El director
Carlos Sinicki

La tragedia sobrevino una noche, en Viena. Había recorrido todos los escenarios del mundo recogiendo aplausos acalorados y exigentes por su desempeño como director de la Orquesta Filarmónica de Londres.

En ese concierto había puesto su máximo empeño en la dirección de la obra de Wagner. 

Al finalizar mientras alzaba los brazos en señal de un nuevo éxito, alcanzó a ver, en el infinito teatro a un espectador que no se había puesto de pie para aplaudir su actuación. 

Permanecía indiferente al efecto que él creía haber producido en el público.

Esa noche, murió sobre el escenario.

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