El hueco y las nubes
Felipe A. Sotela

En el techo de mi cuarto, actualmente hay un hueco redondo del tamaño de una pizza. Si, lo sé, estoy obsesionado con las pizzas, solo eso comía mientras era un estudiante, fuera de mi pueblo. Acabo de despertar de un sueño relacionado con esa época y las grasosas comidas que me enfermaron.

Mi simple teoría con respecto al hueco, es que un diminuto fragmento de meteorito del tamaño de una uva, cayó ayer sobre el cuarto en el que duermo. Tenía que ser de ese tamaño ya que dicen los eruditos que la uva es una fruta muy saludable.

Es agradable ver como las nubes pasan una tras otra por encima de mi cuarto, mientras yo acostado en la cama, descanso de un día de trabajo desagradable. Si, ya sé lo suficiente para trabajar. 

Esta semana el jefe posiblemente tuvo problemas con su novia por que ayer estaba de mal humor. 

Ahora me pregunto cuántos millones de kilómetros viajó esa piedrecilla. Pareciera que el azar nuevamente me sonríe. El "señor" azar quería enseñarme como una nube va persiguiendo a otra hasta alcanzarla y disolverse en ella. Siempre tenemos las nubes cerca, pero somos incapaces de verlas por más de cinco minutos. Nunca notamos que casi siempre la nube de atrás va más rápido y logra embestir a la de adelante. Luego la pequeña nube de adelante se disuelve en la grande de atrás. 

No lo percibimos, pero la nube de atrás parece a mi jefe, él siempre trabaja más veloz que yo. Todos los días yo llego una hora antes de lo establecido en las normas.( porque trabajo lento). Al poco tiempo de llegar, mi jefe me alcanza en la cantidad de trabajo realizado. Luego lo poco que hago se disuelve en la inmensidad que él hace. 

Seguirá siendo el jefe por siempre. No hay duda. Mientras que yo seguiré trabajando distraído y a baja velocidad, por estar recordando, la manera en que su novia miró las nubes a través del hueco de mi techo…

por Felipe A. Sotela

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