Palabras del autor
Mariluz Suárez Herrera

Conocí el metro de la capital del país el día de su inauguración portando un hermoso gafete que decía “invitado”. No volví a subirme en muchos, muchos años.

Una vez superada la pena de tener que levantar el brazo horizontalmente para que el camión, pesera o combi se detenga, superada la vergüenza de entregar monedas al conductor, ante la sonrisa burlona de los pasajeros, cuando se deben depositar en un recipiente tipo alcancía, y superada la incomodidad de formar la parte central de un sandwich, cuyas rebanadas de pan suelen ser otros dos seres humanos: conseguí mi objetivo.

He logrado moverme por esta gran ciudad, he podido disfrutar de los aromas citadinos que van desde el más pestilente olor a desecho o comida, hasta el perfume de una flor desconocida hasta entonces.  El tercer y más importante logro ha sido escribir estos textos, tan diversos como los pasajeros que día con día abordamos esta LÍNEA VERDE, línea tres del metro de esta mi muy querida Ciudad de México.

Mariluz Suárez Herrera 
De "Una mañana cualquiera" 
Ediciones Luna de Papel, Monterrey, N. L. México 2006

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