De subsidios y ahorros cooperativos

Busca ayuda urgente de algún ministro cándido: Chester Swann

Luque, 5 de abril de 2009

Sigue la polémica a causa de los proyectados subsidios a los cultivadores de sésamo y parece que esta vez el “¡Ábrete Sésamo!” de Alí Babá no funciona a plenitud.  ¡Es que hoy por hoy la magia ya no funciona como antes!  Lugo titubea; el sentido común vacila y las presiones campesinas sólo hicieron una tregua para retomar impulso.  El cándido ése, que funge de ministro de agricultura no suelta prenda y prefiere renunciar (con piolita, pero renuncia al fin) antes que dar el brazo ultraderecho a torcer.  Ustedes me entienden.

Claro.  La cosa ya estaba cantada antes del vaje presidencial y Elvio Benítez estaba dando por sentado el sinsentido de que iba a manejar ocho palenques verdes a discreción.  Pero nada.  Lo pensaron mejor entre tanto tira-afloja y los palos verdes los va a distribuir el MAG, dejando a Elvio y a Banana en off-side.  Es que se cuecen tantas habas en eso del manejo de dinero, que se ha perdido todo control del destino de fondos; que generalmente iban a desaguar en otros caudales diferentes a los designados.  Eso pasaba con los sintechos, los sintierras, los sinvergüenzas, los sin manija y todas las organizaciones de carenciados de cualquier cosa, generalmente liderados por oportunistas y pescadores de ríos revueltos.

Hasta ahora no hay cuentas claras de los fondos manejados por la nunca bien ponderada Judith Andrashko, gran apatukadora de fondos sin fondo.  Tampoco los del fondo ganadero manejaban con claridad dichos ítems, al punto que bastaba falsificar documentos para acceder a créditos, tal lo hicieran dos diputados recientemente blindados por sus pares.  ¿Recuerdan?

También las cooperativas policiales están siendo hurgadas por fiscales, a causa de que algunos “aportes” eran algo excesivos para los ingresos oficiales de los depositantes; a tal punto que hedían a lavandina.  Pero así se maneja este país de ¿maravillas?  Mejor dejo la respuesta a los lectores (u oyentes) de estas irreflexiones de entrecasa.

Fíjense que un nombre: Guido Abundio Etcheverry, acumuló por más de mil doscientos millones de “ahorritos” en la policoop “8 de Marzo”, casi empatando con Juan García Cazals y Mirta ¿Angélica? Cattebecke.  Y hay unas cuarenta cuentas cuyas cifras son de dar escalofríos, orillando entre los trescientos a seiscientos millones cada una.  ¿Puede usted creer que el sueldo de comisario daba para tanto?  Evidentemente no se puede lavar en aguas turbias, y mucho menos dinero.

Pero volviendo al polémico decreto presidencial, parece que hay subsidios para cada actividad.  Siempre los hubo, al menos que yo recuerde.  Las exoneraciones impositivas de ciertos empresarios “inversores”, durante esos años en que éramos felices y no lo sabíamos, lo delata.  Y, según parece, algunos (y no precisamente los sesameros) van a seguir siendo felices por mucho tiempo… si seguimos perdonando traiciones y preservatizando (¡perdón! Quise decir condonando) deudas impagas.

Chester Swann

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