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Verónica Aspiroz Cleñan
 

Educación y salud en la cosmovisión mapuche
Miriam Tasat
prismamet@yahoo.com.ar

La cultura de los pueblos aborígenes expresa una concepción propia de la educación, la salud y la enfermedad. En esta entrevista, la directora del periódico EPU BAFKEH, de la comunidad aborigen de Los Toldos, nos explica en qué consiste esta cosmovisión, de qué manera trabajan en su difusión y los aportes que puede realizar al resto de las formas de vida.

Entrevista: Miriam Tasat

Edición: Mundo Docente

 

¿Qué circunstancias personales detonaron el deseo por recuperar su historia identitaria?

Hice mi proceso de afirmación identitaria de adulta, cuando termino la carrera de Ciencias Políticas. Empecé a ver desde qué lugar trabajar la recuperación de algunas cosas. Yo tenía un recuerdo muy fuerte de la escuela primaria, donde sentía la necesidad de negar lo que uno era, sentía vergüenza por tener unos rasgos físicos y biológicos; además de una historia familiar que en esos momentos no era valorada en la escuela de Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Transcurrido un tiempo comencé a averiguar quiénes estaban trabajando sobre pueblos indígenas y educación. Así fue que conocí a Marta Tomé y a todo su equipo. Comencé a participar en sus charlas, en su quehacer en el Encuentro de Educación en la Universidad Lujan y con CTERA. Me di cuenta lo complejo que era el mundo de la educación con relación a las identidades culturales diversas, no solo  indígenas, otras poblaciones migrantes.

¿Qué peculiaridad tuvo ese aprendizaje en el que se abre, como indígena, a un espacio formalizado como la universidad y un sindicato?

Comprendí que el conocimiento ancestral milenario era tratado con el mismo respeto que el conocimiento tradicional, con el mismo nivel de jerarquía, como portadores de conocimiento no importaban los títulos: me resultó lo más significativo y durante tres años pudimos con todo el grupo trabajar en la capacitación docente en Los Toldos.

¿Cómo fue esa experiencia de capacitación docente?

Convocamos a todas las escuelas de todos los niveles de Los Toldos y durante un año y medio confeccionamos materiales didácticos: el periódico EPU BAFKEH, micros radiales con historias de vida mapuches locales, algunas las grabamos en mapuche y otras en castellano. Queríamos revalorizar la historia mapuche y que quedara en formato didáctico para que pudiera ser usado por los docentes. No pudimos hacer el seguimiento en el aula de cómo se utilizaban efectivamente esos materiales.

¿Qué significan EPU BAFKEH en mapuche?

Es el nombre de nuestra organización, y significa dos ojos de agua, o también se puede traducir como dos lagunas. Nosotros creemos que es el nombre antiguo que tuvo Los Toldos. Según cuentan los viejos, las comunidades de Los Toldos se asentaron entre dos lagunas. Nadie recuerda cómo se podría haber llamado en mapuzundun (lengua mapuche) y pensamos, cuando encontramos la primera laguna: “primer ojo de agua”. Pero he aquí que encontramos otro lago, entonces dijimos; “dos ojos de agua”. Es una forma de imaginar cómo se llamaba antiguamente pues Los Toldos legalmente es distrito de General Viamonte.

¿Cómo llegan los mapuches a Los Toldos?

No hay fuentes orales vivas que nos digan cómo llegaron los mapuches, sólo hay fuentes escritas. Y no son mapuches las fuentes escritas, son fuentes escritas por lenguaraces y lleva la impronta no mapuche. Hay que tener en cuenta que el territorio mapuche se extendía desde el océano Pacífico hasta el Atlántico y desde el sur de Córdoba hasta el norte Chubut y desde el otro lado de la cordillera desde abajo del río Bio-Bio hasta e cerro Reloncabí. Siempre hubo inmigración interna dentro del territorio mapuche, los mapuches que están en Los Toldos vinieron de la novena región de una zona llamada Boroa.

Existe la necesidad de una educación que respete la cultura de los pueblos originarios, y sabiendo de sus intereses en este sentido, ¿han establecido algún vínculo con los mapuches de otros lugares? ¿Han elaborado materiales didácticos en común?

En la provincia de Buenos Aires existe una experiencia que organizamos con Mirta Niyan, mapuche de Olavarría, para realizar ceremonias en común, pero no hicimos material didáctico. En otros lugares como Neuquén o Río Negro, donde tienen más la lengua viva pero donde no se ha hecho la reflexión sobre el uso de la lengua, es complejo producir material bilingüe o multilingüe que sea portador de cultura y no una traducción. En Junín de los Andes, en cambio, fuimos al Instituto de Formación Docente a hacer una capacitación y con un grupo de kinches (sabios) estamos tratando de producir materiales orales.

El encuentro sobre Educación y Salud a realizarse en Los Toldos seguramente nos revelará una visión particular del pueblo mapuche sobre el proceso salud-enfermedad…

Sí, sí, por ejemplo el concepto de salud enfermedad es diferente en la cultura mapuche que en la cultura occidental. No existe el concepto salud, existe cumen felem (buen vivir) y el estado de salud enfermedad tiene que ver con el equilibrio de la persona en comunidad con la naturaleza. En ese vínculo de reciprocidad que tiene el hombre con la naturaleza en equilibrio, si se rompe se enferma el espacio natural, el territorial, la comunidad y las personas. A nivel social podemos decir que la transgresión a las normas sociales y religiosas genera enfermedad en las personas: nosotros decimos que cuando le entra la enfermedad en una persona hay un desequilibrio en esa comunidad donde habita o un desequilibrio natural del espacio donde vive o un desequilibrio dentro de su familia.

En la Ciudad de Buenos Aires, en muchas escuelas con una población inmigratoria importante, los niños y niñas son derivados a los gabinetes psicopedagógicos, cuando no al psicólogo, por síntomas como “falta de atención en clase”. Una parte importante de estos niños poseen otra lengua primera distinta al castellano. ¿La cosmovisión mapuche puede aportarnos herramientas para una relectura de los síntomas de los niños con “problemas de aprendizaje”?

Podemos aportar nuestro saber: la enfermedad es sentida como un deterioro del espíritu no como un síntoma del cuerpo; lo que aparece como sintomatología es el efecto de un deterioro espiritual. Hay otra forma de vivir la enfermedad y de pensar el bienestar. Por ejemplo, los mapuches que asistimos al sistema de salud muchas veces no encontramos respuestas ni resolvemos los problemas de salud que tenemos, o cuando nos mandan a nuestros hijos al psicólogo; pues los problemas de salud obedecen a otras cosas entre tantas: la identitaria, si siempre negás lo que sos es imposible estar sano. Para esto hay que, primero, aceptar la identidad propia, no negarla y encontrar la belleza de esa propia identidad; para lo cual hay que buscar adentro de uno cuáles son esos rasgos que fueron arrebatados al propio cuerpo. Recuperamos ese cuerpo para poder ser sano, para poder ser mapuches.

¿Cómo conciben, desde las prácticas mapuches, el estrés en general, y el estrés docente en particular?

El estrés para nosotros es una gran confusión del espíritu que corre tras de luces que le ponen adelante pero no le hacen eco a lo que el espíritu necesita. Tendrá el nombre de correr detrás de los trabajos, de endeudarse para comprarse auto o ropa, o tomará el nombre de dificultades de convivencia con la familia, tomará otros nombres como excusa para algo que es más de fondo. Creo que es un buen momento, a pesar de ese estrés o ese fondo, pues se tiene la oportunidad de buscar el origen de la enfermedad, y esto es un sentir mapuche: ver cómo esa persona se enfermó. Los maestros estresados cuando llegan a estos puntos empiezan a repensar sus propias vidas, es una posibilidad de hacerse cargo de la propia historia personal.

¿Esta concepción de la salud ha provocado algún eco en las estructuras oficiales?

Hay eco siempre, pero hay que trabajar para que no sea tomado como algo folklórico o pintoresco. Pensamos que, además de hacer nuestros proyectos de manera autónoma, el Estado se tiene que hacer cargo de su carácter multicultural y multilingüe. No puede haber un solo sistema de salud homogéneo y hegemónico para todos los habitantes de diversas culturas y de diversas lenguas; siempre hemos tratado a nivel nacional, provincial y municipal generar un vínculo, una relación.

Por este motivo invitaron al encuentro a funcionarios nacionales, ¿qué repercusión esperan de este hecho peculiar: el estado nación escuchando la cosmovisión mapuche?

Nos parece interesante que esté presente el Dr. Humberto Jure –subsecretario de Prevención -para que conozca nuestra experiencia y las que van a mostrar los mapuches del otro lado de la cordillera: el hospital de los mapuches de Nueva Imperial, y del machi, que es la figura central del sistema de salud mapuche, aquel que tiene la posibilidad de sanar de curar.

La experiencia territorial y local puede iluminar o hacer faro para otros. Es importante la experiencia local pues toma conciencia de las dificultades que tenés con el sistema público de salud, con los actores involucrados que son los profesionales, con las resistencias de los colegios profesionales; con las ventajas que tenés, con la gente movilizada por un tema comunitario, con el problema ambiental que es muy importante en Los Toldos debido a las cerealeras y las fumigaciones.

¿Qué repercusiones tiene en su comunidad el proceso boliviano?

Todavía no, todavía no... En Los Toldos el proceso identitario es lento, está muy teñido de folklorismo. Hay una toma de conciencia pero no es generalizada. Nosotros miramos con mucha admiración a Evo porque creemos que es la síntesis entre indígena y no indígena, tomó una forma de gobierno que no es propia de su cultura, la republicana, pero la tomó desde un lugar identitario aymara o quechua. Me parece interesante que Latinoamérica se halla hecho cargo de los momentos críticos vividos en Bolivia y que no se hayan hecho los distraídos como en otros momentos.

¿Qué temas considera necesario debatir entre la comunidad y los docentes?

Alentar a los docentes que quieran trabajar bien, y esto significa poder estudiar y profundizar, poder hacerse cargo que la formación docente es muy deficiente, que están formando seres humamos y la motivación no puede ser solo económica; y sobre todo hacer hincapié en que la satisfacción es ayudar a sus compañeros de trabajo y a sus alumnos en el proceso de formación identitaria y de vida: ¿Alguna vez los maestros se han preguntado qué modelo de persona quieren formar con su trabajo? Es necesario contestarse esta pregunta para no pasarse la vida replicando un modelo de vida, de persona, y de sociedad economicista, que no obedece a un modelo de reciprocidad, de compartir, de generar personas honradas, nosotros decimos de aquellas personas que son portadoras de conocimiento que son sabios y es necesario alentar esto.

Entrevista: Miriam Tasat
Edición: Mundo Docente

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