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Manuel Piar, octubre de 1817 
A juicio por traición a la patria 

Fabio Solano
solanofabio@hotmail.com
 

El sargento Sánchez miraba la mesa con cara de pocos amigos y no era para menos, pues acababa de perder su paga del mes jugando a las cartas. En la mano derecha aún humeaba lo que había sido un gran tabaco, único vicio del hombre, pequeño de estatura, y de piel oscura, la cual delataba su ascendencia negra. No era tan oscuro como otros, entrando en la categoría de mulato, y por eso había ascendido a sargento. Los negros se quedaban en soldados rasos, los mulatos, cuarterones y salto atrás llegaban hasta sargentos, y los blancos iban desde teniente hasta general. Para Sánchez era difícil entender cómo era eso de que los blancos, siendo tan poquitos, eran quienes mandaban, mientras que los de piel más oscura no subían cuando eran miles. Y lo peor, a veces no valía si se era más claro, incluso blanco a la vista de cualquiera. Si los de arriba decían eres pardo, pues así se quedaba, así tuviera ojos azules y piel bien clara, como sucedía con el general Piar.

Mientras el humo del chicote se expandía por arriba de la mesa ya vacía, el sargento Sánchez divagaba con el Orinoco como horizonte: "Pobre general Piar. Es increíble por lo que está pasando. A mi general lo acusan de querer levantar a los negros y mulatos, para asesinar a todos los blancos. Pero si él es blanco, ojos azules, y además General en Jefe, ¿cómo va a ser que él levante a los negros contra los suyos? Es verdad que nació en Curazao, pero eso no quita, porque aquí hay de todo, ingleses, franceses, españoles, canarios y criollos. Los que más saben de este embrollo aseguran que esa es una pelea entre los jefes. Según ellos, Bolívar le tiene tirria, pues por estos lados Piar es más jefe que él. Piar ha ganado por lo menos una docena de batallas, y eso cuenta en una guerra".

Eran más o menos las seis de la tarde, cuando Sánchez fue interrumpido por la entrada de otro sargento un tanto agitado: "Concho, Sánchez al general Piar lo van a llevar a juicio. Yo pensaba que no iban a llegar a tanto. Ya nombraron el jurado y el general Bolívar dio la orden para adelantar todo". Sánchez se movió inquieto y le dijo a su amigo: "Habla bajito Rondón, mira que aquí por cualquier cosa lo meten preso a uno. Yo ya había oído al teniente decir que el juicio iba, parecen ir más rápido. Hay descontento en la oficialidad de abajo por la forma como apresaron a mi general. Cedeño logró llegar a Maturín antes de que Piar se largara, y entonces le metió un cuento donde el Libertador lo iba a hacer segundo comandante. Y como Cedeño había sido uña y sucio de Piar, su amigo pues, entonces le creyó. Cuando llegaron aquí y lo llevaron a la casa esa frente a la Plaza Mayor, y fue cuando el general Cedeño le dijo la verdad, que estaba preso".

Rondón, un hombre alto y de gran sonrisa, miró a Sánchez y entrando ya en la confidencia, dijo: "Yo oí a un grupo de oficiales cuando comentaban que el Consejo de Guerra eran puros amigos de Piar. Según ellos el Libertador los nombró así para que al final del juicio dejaran libre a Piar, inocente pues. El general Bolívar quiere es meter orden, y dejar bien claro que quien manda es él. Vamos, no es la primera vez que los jefes pelean. Ahí está cuando Bermúdez le sacó la espada a Bolívar en una discusión, y ahora anda pegado ahí. Seguro que a Piar lo declaran inocente"

Sánchez terminó por tirar los restos del tabaco al suelo, dejando caer una mirada sombría: "No creas todo lo que oigas Rondón. De pronto a Piar lo condenan. Lo están acusando de querer levantar en armas a los negros y mulatos, para matar a todos los blancos, para convertir esto en una república negra como la Haití. De todo se ha visto en esta guerra, y cuando se trata de jefatura la cosa es fuerte. De todas maneras lo mejor es no meterse en esa pela de tigres, no sea que salgamos rasguñados".

Piar militar

El origen de Manuel Carlos Piar oficialmente es Curazao, donde nació en el año 1777, hijo de la isleña Isabel Gómez y del canario Fernando Piar. A partir de allí, se crearon diversas versiones que tienen relación con su fisonomía, color de piel, fecha de nacimiento y hasta unos padres biológicos ocultos. En cuanto a raza o color de piel, hecho muy importante en esos años donde había gente con rasgos negroides, pero eran señalados como "blancos" (varios mantuanos de prosapia entraban en esta situación), Piar era calificado como pardo. Sin embargo, aun cuando no existen retratos de él hechos en vida, las descripciones de quienes llegaron a conocerlo, dicen que era un individuo de piel blanca, ojos azules, pelo rubio y perfil caucásico. Es decir, tenía características de blanco, pero era un pardo, según la clasificación de castas en el imperio español.

En cuanto a su año de nacimiento existen diferencias, pues su madre Isabel Gómez, al momento de entrar a la provincia por el puerto de La Guaira en 1792, declaró que con ella iba su hijo Manuel, de diez años de edad, lo cual lo coloca como nacido en 1782. Lo más conflictivo en todo este "misterio", es un supuesto origen noble, pues según la conseja, sería hijo del Príncipe de Braganza (portugués) y de una Xerez y Aristiguieta, prima del Libertador, contándose que fue entregado recién nacido a la curazoleña Gómez, para evitar el escándalo. Como fuera, Manuel Piar estaba en Barbados en 1806, cuando llegó la primera expedición de Francisco de Miranda, a quien conoció por intermedio de un comandante inglés. Piar estuvo en la invasión por Coro el 3 de agosto de ese año, y en esa acción militar fracasada tuvo su primera lección político-militar, de la mano de Miranda.

Manuel Piar, quien más adelante sería rival de Simón Bolívar, en una supuesta disputa por el mando supremo, estuvo primero que muchos en las acciones pro-independencia. En 1810 apareció en Cumaná, y fue delegado de la Junta Patriótica de esa ciudad, para reconocer su similar de Caracas. En la capital se consiguió de nuevo con Miranda, quien lo nombró ayudante de su estado mayor general, por lo cual estuvo al lado del Mariscal de Francia durante toda su campaña en Venezuela. El curazoleño logró embarcarse y huir a Trinidad por el oriente, cuando el precursor fue apresado y entregado a los españoles. Como se sabe, entre quienes realizaron tal acción estuvo Bolívar, y al parecer Piar mantuvo siempre presente esta circunstancia en su confrontación, con quien luego sería el Libertador.

Manuel Piar volvió a Venezuela por oriente y de inmediato se involucró con un grupo de emigrados, quienes produjeron la famosa acta del islote de Chacachacare, mediante la cual dejaban de lado a Bolívar como jefe de los insurrectos. El acta menciona que la reunión contó con 45 expedicionarios, quienes ante la violación de la capitulación de Miranda por parte del español Monteverde, colocaban sus espadas al servicio de la independencia y por tanto procedieron a nombrar una Junta cuyo jefe supremo será Santiago Mariño y los secretarios, José Francisco Bermúdez, Manuel Piar, Francisco Azcue y Manuel Valdez. Esto sucedió en 1813, pero esa junta no tuvo efecto real. Ese año la Segunda República tomó impulso, con Bolívar en el centro y Mariño comandando en oriente. Piar, quien ya era capitán, pronto ascendió gracias a su buena actuación en lo militar, tanto que rápidamente llegó a coronel y luego a general. Obtuvo éxitos resonantes en la región oriental, aunque tuvo encontronazos fuertes con sus iguales, debido a que era rebelde y reacio a recibir órdenes. Casi pierde la vida a manos de Bermúdez, quien era de carácter violento, en una discusión donde salieron a relucir las espadas. Piar fue enviado a Caracas por petición de Bolívar y estuvo bajo su mando en varias confrontaciones contra los españoles. Mariño lo quería tener lejos, pues ya se había convertido en un peligro para su hegemonía en el oriente.

En 1814, año de cruentas batallas, Manuel Piar desarrolló su capacidad de comandante militar, pero luego se perdió la Segunda República y como consecuencia se fue al exilio. Volvió con un grupo de patriotas y en 1817 ya era jefe máximo del suroriente venezolano, donde se llenó de gloria al vencer a los realistas en varias batallas. Por los avatares de la guerra, el Libertador terminó desplazándose hacia Guayana, y asumió el mando supremo del ejército, ante lo cual Piar se vio obligado a acatar obediencia. Esa sería una posición difícil de asumir para quien, por su carácter y su manera de ser, se creía con derecho a ser el líder.

Piar preso y acusado

Luego de asumir en abril de 1817, Bolívar conformó una guardia personal de 200 hombres, y se fue de Guayana, produciendo en Piar un sentimiento de tranquilidad. Seguía al mando del ejército en esa zona, y creía que el Libertador se iba a Caracas. Pronto el General en Jefe entraría en acción ganando una batalla en San Félix, y prosiguiendo el asedio a Angostura.

Sin embargo, se llevó una buena sorpresa, cuando en mayo Bolívar apareció en la ribera del Orinoco con un ejército de 800 hombres. Venía a poner orden de nuevo, pues Mariño andaba por un lado y por el otro Piar hacia lo que mejor le parecía. Asumió el mando real del ejército y para el amanecer del 4 de mayo reunió a la oficialidad, y relevó al curazoleño como jefe de las fuerzas militares en el suroriente. Ahí comenzó el declive de Manuel Piar, quien fuera nombrado jefe de las misiones en el Caroní, pero pronto, descontento con aquella situación donde no tenía mando sobre la tropa, pidió la baja y un pasaporte para irse del país.

A pesar de que Bolívar le concedió la salida, Piar no se fue, y más bien intentó entrevistarse con Mariño, lo cual logró luego de algunas negativas del líder oriental. No tuvo éxito en su propuesta, pero encendió las alarmas del Libertador, pues se delató por estar hablando con las tropas y oficiales allegados. Era fácil suponer una conspiración para producir un alzamiento con rasgos de rebelión de casta, donde la minoría blanca podía ser eliminada. El propio general Pablo Morillo, comandante de las fuerzas realistas, escribiría en sus memorias que Piar andaba en una de revivir la guerra social igual a la intentada por José Tomás Boves, el sanguinario caudillo de los lanceros del llano. Bolívar llamó a Piar a presentarse, pero éste se dio a la fuga, y esa fue la señal para dar la orden tajante de apresarlo. Para ello comisionó al comandante Cedeño, quien había sido muy amigo del ahora general fugitivo.

A Piar lo consiguieron en Maturín y Cedeño lo convenció de que Bolívar lo invitaba a Angostura para nombrarlo su segundo jefe. Piar, pecando de ingenuo aceptó la propuesta, y cuando estaba llegando a la Plaza Mayor de esa ciudad, de pronto fue rodeado por una veintena de soldados, al mismo tiempo que Cedeño le notificaba oficialmente su detención. De ahí en adelante el antiguo jefe del ejército de Guayana, pasó a ser un preso ilustre. Tuvo un trato excepcional, incluyendo un oficial de rango para hacerle compañía casi todo el día, un sastre para trajes nuevos, acceso a vino y buenos alimentos. A los pocos días fue llevado a Consejo de Guerra. El tribunal militar estaba presidido por Luis Brión, e integrado por los generales Anzoátegui y Pedro León Torres, sus compañeros de batallas, además los altos oficiales Ucroz, Piñango y Carreño. El Fiscal fue Carlos Soublette, quien lo acusó de sedición, conspiración contra al Estado y deserción. Los comentarios eran que habría un juicio y luego saldría en libertad, como una fórmula de Bolívar para consolidar su mando.

Manuel Carlos Piar fue condenado a morir por fusilamiento, hecho que se cumplió al día siguiente de haberse emitido la condena, el 16 de octubre de 1817, en el costado occidental de la catedral de Angostura. En la historia de Venezuela este fusilamiento aparece como una mancha negra, pues al parecer los cargos no eran los suficientemente fuertes, ni las pruebas llegaron a ser idóneas, como para condenarlo a muerte. Muchos piensan ahora que lo de soliviantar a la población negra y parda, para crear una república de esa raza con la exclusión de los blancos, o la posibilidad de una guerra social, no tenía asidero real. Algunos sostienen que en verdad privó el problema de quién sería el máximo líder, para ejercer el poder real sobre el ejército y el territorio en manos de los patriotas.

Fabio Solano 
solanofabio@hotmail.com
 
http://www.el-carabobeno.com/impreso/articulo/t021010-lt01/Manuel-Piar,-octubre-de-1817:A-juicio-por-traicion-a-la-patria El Carabobeño (Valencia, Venezuela)
2 de octubre de 2010

Autorizado por el autor

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