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Entrevista a Héctor Solanas
por Horacio Semeraro
horacio.semeraro@hotmail.com

 

 
 

La literatura - y en especial la poesía de Héctor Solanas- ameritan una entrevista por su calidad poco frecuente. Como  muchos otros  excelentes escritores, no  es “famoso” a nivel de lectura popular. Tampoco buscó nunca la fama. Buscó, sí,- y obtuvo- la calidad.  Reconocido por sus pares, su finalidad fue la de expresarse. Ya de por sí, la literatura, los escritores tiene vida y existencia propias ¿Una burbuja?  ¿Un mundo propio? Poco importa, porque lo que impulsa a escribir- a decir de muchos escritores entre ellos Marco Denevi –es simplemente la irrefrenable y desesperada necesidad de hacerlo

Héctor Solanas,  escribe obras de ficción para distintas publicaciones y ha viajado con frecuencia a Europa y Estados Unidos, asistiendo a seminarios sobre creatividad y comunicación. Publicó diversos poemarios, cuentos, ensayos y artículos periodísticos.

Fue propietario de una prestigiosa agencia publicitaria. En 1985 fue designado Publicitario Nacional  por el Círculo de especialistas especializados. Su libro Réquiem para tres -cuya crítica literaria tuve oportunidad de realizar para La Gaceta Literaria de Tucumán- resultó ganador del Concurso de Cuentos “Victoria Ocampo” lanzado por la Fundación homónima en 2003. En el año 2010 obtuvo el segundo premio en ese mismo certamen, con su relato “El señor Hemingway”. Publicó los poemarios Madre y otros poemas (1978), Poetas juntos; En algún lugar del día (1989); Huéspedes del azar (2000) y Fragmentos de un adiós (2007). Este último obtuvo el primer premio del Certamen “Biblioteca del Jockey Club”. Colabora en distintos medios del país y del extranjero.

Más allá de la literatura, Héctor Solanas es un ser transparente, culto, cuidadoso y detallista, con códigos sobre la amistad, la sociedad, la familia .No es frecuente encontrar gente con esos valores en ésta época.

¿Cómo surgió el nombre Indiscreciones del alba  de su poemario?

Titular es difícil. Releyendo uno de los poemas encontré el título. Siento que es sugerente y no lineal.

¿Pensó en otros nombres,  hasta que se encontró con el elegido?

Por cierto pensé. Pero, como dije, titular es difícil. Mis dos poemarios anteriores tenían títulos aceptables: "En algún lugar del día" y "Huéspedes del azar". Para el de marras anduve pensando más de lo que debía, entonces resolví leer mis poemas como la primera vez y la última. En uno de ellos, encontré el que se convirtió en  título. 
 
Es un libro homogéneo, con un estilo logrado y reconocible. Uno lee un poema de Neruda, de Pessoa, de Pavese, y sabe que es de él. Además de inspiración, para   llegar a ello se necesitó mucha dedicación, también. ¿Fue así en su caso? 

La inspiración es el disparador. Luego el poema se construye imagen por imagen. Pero si la inspiración no acompaña, se marchita. La inspiración es como el vuelo de un pájaro, viene y desaparece. La dedicación es primordial tanto como la elección de las palabras. Cada una ya es un poema. Por eso conviene dejar descansar el trabajo. Al día siguiente se lo mira con más objetividad.

El tono declamatorio, a veces omnisciente,  de algunos de los poemas de “Indiscreciones del alba”, nos recuerda a las Odas de los grandes clásicos. Debe ser un admirador de esos grandes maestros, ¿no?

Puede ser. Yo admiro a los clásicos. Basta con nombrar a San Juan de la Cruz, Quevedo, Garcilaso, Sor Juana Inés. Con ella, según dicen, se cerraría el Siglo de Oro, no con Calderón. “Cántico”, del primero que nombré, es monumental

¿Cómo fueron sus comienzos en la literatura? ¿A qué edad se manifestó en Ud. la necesidad d e escribir? ¿Y sus comienzos  en la poesía? (cual de los géneros cultivaste primero)

Muy chico cuando ya garabateaba alguna rima. Pero mi amor por la poesía se despertó un día (yo tendría catorce años) escuchándola a mi madre recitar las primeras estrofas de “El cóndor” de Olegario Andrade. Esos versos me paralizaron. Pronto descubrí, en plena adolescencia, mi vocación por las letras .Cuando ingresé en la Facultad, entonces en la calle Viamonte, ya me daba por escribir de todo. Cuando me casé, compré los muebles escribiendo guiones de historietas. Mi primer poemario nació con la muerte de mi madre, muchos años atrás.

Se dice que la poesía está en crisis por cuestiones editoriales y de venta. Eso es un hecho .Quizás  hubo un cambio de rumbo en la elección de los géneros literarios. ¿Porqué piensa que la gente se alejó del romanticismo? Fue el acercamiento a un materialismo exagerado, ¿o acaso tiene que ver con la globalización?

Lo que hoy se escribe es de un minimalismo atroz. La poesía ha resuelto suicidarse, alejarse de la gente. ¿A quién puede gustarle algo chato, sin belleza  ni emoción alguna? La verdadera poesía no  muere, como decía Bolaño: “un buen poema lo puede todo Y es cierto. Un buen poema ensancha la vida, ennoblece el espíritu. Es gratificante luchar para lograrlo y aún más disfrutarlo después, leyéndolo y pensando yo lo hice, conseguí traer al mundo estas palabras, fui un mediador de la belleza.

Usted fue un publicista reconocido. ¿Encuentra relación entre la publicidad y la literatura, en su faz creativa?

Los textos publicitarios luchan contra el tiempo, Con ello aprendí a evitar adiposidades y a privilegiar la síntesis. Algunos textos tienen la frescura de un buen poema

Mencione, por favor, algunos de  los autores en prosa de todas las nacionalidades  y  a los poetas extranjeros  que lo  inspiraron

Hay muchos. Con Borges se aprende a escribir. Cortazar me entusiasmó y me sigue entusiasmando. Están también Roberto Bolaño, Raymond Carver, Truman Capote, Hemingway, Silvina Ocampo, Rulfo, García Márquez, Vargas Llosa, Felisberto Hernández, Carson McCullers, John Cheever, Salinger, Marco Denevi, en fin, la lista sería larga.

En poesía, ocurre otro tanto. Keats (su Oda a una urna griega, es maravillosa) Auden, Eliot, Mallarmé, Machado, Cernuda, Withman, Neruda, Vallejo, Yeats, Parra, Verlaine.

¿Y sus inspiradores entre los poetas argentinos desde la generación del 40 en adelante?

Hablaría de Borges (de nuevo), Wilcock, Calvetti,  Requeni, Escudero, Pizarnick, Etchecopar, Molina, Olga Orozco. Esta última me fascina. Es gótica, premia con un  festival de bellas y profundas imágenes,

Tengo entendido que escribió también pequeños ensayos y colaboró como escritor con la revista Fundación, de Marcelo Sánchez Sorondo y otras revistas. ¿Fue así?

Sí, escribí ensayos. Pequeños ensayos, diría, o comentarios sobre escritores. Primordialmente para la revista Fundación, una joya editorial que presidió Marcelo Sánchez Sorondo, efectivamente ,de quien fui amigo, honrado por su amistad. Recuerdo algunos temas, Enrique Banchs,  Sor Juana Inés, las Memorias de Hipólito "Tuco" Paz, a quien admito y quiero, Borges (por cierto) y otros muchos que sería largo de contar. Se me ocurre que habré colaborado en más de una docena de números. Pero cuando Marcelo se retiró (era grande ya) la revista no tardó en apagarse.

Si tuviese que elegir  cinco poemas  entre los más de cincuenta que componen el poemario, ¿cuáles serían los elegidos?

Me quedaría  con “Elegía-“ poema que reproduce la contratapa-, con "Embajador en la península", "Sueño tardío", "Casa ausente", "Detalles de un adiós" y "En el ángulo oscuro". De todos modos, me cuesta elegir… nos pasamos en uno.

¿Cómo se definiría a sí mismo?

Me cuesta hablar de mí. Pero diría que me atrae tanto el misterio como la belleza. Ignoro por qué los vocablos ética y estética son parónimos. Pero algo debe haber. Sin ambos me siento  mal. Como dijera Olga Orozco “ el que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo”.                                      

 

Horacio Semeraro
horacio.semeraro@hotmail.com
 

 

Buenos Aires, 15 de Abril de 2013

 

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