Carta ciudadana desde el Paraguay (172)

Luque, 17 de junio de 2009

La sorpresiva visita de Lugo al Congreso despertó hartas suspicacias.  Primero por el hermetismo del “diálogo” con el muy sabio presidente del senado, sin la presencia de testigos ni periodistas; una suerte de conciliábulo de medianoches medio chanchas sin gallos.  Nada de ministros, nada de congresistas, nada de periodistas, nada de,,, de nadie.  ¿Y  pueden, entre dos solitarias voces discordantes arreglar el país?

¿Podría usted, estimado lector, imaginar acerca de qué dialogaron, discutieron, mascullaron o divagaron Lugo y González Quintana a puertas cerradas?  ¿Algún pacto secreto?  ¿Algún contubernio  de reconciliación entre dios y el diablo?  Pero sí, me llamó la atención que los titulares de prensa hicieran sus propias afirmaciones, sin tener una idea clara de qué trataron.  Tanto fue el secreto que hasta el puntual López Perito y el fiel Marcial quedaron por ahí a papar moscas deportivamente.

Es altamente probable que hayan buscado bueyes perdidos en el pajar de la política; o se limitarían a conversar de fútbol o de viajes turísticos, vaya uno a saber. Todo es posible entre gallos, medianoches, mediodías y gallinazos que nos picotean el presupuesto.  Pero no me animo a hacer afirmaciones tajantes y de dudoso gusto, como las que adornan algunas portadas de medios.  Afirmaciones basadas en las tendenciosas suposiciones de ciertos periodistas a sueldo de intereses ocultos.

Pero veamos, que la única verdad es la realidad cruda y desnuda; ésta nos grita cotidianamente la pobreza, la ignorancia, la falta de salud, los baches, los agujeros presupuestarios, la impunidad galopante, el crimen callejero y el crimen organizado, la devastación y el envenenamiento de nuestro ambiente entero.  ¿Hacen falta más adjetivos que el de políticos y funcionarios criminales?  Esa es la realidad que nos ofrecen los políticos de partido… y el pueblo se prepara a decir ¡Basta!

Pero ello sólo será posible en una democracia directa y participativa; algo que preocupa seriamente a ciertos medios de prensa, partidos políticos dueños del legislativo y la justicia y empresaurios (sic) especulativos.  Esta posibilidad quita el sueño (mas no el apetito, cada vez más desaforado) a los mafiosos embanderados bajo trapos colorinches con caretas de demócratas. 

Somos un pueblo largamente amordazado y despojado de todo derecho a organizarnos.  Pero ya es hora de que nos pongamos pantalones largos para emanciparnos de la tutela perversa de los partidos políticos para poner en marcha un movimiento social que pueda forjar una nueva constitución.  Una carta magna que estipule claramente las reglas del juego social y las sanciones a su violación.

¡Referéndum ya!

Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento.

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