¡Federico presidente!

Busca suplente, provisional y fusible: Chester Swann

Luque, 30 de marzo de 2009

La ausencia oportunista del presidente Fernando Armindo Lugo Méndez aunque innecesaria para el  país, será probablemente aprovechada para desintoxicarse del estrés adquirido en el no muy duro oficio de gobernar.  En realidad un oficio que ejerce a medias o a cuartas, si cabe; que poco o casi nada se ha hecho bajo su égida ejecutiva, a casi un año de asumirlo.   Una enormidad de tiempo perdido y dinero gastado en intrascendentes viajes con comitiva numerosa e inútil. ¿Ve usted, amigo lector?

Cuando apenas nos demos cuenta, este período habrá fenecido sin chicha ni limonada y el país, con nosotros adentro seguirá sin rumbo fijo, con piloto automático y los mismos escombros sosteniéndonos el techo.  Al final, la única innovación habrá sido el “clergyman look” en el palacio de López… y nada más. 

Mientras tanto, Federico Franco retendrá brevemente el cargo sin atreverse a poner el trasero en el augusto trono lopizta, por si en una de ésas lo acusan de golpista.  Pero, eso sí, será presidente por unos días, aunque de poco nos sirva a los ciudadanos, ya que el vicepresidente adorna menor que un florero y su participación es nula en el gobierno.  Tan nula como el gobierno mismo, empeñado en parchado y zurcido de problemas de vieja data.

Pese a las prédicas de la prensa y de la ciudadanía, en pro de justicia, equidad de oportunidades laborales, salud, educación y fomento a la producción industrial, Lugo prefiere ir a contemplar la derrota de Paraguay en el centenario de Montevideo, mientras el “presidente provisional” se rasca los kinotos.  Total, después buscarán a quiénes echar las culpas de lo que pudo haber sido y no fue.  De lo no hecho y de lo no pensado; pues es evidente que los del Primer Anillo hacen cualquier cosa menos pensar, por si resulta insalubre para su tranquilidad.

Pero al menos Federico podrá ufanarse de ser presidente, aunque no haya pisado el palacio ni para pedir la hora… y mucho menos a darla, que lleva su reloj atrasado como pueden ver.  Pero se consuela quizá, pensando que el país no sólo tiene atrasado su reloj vital, sino también su calendario existencial. 

A veces hasta pienso que en lugar de avanzar hacia el futuro retrocedemos hacia el cuaternario inferior.  ¿No tiene usted, amigo lector, la misma impresión?  A estas alturas, Lugo debe estar en Qatar, seguramente con traductores de inglés, para enterarse de cualquier cosa que para maldita cosa nos servirá.  Ni para exportar, soja, sésamo o carne.  Por ahora sólo podemos exportar mano de obra barata al primer mundo.

Eso sí.  También exportamos esperanzas y jugadores de fútbol aficionados a ganar experiencia en estadios extranjeros.

Chester Swann

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