-Seguramente tiene o tuvo perros en
su vida. ¿Hay alguno que le dejó huellas emotivas?
- Aunque no lo crean, nunca tuve perros. No me llevo bien con ellos.
Las únicas huellas emotivas que dejaron en mí están relacionadas con
mordiscos en grado de tentativa.
Si son grandes, les tengo miedo. Si tienen un tamaño razonable
-menos de 25cm- puedo aceptar que permanezcan en el mismo recinto
donde yo estoy, sólo por poco tiempo y mientras no les ocurra
"trabajar" de perros conmigo (saludar, ladrar, jadear, darme
lengüetazos, saltarme encima, etc...) En fin, no los comprendo ni me
comprenden.
En el libro verán que no me ocupo tanto de los propios perros sino
de las relaciones que las personas establecen con ellos. Eso sí es
interesante. Lo lamento. De perros, sé muy poco. Yo sé de gatos.
Abran cualquier libro mío y les va a saltar encima un gato.