Carta ciudadana desde el Paraguay (204)

De marchas y contramarchas
Aerobiza su conciencia al paso de la historia: Chester Swann

Luque, 10 de agosto de 2009

Esta vez parece que la cosa va en serio, al menos para los escribas de cierta prensa muy ligada al conservadurismo más duro; por no decir directamente fascista de la ultraderecha más rancia.  La presión —de los largamente postergados sectores populares— está produciendo calofríos y úlceras en el colon a quienes no desean un pueblo autónomo y soberano; apostando en cambio a la dependencia, a la ignorancia y a la mendicidad, a fin de lucrar con el clientelismo y las prebendas de la política.  

Esta vez, la cosa se siente en el aire, y las amenazas de Filizzola y sus cancerberos pretorianos no se hicieron esperar.  “No se permitirán desbordes, o habrá reparto de hostias” al decir de los apaleadores profesionales y dispersadores de multitudes.  Pero quedan algunas preguntas flotando en el éter.  ¿Por qué los poderes económicos, fácticos y de jure le tienen miedo, pánico, terror, a una probabilidad de consulta popular y democracia más directa y participativa?  Es evidente que el pueblo últimamente tiene otra lectura acerca de la política y ya no se traga la píldora-placebo de la representatividad sine qua non.

Todos los países avanzados tienen la figura del plebiscito, ya utilizado desde la república romana, y no hace la cosa ingobernable como lo pintan los profetas del miedo de la política y la prensa conserva-dura (sic).  Nuestra constitución nacional establece en sus inicios que “la República del Paraguay adopta la forma de democracia representativa y participativa como estado social de derecho.  Pero sin la participación, esto es retórica hueca, papel de coproteca pública.

Creo que no hace falta sino sentido común para aceptar críticas y reconocer errores enmendables.  De ahí a rectificar conductas hay un paso breve… que los políticos necios se niegan a dar, justamente por carencia de sentido común e inteligencia.  No quieren dejar que el pueblo se manifieste, que delibere y que decida la remoción de las mafias enquistadas en el poder judicial o en los otros dos, que también la hay por ahí.    Pero temen al veredicto popular de la democracia participativa, como quien teme a Satanás en un claustro monacal.

Pero la marcha está tomando otro cariz, uniendo conciencias y dejando poco a poco de ser meramente sectorial.  Y esto, aterra aún más a los sectores de la derecha de dios padre que lucra del sudor ajeno.  Para ellos, el cielo está cada vez más lejano y alto, aunque estén equivocados de medio a medio.  Tan acostumbrados estaban al confortable cielo raso de sus mansiones, que olvidaron el infierno de más abajo, de proletarios y campesinos olvidados; de indígenas desposeídos y de niños callejeros sin escuelas; de los heridos por la injusticia de un sistema venal y mercadorizado.  Y si esta marcha los hace temblar, supongo que de esos temblores mañana vendrá la salud del pueblo.  Cuando el río suena…

Ya sus pretorianos no inspiran temor, pues este pueblo va en pos de su segunda independencia.  Esta vez, de sus tiranos de intramuros disfrazados de demócratas.

Chester Swann Ex periodista, cantautor, escritor y diseñador gráfico, entre otras maneras de perder tiempo sin perecer en el intento.

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