresponsabilidad de desdibujar el problema que nos aqueja.

En sus escritos, Nietzche señala que la repetición de una historia hace que se convierta en una gran verdad y Milán Kundera asevera que las personas desean escuchar sólo lo que corresponde a su realidad sin complicarse la existencia. Por lo tanto, estos endebles y contradictorios criterios vertidos irresponsablemente pueden convertirse en verdades. Y es por ello que urge abrir la discusión en  una zona más transparente en la que muchas opiniones verdaderamente informadas puedan debatir su visión o percepción de la problemática para encontrar soluciones viables y sustentables. En caso contrario, estaremos tomando decisiones como lo hacen los árbitros de fútbol que cantan penalty  y luego se demuestra que  no lo hay o no lo cantan y luego se demuestra que sí lo hubo. Con el agravante de que, si para el fútbol hay muchos espacios periodísticos, radiales y televisivos para aclarar opiniones, para otros problemas no existen estos espacios.

Dos asuntos han ocupado los espacios de la Prensa, la protesta de algunos padres de familia junto con ciertos Diputados por el contenido de los libros de español y la protesta de ciertos grupos religiosos por las guías para la educación sexual. Resulta interesante analizar las reacciones que cada texto ha suscitado en las personas que se han entrevistado y han vertido sus opiniones. Un entrevistado ha vociferado su total apoyo a los textos de español elaborados en México por un costo de 300 millones y su sentencia de destrucción de las guías de educación sexual elaboradas en Honduras.

La protesta contra los libros de español se enfoca en que en algunas lecciones se habla de brujos, duendes, ogros y magia;  ello puede resultar contraproducente para la espiritualidad de los jóvenes. También se señala que los contenidos se refieren más a la cultura mexicana que a la hondureña y que este aspecto no ayuda al desarrollo de la identidad hondureña. La defensa señala que los temas de brujos, duendes, ogros y magia ayudan a desarrollar la imaginación y preparar al y a la joven a tener una imaginación. Luego, enfatizan que estos textos se han utilizado en la educación mexicana por muchas décadas y que la educación en México está mucho mejor que la hondureña, por lo tanto, la crítica no tiene validez.

Las acusaciones contra las guías de educación sexual son que promueven conductas inapropiadas en los y las jóvenes, que desgastan los valores morales, que promueven la promiscuidad, fomentan prácticas sexuales de otros países, que no corresponden a la cultura hondureña y por lo tanto deben destruirse. Los defensores de las guías señalan la ceguera de algunos sectores religiosos que viven en bonanza y que no reflexionan sobre la precaria situación de una población que vive en la pobreza extrema y cuya única diversión gratis es hacer el amor. Amor que ciertamente no reciben de quienes los mantienen con vida en una situación infrahumana, sin derecho a alimentación, salud, casa, educación, diversión (no hay parques, no hay canchas, no hay piscinas, hasta en las zonas verdes han construido), no tienen acceso a préstamos con intereses bajos (les quitan sus propiedades y nadie protesta por poner en riesgo a una familia y a sus menores). Ignoran el acecho del VIH-SIDA con cifras reales de huérfanos proscritos, la falta de educación para respetar el templo del alma, el incremento de una miseria que arremete contra los cuerpos (incestos, violaciones, estupros, abusos sexuales, prostitución, pornografía y turismo sexual).

Existe nuestra gran responsabilidad como profesionales y como ciudadanos, la de emitir opiniones serias principalmente en el área del conocimiento que nos es propio. Un educador no osaría dar opiniones sobre la urbanización de la capital o sobre la protección de cuencas hidrográficas que son cuestiones de arquitectos e ingenieros.  Si no se conoce el tema a fondo, esa opinión estaría basada en una experiencia sensible que no es lo mismo que el conocimiento teórico y práctico del tema.

Por lo tanto, estos endebles y contradictorios criterios vertidos irresponsablemente pueden convertirse en verdades Y es por ello que se debe abrir la discusión en la zona más transparente para debatir sobre el conocimiento a través de opiniones informadas con diversidad de visión y percepción que aporten soluciones viables y sustentables  y orienten sabiamente en la toma de decisiones. De lo contrario, estaremos decidiendo como árbitros de fútbol.

por Claudia S. Torres

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