Stan Laurel y Oliver Hardy

Alias "El Gordo y el Flaco"

por Osvaldo Soriano

Hace 48 artos, en un pequeño estudio de Hollywood, el productor Hal Roach formó a la que poco después seria la más célebre pareja de cómicos que ha tenido el cine. Un par de hechos insignificantes contribuyeron para que eso sucediera: Stan Laurel, que había filmado varias comedías de un rollo, quería dirigir y Roach le dio su oportunidad; Oliver Hardy sería el actor y creía en el talento de Stan, de modo que se entregó a sus órdenes. Ambos eran concientes de que no tendrían muchas oportunidades más: Laurel había cumplido 31 años y Hardy 34. Demasiado viejos para empezar. Cuenta Hal Roach que todo iba bien hasta que Oliver debió filmar una escena en una cocina. Parece que de pronto una olla hirviendo cayó sobre un brazo del gordo; el accidente obligó a interrumpir la filmación. Stan se tomó la cabeza cuando vio que Hardy caía al suelo y gritaba con su voz de tenor enronquecida le pareció que todo había terminado. Corrió hasta el caído y trató de auxiliarlo. Juntos armaron tal alboroto que Roach —un observador atento—, se dio cuenta de que esos tipos daban risa.

Arthur Stanley Jefferson había nacido en Ulverston, Lancashire, Inglaterra, el 16 de junio de 1890 (Willíam Everson, uno de sus biógrafos sitúa el nacimiento en 1895). Su padre trabajaba en el teatro y desde muy chico Arthur se incorporó a un circo de Manchester. Allí lo descubrió Fred Wescott, más conocido como Fred Karno, a principios de siglo. Karno era, por entonces, uno de los productores de varieté más famosos de Gran Bretaña. Durante la actuación de su troupe en Manchester vio a Stan y lo incorporó a la compañía, en la que ya trabajaba Charles Chaplin.

En 1910, la troupe de Karno hizo su primera gira por los Estados Unidos. Fue recibida con gran éxito y dos años más tarde, el empresario decidió emprender una nueva aventura por América. El 2 de octubre de 1912, Karno y los suyos llegaron a Nueva York. Para dos de sus empleados —Chaplin y Laurel—, ese sería el último viaje junto a Karno: ambos pensaban probar suerte en el cine.

En pocos meses Charles Chaplin arañó el éxito; en un par de años comenzaría su celebridad, Stan Laurel, en cambio, tardó mucho tiempo en conseguir siquiera un papel menor en el cine. Durante cinco años hizo lo que pudo para ganarse la vida. Pasó de cabaret al teatro y el music hall, hasta que en 1917, mientras actuaba en al Hipódrome de Los Angeles, el productor Romish le ofreció 75 dólares semanales para actuar en películas. "Usted es más cómico que Chaplin”, le dijo Romish; “¿Quién, yo?”, respondió Laurel.

Su primera película fue Nut in May, para la Universal, dirigida por Bobby Williamson. Luego pasó a la Vitagraph y más tarde a la Pathe, con Hal Roach. Por entonces, Laurel era considerado un excelente comediante. Sus primeras películas de un rollo mostraban a un cómico inteligente y fino, con una ductilidad asombrosa. Pero, secretamente, Stan pensaba en dirigir y escribir guiones. Cuando Roach le dio esa oportunidad no soñaba que iba a convertirse en uno de los hombres más famosos de Hollywood.

En enero de 1892 nacieron los otros protagonistas de la historia. El 18, en Atlanta, Georgia, Oliver Norvelle Hardy, hijo de un respetado político de la burguesía local; cuatro días antes en Elmira, Nueva York, Hal Eugane Roach. Un director de cine que trabajó con ellos (Charley Rogers), dijo que Hardy y Roach eran enteramente semejantes, aunque Stan no se les parecía en nada. "No obstante, entre los tres formaban una curiosa amalgama que era comc una moneda de oro puro”.

Oliver Hardy se recibió de abogado luego de intentar la carrera militar. Su padre, un hombre severo, quería hacer de él un ciudadano respetable y le dio los dólares suficientes para que montara su estudio jurídico. Oliver, prefirió comprar una fiambrería y abrir un cine. Su padre, indignado, lo echó de la casa. Era 1910 y Hardy —a quien sus amigos llamaban Ollíe, o Babe— se empleó en un barco que remontaba el Misisipi, Cantaba, bailaba, interpretaba personajes, pero siempre hacía reír. Cuando llegó a Miami buscó algún productor que se interesara en su trabajo, pero no lo encontró. Comenzó a pasar hambre y decidió probar suerte en otros países. Viajó a Australia y regresó en 1913. Entonces filmó su primera película para una empresa que había creado Sigmund Lubin, uno de los fundadores del cine norteamericano: Outntting dad, aunque ésta no tuvo éxito. Antes de comenzar la Gran Guerra viajó a la Argentina.

En 1914 actuó en el Pabellón de las Rosas, en Palermo. Hacía pantomima en el mismo programa donde Juan Maglio, Pacho, se lucía con su bandoneón. Eso duró pocos meses. Años más tarde, Ollíe explicó a un oeriodista argentino que lo entrevistó en Los Angeles: “Yo pesaba más de 300 libras y como el tranvía me dejaba a ocho cuadras del lugar, no pude seguir con el esfuerzo de caminar esa distancia todos los días”.

Quedan pocos testimonios de aquella visita. Tan pocos como de la actuación, en 1915, de un flaco desgarbado que actuaba como payaso en la troupe de Flynn. Stan Laurel no mereció una sola línea de comentario en los diarios de Buenos Aires por su trabajo en el teatro Casino.

Stan Laurel y Oliver Hardy no se habían visto nunca, pero ambos eligieron a Buenos Aires para tentar una suerte que les resultó esquiva. Recién en 1919 trabajarían juntos por primera vez en Lucky Dog, una comedia dirigida por Jesse Robins. Volvieron a separarse hasta que conocieron a Roach y a Larry Semon. De allí en más, hicieron películas cada uno por su lado, dirigidos por Semon, hasta que en 1926, Roach decidió reunirlos.

Slipping wives, filmada para la Pathe, mostró a Laurel y Hardy por primera vez juntos. Los actores secundarios eran Priscilla Dean y Herbert Rawlinson. Desde entonces rodaron trece películas para la Pathe, hasta que alertada por el éxito de la pareja, la Metro contrató a Roach y a sus muchachos. Las antologías que la Metro recopiló luego de la muerte de los cómicos, indican que la pareja se inició con Putting Pants on Philip, pero el dato no es cierto; ése fue el primer film para la Metro, en 1927.

Putting Pants on Philip, dirigida por Clyde Bruckman, es un film de dos rollos, muy cómico, que lanzó definitivamente a la fama a sus protagonistas. El escritor Henry Miller dijo entonces que era "el film más cómico producido en los estudios de Hollywood". Los críticos, sin embargo, no prestaban demasiada atención a Laurel y Hardy y tampoco al deslumbrante Buster Keaton, quien luego sería el mejor amigo de la pareja.

En 1929, el dúo filmó junto al escocés Jimmy Finlayson, Bíg Business (exhibida todavía en la Argentina con el título de Ojo por ojo, su primera obra maestra. El film fue dirigido por James Horne y Laurel colaboró en la elaboración del guión, aunque no figuró en la ficha técnica. Big Business es la culminación de una serie de películas (a veces una por mes) que asombraron al público de todo el mundo. La inteligencia de Stan en la elaboración de cada escena, la notable armonía entre los dos protagonistas, un entendimiento casi perfecto en la improvisación, una ternura que dejaba entrever rasgos de tragedia y una ideología transparente y sin concesiones, crearon no sólo un estilo, sino también un rasgo de perfección que pocos comediantes pudieron lograr en Hollywood.

Laurel y Hardy crearon el gag cinematográfico. Laurel quería que cada situación pudiera desprenderse del contexto total de la película como una obra en sí misma. Así, los gags del Gordo y el Flaco tenían un crescendo, un clímax y una deliciosa caída, como un espléndido orgasmo con toda su furia, su desesperación y su necesario alivio.

No necesitaban más que armar previamente un guión que fuera la columna vertebral de la película. Luego, ambos enriquecían la idea inicial con sus improvisaciones. “Stan hacía algo y yo lo seguía y daba píe para que él hiciera otra cosa y yo otra y después Stan hacía el montaje y todo era perfecto”, dijo Hardy en un reportaje. Este modus operandi, parece insólito para quien, más allá de la risa, observa con detenimiento la construcción de sus comedias cortas.

Antes de Bíg Business, hubo otras películas que rozaron la genialidad: The Battle of the Century (1927, de Clyde Bruckman), The Fíníshing Touch (1928, también dirigida por Bruckman), You’re Darn Toot'n (1928, por Edgar Kennedy), Two Tars (1928, por James Parrott), Habeas Corpus, (1928, por Leo McCarey), Liberty (1929, por Leo McCarey). En cada una de ellas, la propiedad privada y la autoridad eran los blancos de Laurel y Hardy. Si bien el ataque a la policía estaba presente —aunque no como una continuidad en toda la obra—, en otros creadores, la destrucción de la propiedad privada —autos, casas— la cosa más preciada por el norteamericano medio, creó una cierta irritación a los directivos de la Metro.

Cuando llegó el sonido, la pareja dio el salto sin problemas técnicos. Pero la Metro aprovechó entonces para cambiar las referencias de sus películas. Obligó a Roach a que Laurel y Hardy trabajaran en medios y largos metrajes e incorporaran hermosas mujeres al reparto. También quisieron aprovechar la voz de Ollie, —quien había cantado en los cabarets—, para armar lavadas comedías musicales que rompieron la idea de Laurel y fueron disminuyendo la eficacia de las películas.

Así, desde 1931, la decadencia comienza a notarse en las películas del dúo. No se trataba de un deterioro en el trabajo de ambos, que seguía siendo notable, sino en los argumentos, cada vez menos controlados por Laurel, en la dirección, más rígidamente manejada por los empleados de la Metro. La pareja fue perdiendo contundencia a medida que crecía en popularidad. Recién en 1938, dirigidos por John G. Blystone, producen otra obra maestra: Blockeads (en la Argentina se exhibe como Pájaros bobos), una comedia de siete rollos que satiriza las costumbre de la vida familiar norteamericana en el período que corre entre las dos guerras.

Luego de Blockeads, Oliver Hardy trabaja junto a Harry Langdon en Zenobia una comedia dirigida por Gordon Douglas. Corre la voz por todo el mundo: Laurel y Hardy se han separado. La película fracasa. Los diarios comentan las desavenencias entre Stan y Ollie. Sin embargo, la realidad es otra: Laurel había finalizado su contrato con la Metro antes que Hardy, y el Gordo debió trabajar en Zenobia junto a Langdon. mientras aguardaba la terminación de su compromiso con la compañía.

Nuevamente juntos, pero esta vez para la RKO Radio, dirigidos por Edward Sutherland, filman The Flyjng Deucas. En 1940 pasan con Hal Roach a la United Artist y hacen A Chump at Oxford, dirigida por Alfred Goulding. Entre 1941 y 1945 filman para la 20th Centtury-Fox seis películas y dos para la Metro. En plena decadencia, ya no eran los mimados del público Se los veía avejentados, fríos, como si el entusiasmo y el genio de los quince años anteriores se hubieran desvanecido. Sus películas ya no hacían reír, más bien daban pena. La última es The Bullfíghters (Toreros para el público argentino) dirigida por Malcolm St Clair, resultó un rotundo fracaso.

No volverían a filmar hasta 1952. Esos siete años son de amargura y de olvido para Laurel y Hardy. Se van de gira por ciudades del interior y actúan en teatros de comedia y revistas. Uno y otro enferman e interrumpen el trabajo. En 1946, Stan se casa por octava vez y al año siguiente emprenden una gira por Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Bélgica y Francia. En París reciben una oferta para hacer otra película, Atoll K, dirigida por John Berry y Leo Joannon, es una comedia donde trabajaron actores italianos, españoles, franceses y norteamericanos. Durante el rodaje, Stan Laurel enfermó gravemente y debió postergarse el trabajo. El resultado fue desastroso.

En 1952 y 1953 realizaron dos nuevas giras a Inglaterra. Trataban de reunir algunos dólares con los que afrontar los últimos años de sus vidas. Antes habían trabajado por contratos que no les dejaron derecho alguno sobre las películas que hicieron. Hacia 1955, la televisión norteamericana los llevó a la popularidad quizá por última vez al reponer casi todos sus films por la televisión, pero los derechos eran de la Metro y ellos no recibieron un sólo dólar.

Fue entonces que Hal Roach Jr., sucesor de los negocios de su padre, les propuso filmar una nueva serie de películas para la televisión en el estilo de las antiguas comedias. Poco antes de comenzar la filmación, Laurel tuvo un ataque y el trabajo debió suspenderse. Cuando mejoró Stan, el Gordo, que era cardíaco, enfermó y nunca pudo restablecerse hasta que murió, semi paralítico, en un hospital el 7 de agosto de 1957. Fue el golpe definitivo para Stan: “Era como un hermano para mí. Jamás tuvimos una discusión”, dijo entonces. El gordo había filmado en 1949 una película como actor secundario junto a John Wayne: The Fightíng Kentuckian, de la que siempre guardó un mal recuerdo.

Stan pasó los últimos años de su vida en Santa Mónica a orillas del Pacífico junto a su mujer. Vivían primero en el Ocean Hotel y luego en uno más barato. El Flaco recibía poca gente: Dick van Dyke y Jerry Lewis eran sus preferidos, los aconsejaba y seguía sus trabajos. En 1961 le fue otorgado un "Oscar al recuerdo” que ni siquiera se molestó en recibir. Murió el 23 de febrero de 1965 y su tumba está en el cementerio de Forest Lawn, en Hollywood.

Recién en los últimos años, los críticos e historiadores permitieron que Laurel y Hardy ingresaran en sus crónicas. Sin embargo, es posible que muy pocos expertos supieran tanto de la técnica de hacer reír como Stan. Mientras Hardy jugaba al golf todo el día, el Flaco pulía en los laboratorios un estilo que alcanzó la perfección a fines de la década del veinte. El Gordo y el Flaco se burlaron de todo: la sociedad norteamericana, vista por Laurel, ese inglés pequeño e introvertido, fue descuartizada en sus films más notables.

Dejaron casi trescientas películas que la televisión y los cine clubes repasan de vez en cuando Se dice que sólo al mariscal Tito de Yugoeslava ha logrado reunir copia de cada una de ellas, ya que es uno de sus más decididos admiradores. La colección de Cinemateca Argentina es nada despreciable y sus ciclos —principalmente el qua realizó este año en el teatro Sha— son los más completos que se conocen. Cada vez más borrosas, sus imágenes vuelven de vez en cuando a las pantallas para probar que ellos fueron quizá, los cómicos más limpios, humildes y eficaces que haya tenido Hollywood.

El Gordo y el Flaco en Español ( 3D ) La pelea del siglo 1927 - Homenaje a una época - HD

5 sept 2012

Para verlo en 3D pulsar la llave situada bajo el vídeo.Oliver Hardy y Stan Laurel (El gordo y el flaco)Considerados como una de las mejores parejas cómicas del cine.Sus comienzos fueron el cine mudo.Fue seguido por el cantante Nino Bravo que confeso en una entrevista gustarle el dúo. En homenaje a una época he incluido en el film las risas de mi abuelo Salvador gran admirador del gordo y el flaco. Espero disfruten de esta PELEA DEL SIGLO. Para ver más documentales: http://www.youtube.com/playlist?list=...

por Osvaldo Soriano

 

Publicado, originalmente, en: Revista Filmar y Ver Año II, Nº 9, agosto de 1974

Link del texto:  https://ahira.com.ar/ejemplares/filmar-y-ver-no-9/

Gentileza de Archivo Histórico de Revistas Argentinas

Ahira. Archivo Histórico de Revistas Argentinas es un proyecto que agrupa a investigadores de letras, historia y ciencias de la comunicación,

que estudia la historia de las revistas argentinas en el siglo veinte

 

Ver, además:

 

                     Osvaldo Soriano Letras Uruguay

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

Email: echinope@gmail.com

Twitter: https://twitter.com/echinope

facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/ 

 

Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

 

Ir a índice de crónica

Ir a índice de Osvaldo Soriano

Ir a página inicio

Ir a índice de autores