Carta ciudadana desde el Paraguay (194)

Otra “cumbre” ¿profunda?
Presenta sus demandas a los presidentes: Chester Swann

Luque, 26 de julio de 2009

Al final, la cosa fue más de lo mismo, tras XXVII reuniones, más turísticas que políticas, pero eso sí, con mucho charme, poca organización y menos luces propias.  Parecía que no todos los relojes de las delegaciones marcaban la misma hora y hubo retrasos molestos.  Mas también ausencias notorias en demasía, como las de Chávez y Correa, quienes —al decir de la prensa— hubieran robado flashes y protagonismo a los presentes.

Creo —a mi entender— que la principal protagonista (que contradijo al rollo por añadidura) fue la pequeña Belencí de 14 meses, fallecida —indecisamente entre la desnutrición, el agua contaminada y el frío glacial— a metros nomás de la egregia convocatoria; como dando un postrer mentís a los altos jerarcas reunidos, acerca de las “bondades” del Mercosur. 

Ese trago amargo quizá haya revulsionado a más de uno medianamente sensible, pero no me entra en el caletre que cambie nuestra historia de discriminación hacia nuestros hermanos originarios, amén de saqueo, corrupción e impunidad.  En relidad, para “cumbre”, fue bastante superficial y poco profunda.   Pero es que nuestros políticos están lejos de La Sorbona y más cerca de La Soborna, como para dar lustre a la reunión.

Es capaz que hasta Lula, apenas salido de las aulas primarias, es mas brillante que muchos de nuestros “egresados” universitarios de por acá.  Pero nuestra política poco tiene de brillante y es más bien opaca, aunque muchos colorados al menos eran buenos lustradores de botas militares y así les fue.

Los resultados, en cuanto a antiguas y justicieras demandas de mejor trato aduanero, por parte de Brasil y Argentina, quedaron en saco roto,  En cuanto a Itaipú y Yacyretá, la cosa nos fue bastante exigua; casi como de limosna o poco más, desoyendo las voces disidentes (y mejor informadas) del ingeniero Canese y sus adláteres de la “línea dura”, quienes no aceptan las dádivas de Itamaraty, con sabor a soborno encubierto, antes que a reparación justiciera.    En cuanto a la otra, apenas una simbólica “quita” de una deuda con sabor a estafa agiotista, casi como la de Eletrobrás.

Eso sí, la Bachelet fue la más celebrada, aunque no precisamente por su belleza, con toda seguridad, sino por su don de gentes.  Después de todo, no se merece un sátiro venido a menos como embajador nuestro en Santiago.

Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento.

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