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Carta ciudadana desde el Paraguay (227)

¡Disparen sobre Elvio!
Expulsa a sus demonios con conjuros alucinados: Chester Swann

Luque, Paraguay, 10 de octubre de 2009

La vergonzosa expulsión de Elvio Benítez —vergonzosa para los diputados nacionales, claro, que para el expulsado es una condecoración más—, denota la falta de “clase” de esa clase política que tuvimos a mal “elegir” para representar al pueblo paraguayo en el congreso, mal llamado “parlamento”.

El hecho puso en evidencia el autoritarismo que impera en esas cámaras, disfrazado de democracia representativa (represiva quedaría mejor) con que pretendemos engañar al mundo y terminamos engañándonos a nosotros mismos.

Las “razones” esgrimidas por la patota diputadil fueron irrisorias y hasta mediocres, pero bastó para movilizar a la guardia pretoriana que los cuida, para sacar fuera de la delicada vista de esos políticos al polémico dirigente sanpedrano. Un mero ciudadano paraguayo de a pie que, a lo mejor, tiene más representatividad que quienes lo hicieron echar de allí.

Claro que algunos “representantes” se opusieron a la medida, e incluso se llevó a votación, pero primó el caverniculismo recalcitrante del “reglamento”. Lo único que pudieron alegar es que la presencia de E.B. “molestaba” a algunos de ellos y los ponía neuróticos al punto de no poder concentrarse en su trabajo de decidir la multa a los raboneros.

Claro que E.B. nunca fue santo de la devoción de los políticos. Especialmente de la ultraderecha conservadora caníbal, ni hizo, éste, mayor esfuerzo para caerles bien a cierta prensa empresarial. Tampoco E.B. ha ahorrado epítetos poco amables hacia esos políticos que quieren criminalizar a los pobres. Pero justo ese día estuvo bastante comportado y mesurado, quizá haciendo buena letra y todo… pero no soportaron los muy sensibles su presencia y ordenaron sacarlo —poco menos que a patadas— de allí. 

Es una lástima que tengamos ¿representantes? tan histéricos e intolerantes, con carencia de suficiente verba y razonamientos como para sostener un debate inteligente por más de dos minutos sin resbalarse por la pendiente del disparate. Es una lástima. Pero también es una buena lección para nosotros por elegir (o votar a falta de otra alternativa) a esa morralla patoteril y gamberra, que mejor se vería en una cancha que en el congreso nacional.

Pero sería bueno que reflexionemos —y bastante— acerca de este hecho bochornoso para nuestro país. Es necesario que sepamos con qué bueyes estamos arando los surcos de la historia y a quiénes deberíamos elegir que no votar. Debemos buscar otras alternativas más afines a los intereses de la patria y menos a ciertos grupos denominados tradicionales (¿traicionales?). Debemos recordar que cualquiera de nosotros, ciudadanos paraguayos, podría ser el próximo expulsado de la cámara sèptica baja, muy baja, como habrán visto. 

Más baja, imposible

Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento.

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