Estación Coyoacán

Dolor indirecto
Mariluz Suárez Herrera

La inflamación del trigémino es un sufrimiento desesperante. Pero el dolor no fue lo peor. Lo peor es no poder quejarse. Sentada, junto a la ventana, en la cuarta fila  del Pulman Plus México-Puebla, una molestia de carácter sordo se inició.

El trayecto llevaba unos minutos cuando el dolor se transformó en pulsátil. Todos los asientos a mi alrededor estaban ocupados. La mitad de la cara sufría ya de una migraña declarada.

Un gran deseo de gritar me invadió, traté de imaginar como hacerlo, mientras una sensación de atenazamiento aprisionaba mi pómulo derecho. La velocidad del autobús, la vibración resonante del movimiento y las sangrientas batallas entre ingleses y escoceses en Corazón Valiente me alentaron.

Junto con el sufrimiento de agonizantes y heridos guerreros escoceses, lancé quejidos de agresión, ruidos de alivio, aspavientos de abandono. Cuando terminó la proyección de la película, sequé mis lágrimas y agradecí a Mel Gibson haber podido ayudarme a descargar mi dolor.

Mariluz Suárez Herrera 
De "Una mañana cualquiera" 
Ediciones Luna de Papel, Monterrey, N. L. México 2006

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