Viaje a la tierra "Pensamientos" 
Estela Socías Muñoz

Meses después y estando en el Club Hilario, nuestros amigos decidieron hacer el viaje a la tierra "Pensamientos", con el fin de saber si se podría llevar a cabo el plan de convertir a Carmelita y a Igor en seres humanos con la misma capacidad física de ellos y presentarlos en sus casas como amigos.

Era un 22 de diciembre, la navidad estaba cerca y decidieron que realizarían el viaje esa misma noche. Se habían preparado y llevaban consigo todo lo necesario para un viaje a la tierra "Pensamientos".

Igor y Carmelita estaban muy preocupados pues temían fracasar y no era fácil despedirse de su vida de muñecos de trapo. Ellos habían sido creados para entretener a los pequeños y no estaban plenamente convencidos de transformarse en humanos.

Les dijeron a sus amigos que querían despedirse de Kalín, compañero de todas sus aventuras y que quizás estaba muy triste, pues hacía mucho tiempo que no sabían nada de él.

-Vayan rápidamente. Nosotros los esperaremos al pie del cerro Totoralillo, con el fin de tener todo listo para emprender este viaje- dijeron los niños.

Así fue como nuestros dos queridos muñecos de trapo partieron rápidamente al lugar donde solían encontrar a Kalín. Al verlos, el cóndor se puso feliz y abría sus alas como demostrando que todavía podía realizar otra aventura. Ya se había casado y quería enseñarle a Kalincito, su hijo, el mundo de la fantasía.

Sería difícil no incluirlo en esta nueva aventura, pensaron los muñecos de trapo, por eso le dirían a sus amigos que sin Kalín no habría viaje.

-¡Hola Kalín! -dijeron Carmelita e Igor

-¡Hola amigos!, ¿por qué vienen solos?

-Pula, Lucía, Luis y Patricio nos están esperando al pie del cerro totoralillo.

-¿Qué sucede que traen esa cara?

-La verdad Kalín es que no sabemos qué hacer. Por un lado no queremos separarnos de los niños, pero por otra parte, sabemos que si vamos a la tierra Pensamientos, tendremos que decidir si queremos ser convertidos en seres humanos o preferimos quedarnos para siempre como adorno en los dormitorios de Paula y Lucía, que ya casi no juegan con nosotros pues sus aventuras no son para muñecos de trapo- dijeron con tristeza Igor y Carmelita.

Kalín había perdido un poco la visión y en uno de sus viajes encontró unos anteojos que le permitían mantener la vista como en su juventud. Se sentó cerca de los muñecos y con cara de sabio dijo:

-Los humanos siempre han dicho: "Cada persona debe unirse a otra de su especie", ustedes deben hacer lo mismo, cada muñeco de trapo debe vivir la vida de muñeco junto a los de sus mismas características.

Hemos entendido perfectamente. Si tú estás aún con fuerzas, ayúdanos a encontrar el camino a "Pensamientos", ahí nos esperan los niños y durante el viaje a la nueva aventura decidiremos lo que sea mejor para todos.

-Eso es lo correcto, ya verán que al regresar a Trapolandia podrán encontrar un nuevo hogar con niñas igual que Paula y Lucía, tendrán amigos como Luis y Patricio y recuperarán la fantasía que los caracteriza. Eso jamás debe terminar.

-Hacer felices a los pequeños es parte fundamental de nuestras vidas y ¿qué será de ti cóndor Kalín?

-Bueno, yo soy un ave y no un muñeco por lo tanto en un tiempo más estaré tan viejito que un día me quedaré dormido para siempre. Pero eso no es problema, me remplazará mi hijo Kalincito

-Papá, ¿quiénes son? -preguntó Kalincito. 

-Ellos han sido mis amigos durante mucho tiempo y ahora también serán amigos tuyos.

-¿Podemos ir todos a la aventura, verdad, amigo Kalin?- dijeron Igor y Carmelita .

-Sí, lo haremos todos juntos ¿qué te parece mamá cóndor?

-¡Será fantástico! Yo iré con Kalincito, detrás de ti, pues nos indicarás el camino y así podremos llevar a tus amigos.

En pocos minutos llegaron donde estaban los niños y niñas esperando a los muñecos. Paula, Lucía, Luis y Patricio se sorprendieron al ver a Kalín con su familia.

-¡Hola amigos!- dijo el cóndor. 

-Hola, ¿qué hacen ustedes aquí? hoy haríamos el viaje solos, dijo Paula.

-Kalín quiere ir con nosotros para realizar su último viaje y su meta es enseñarle a Kalincito, su hijo, el mundo de la fantasía- respondió Carmelita.

Todos se miraron, pero no encontraron ninguna excusa posible para que Kalín , mamá cóndor y el pequeño no los acompañaran.

Fue así como partieron en caravana entre cerros y nubes para llegar a la tierra donde vivía el ángel de la sabiduría, el que les aconsejaría qué hacer y cómo definir su futuro.

Estaban por llegar a su destino. Tanto tiempo planificando el viaje y cada vez el aroma de los pensamientos se sentía más penetrante. Su destino estaba cerca, como así también el momento para tomar una gran decisión: seguir siendo Carmelita e Igor, los muñecos de trapo o convertirse en humanos como sus amigos.

Descendieron en la entrada de la tierra "Pensamientos", ahí había un muñeco vigilando y al ver la gran caravana que venía, los detuvo para averiguar quiénes eran.

-Somos muñecos de trapo fabricados en Trapolandia por la brujita de la vida y estos seres humanos y aves que nos acompañan, son amigos nuestros que viven en la Tierra, en un pueblo de una hermosa naturaleza donde el mar, el campo y el cielo se confunden, su nombre es El Totoral.

-Qué desean?- preguntó el guardia. 

-Queremos hablar con el Ángel de la sabiduría- respondió la muñeca. 

-¿Cuál es tu nombre?

-Carmelita. 

-¿Y el tuyo? - preguntó dirigiéndose al acompañante de Carmelita.

-Igor señor -respondió

De inmediato se comunicó con el Ángel, explicándole que una extraña comitiva deseaba hablar con él. Salustio, que era el nombre del ángel sabio, los recibió con amabilidad.

-Hola amigos, ¿cuál es el motivo de su visita?

Carmelita, que era la más osada, le respondió:

-Señor Sabio, sé que vienen verlo todos aquellos seres que han nacido en un mundo de fantasía y que en un momento de sus vidas sienten que aquella persona que los fabricó les dio un corazón. Y es por eso que ellos han aprendido a querer el lugar, a sus amigos y disfrutan las aventuras.

-¡A ver, a ver, a ver! ¿qué me quieres decir con todo esto?

-Señor Sabio -comenzó Carmelita.

-Les rogaré que me llamen por mi nombre: "Salustio"- dijo el Ángel.

-Bueno, como tú quieras- respondió la muñeca- nosotros sólo vinimos a solicitar tu ayuda para que nos conviertas en seres humanos y así poder vivir eternamente junto a los niños y niñas.

-¿Habéis meditado lo suficiente como para querer dejar de lado toda esa vida de muñecos que les fuera conferida en Trapolandia?, ¿están seguros que sus amigos, que son humanos deben olvidar que ustedes son muñecos y saben perfectamente que jamás crecerán y su inteligencia es apta sólo para ser entendida por los niños de ese planeta Tierra. Ustedes no son mortales, ellos sí, el Dios de ellos los creó a su imagen y semejanza y les dotó de una vida que algún día deben abandonar. ¿Qué será de ustedes cuando ellos hayan llegado al final de sus vidas?, ¿recuerdas Carmelita, esa Nochebuena que te dejaron en el árbol "campanitas de navidad" de El Totoral?

-Sí, por supuesto Salustio -contestó la muñeca -cómo no recordar ese día en que Paula abrió su cajita y aparecí yo, entregándole tanta felicidad. Desde ese día hemos compartido todos sus juegos, conocí a su amiga Lucía quien ahora también es una gran amiga mía, luego conocí a sus amigos Luis y Patricio y el reencuentro con Igor.

Carmelita e Igor comprendieron que cada ser creado en este mundo de fantasía debía seguir el camino que se le había señalado y agradecidos se abrazaron con Salustio, quien preguntó:

-¿Han vuelto a Trapolandia?

-No, y Ángeles, la brujita de la vida que nos fabricó debe estar muy preocupada, por ahí debemos empezar.

-Veo que me están comprendiendo - les dijo el Sabio.

-¿ Qué haremos con nuestros amigos que estaban esperanzados en que fuéramos como ellos?

-Yo tengo un plan, viajarán con ellos de nuevo a Trapolandia y les prometo que ésta será la última aventura junto a ellos. Después de eso sus amigos caerán en un profundo sueño y al despertar sólo recordarán que ustedes fueron unos amigos inseparables de su niñez, y en las repisas de sus piezas, dejaremos unos muñecos similares a ustedes. Por ejemplo, en casa de Paula habrá una pequeña Carmelita que no tendrá vida y en el cuarto de Lucía habrá un muñeco igual a ti, Igor.

-¿Y no sentiremos pena?- preguntaron los muñecos.

-Les prometo que tanto ustedes como sus amigos no se acordarán.

-¿Pero nosotros, volveremos a ser muñecos de trapo?

-Jamás podrían dejar de serlo.

Diciendo esto, Salustio salió a despedir a sus amigos y les señaló a las niñas y niños:

-Carmelita e Igor los llevarán a la más grande de las aventuras que se hayan imaginado alguna vez. ¡Adiós amigos!

-Adiós Ángel Salustio, ¡hasta una nueva oportunidad!

Carmelita e Igor hicieron un círculo con sus amigos y les propusieron que dentro de dos semanas realizarían la más grande de todas las aventuras y esta se haría en Trapolandia.

Todos estuvieron de acuerdo, miraron al firmamento y se dieron cuenta que se les había acabado el tiempo. Corrieron al lugar donde los esperaba Kalín con su familia, estaban muy preocupados por la tardanza. Carmelita le contó al oído a Kalín lo sucedido y él la felicitó y le prometió acompañarla en esa última aventura junto a sus amigos que sería una despedida para él, ya que después su hijo Kalincito se haría cargo de los próximos viajes al mundo de la fantasía en ese lugar tan mágico, como era Trapolandia. 

Kalín pertenecía a la Tierra y también en algún momento dejaría de existir, pero estaría su hijo quien, al igual que su padre tendría como amigos a esos seres y con ellos viajaría en busca de aventuras y de felicidad que sólo se logra en el ese mundo de la inocencia y con la magia de la fantasía.

Estela Socías
Aventuras en el Club Hilario 

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