Instituto del Libro y la Lectura del Perú, y Capulí, Vallejo y su Tierra

Oh salve tierra de los Chucos!

16 de marzo
Nace hoy César Vallejo

(Primeras Estancias) 
de Danilo Sánchez Lihón

Actividades de Capulí, Vallejo y su tierra

En homenaje al 116 aniversario del nacimiento de César Vallejo

Jueves 13 de marzo, 7 pm.
Presentación del libro "Nostalgias Imperiales"
de Diego Gianella, diseñado en base a poemas de César Vallejo.
ICPNA de Lima, Jr. Emancipación, cuadra 4. Cercado de Lima.

Viernes 14 de marzo. 5.30 pm.
Lecturas de poemas del libro "¡Oh Salve Tierra de los Chucos!".
de Danilo Sánchez Lihón. Parque César y Georgette Vallejo.
Angamos Oeste. Entre las cuadras 2 y 3. Miraflores. Cerca del ICPNA.

Miércoles 19 de marzo, 5.30 pm.
Programa especial: "Vallejo en el desafío de los jóvenes".
Pisco Centro Cultural, Av. Revolución, sector 03, Grupo 14.
Paradero Bolívar. Ruta A. En Villa El Salvador.

Martes 25 de marzo. 6 pm.
Corresponsabilidad con la Municipalidad de Miraflores.
"Homenaje al Poeta Universal César Vallejo".
Centro Cultural Ricardo Palma, Larco 772, Miraflores.
Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia.
PRIMERA ESTANCIA
1.
¡Amanecer
ensangrentado! ¡Arco iris estremecido!
¡Lluvia
de los caminos! ¡Estoy contento! ¡No quepo
de gozo!
¡Enhiestos bloques de piedra! ¡Arcilla
estupefacta!
¡Ríos de aguas turbulentas o mansas!
¡Puentes
que no amedrentan las inundaciones,
dueños
del  arrojo. ¡Chorros de agua que salta!,
comprenderán
que me sienta lleno de alegría y júbilo.
Lo hemos
visto nacer, crecer, desarrollar  entre
nosotros.
Estamos  por eso alborozados, pletóricos
y ufanos,
por el orgullo de sentir que hay hombres
totales, como
él. ¡Relámpagos! Cada uno de ustedes
con sus fogonazos,
y caídas en zig-zag sobre la tierra, todos
han hecho mucho
para que nazca este niño, se haga joven,
y se torne hombre.
Y se eche a caminar por los senderos,
mares y océanos.
 
2.
Te confieso
gran astro sol que apruebo tu brillar
y estoy
de acuerdo contigo en tu ser incansable.
Es justo,
y pertinente que atravieses ataviado
el cenit
con boato y esplendor. Exacto a la hora
de salir,
¡paciente y sabio al ocultarte, allá detrás
de los celajes!
Todo está bien: ser una esfera que sabe
lo que quiere.
Magnífico al atardecer, manso y piadoso
al sucumbir. 
Por todo esto es que la vida tiene logros
y cuaja.
¡Granizo que tamborileas sutil en el tejado,
te estoy
agradecido a ti. No quepo en mi efusión
y alegría,
y canto porque cada uno cumpliendo bien
su función
han hecho posible que se forje, átomo
tras átomo,
este prodigio y ser colosal. ¡Neblina
blanca
que subes de las cañadas!, me sumerjo
conmovido,
bajo tu manto y danzo con el compás
del salvaje
que agradece a su Dios, ingenuo, ledo
y entusiasta
hasta inundarme de adoración, de fe
y lágrimas.
 
3.
¡Raíces,
helechos y flores de los puquios!
Musgo
en las cortezas de los árboles y bajo
sus sombras!
Han forjado todos un ser magnífico.
¡Maíces
en el tallo o ya colgados en mazorca!
O bien
tendidos y desvelados en el techo
para secarse.
Y que la luna, el sol  y los luceros
contemplan
extasiados. Me siento encantado:
ha surgido
un ser dulce y a la vez  altivo. Estoy
feliz
de lo que se ha hecho y alcanzado
hasta hoy
juntos. Gracias por el empeño
en plasmar
un fruto tan hondo, vasto y excelso.
Ventarrones
miren a ese ser proteico cómo tiende
su brazo
y defiende al hermano indefenso.
Y da la vida
cuando es necesario desprenderse
de ella.
Quien nació  muy pequeñín y tenía 
que cerrar
los ojos por el sol de la mañana
rebrillando
 en las paredes blancas de su casa
recién
enjalbegada. Sorbiendo la leche
tierna
bajo el rumor del agua que avanza
y pasma
yendo de la acequia al pozo.

4.
Porque,
así como de la raíz emerge un brote,
del brote
estalla una yema, y de la yema surge
un tallo;
también del tallo emerge un pimpollo
minúsculo
que se torna rama y árbol luminoso y
rumoreante.
Tal es el milagro de la vida en el cual
 luego
las aves hacen un nido y en él ponen
sus huevos
extasiados de donde nace y revolotea
un pajarillo.
¿No es esto un milagro? ¡Así también
se urden
los significados profundos y totales!
Mas, para
que naciera un poeta como César Vallejo
sucedieron
cataclismos, estremecimientos y éxtasis,
abruptos,
revoluciones en los astros para tallar
a este hombre
esencia de hombre, de luz y absoluto
impredecible.
Un portento. Quien lo justifica todo.
Por eso danzo 
al Pallo Mayor, al Quishpi Cóndor,
al oso
y al cazador. Por eso permítanme
que brinde
y me exalte emocionado.
 
SEGUNDA ESTANCIA

1.
Prendan
flores de cantuta en tu sombrero
campesino
que labras la tierra, arrimas el agua
al surco,
cosechas lo sembrado y venteas
el grano de trigo
en la parva, que después relumbra
en la mesa
como alimento cuando la familia
se junta.
Porque en estos hijos que defienden
lo humano
y asumen la historia con sus riesgos
está la síntesis
de cuál es el sentido insigne de la vida.
¡Qué exaltación
ver cómo brotan de la tierra vástagos
insignes,
flechas arrojadas a lo eterno desde
arcos
bien tensados. Es la proeza de la vida
que fragua
hombres montañas, cordilleras de nieve,
continentes
de ensueño y vastas galaxias siderales.
Y esta
decantación sublime motiva mi todo mi
 regocijo,
en donde siento que el alma se eleva
y expande,
en donde se resume el misterio, la
verdad
e incógnita de todo lo creado.
 
2.
Mi abrazo
emocionado, ¡minero, hermano del alma,
oscurecido
por el hollín y carbón que hay bajo tierra!
No está
justificado tu dolor de siglos, ni tu agobio,
ni estertor
ni tus entumecimientos y convulsiones,
pero
que sirva de alivio saber que solo a partir
de ti se echó
a caminar este hombre que es producto
legítimo
del mineral que extraes, de tu cavar a
pulmón herido,
con tu tos y el fiero palpitar de la sangre
en tus sienes!
Porque con tus hundimientos en vertical
en el socavón
forjaste este diamante elevado a la máxima
potencia.
Baluarte de la parábola del hombre sobre
la faz de la tierra.
¡Minero “creador de la profundidad”! como
él dijera
en su proclama, que trabajas sofocado
entre
el agua que resuma allí abajo su chorro
atónito,
envuelto entre peñascos. Te abrazo
con mi alma.
 
3.
¡Y tú, pastor
de los pajonales! ¡Ha crecido un ser
como debiera:
exacto, inmáculo y virtuoso! Domador
de vértigos
y absolutos. Con el yantar que comes
a solas
entre la nieve, el ichu y el ulular del viento
en los roquedales,
apenas acompañado por el ladrido feroz
de los truenos
en el cielo inconmensurable y anubarrado,
te digo: ya parió
la madre tierra a aquel que esperábamos,
cuyas palabras
enmiendan, exorcizan y retan al dolor,
al hambre y
a la muerte. El frío inclemente que sufres
con él retrocede,
tu sudor petrificado, el redil de piedra,
tu rebaño,
encuentro que con él tendrán otro
significado
Que a partir de ahora se inaugura una
edad nueva.
¡Qué trago fuerte de valor dejaremos
que raspe
en nuestras gargantas. ¡Qué hermoso
que uno de nosotros
sea el empeñado en que la vida tenga
claridad,
sentido y avance. ¡Y valga en realidad
la pena!

4.
Honra
y encomio a ti arriero que conduces
el fruto
del campo a la comarca en noches
de luna
o en otras absolutamente tenebrosas,
en las cuales
no ves ni un palmo delante de tus ojos.
alumbrado
solo por tu anhelo de llegar. Sin mirar
el camino
son tus pasos los que saben el sendero,
y van
horadando las sombras. Ahora descansas
en sosiego
bajo la oquedad de inalcanzables peñascos
 en noches
insomnes, de oscuridades inclementes,
pero te digo:
la coronación de tu trabajo está a la vista:
es este hijo
exacto, decidido y tajante. ¡Por eso hoy
y mañana
y para siempre la cancha será dulce,
y el choclo,
y el picante  en la papa y el pedazo
de cuajada
y las ocas que guardas en tu fiambre.
Recién 
todo tu sacrificio tiene  pleno y cabal
sentido.
 
 
TERCERA ESTANCIA

1.
Ollero
de Mollepata. ¡Laurel en tu frente!
Me saco
el sombrero ante ti  hermano mío
y te saludo.
reverente. En tu afán porque el barro
con que fabricas
la olla y el fuego con que lo cueces
esté en su punto.
Todo se justifica en la medida en que
hay hombres
que defienden esencialmente la vida
a costa
de su propia vida. Y mucho más si esta
es valiosa.
Con tu dedicación a la arcilla y al calor
que la tuesta
a la hoja de penca y tuna que te sirve
de leña,
a las llamas que se alzan y abrazan
al recipiente
que puliste: sea olla, callana, cazuela,
o el porongo
donde haremos madurar y cobra hervor
 la chicha,
–o bien sea la vasija en que se ofrenda
el fiambre
que comerá el difunto en la migalca–
has hecho así
posible que naciera entre nosotros
el niño
que ha nacido se criara con utensilios
que tú
forjaras desde siempre para que un
día
sea fuerte, invencible y defendiera
lo más sagrado
del hombre en la España crucificada.
 
2.
Corona
y flor en tu trenza cocinera del sabor
estupendo.
¡María, Cleofé, Juanita! las predilectas
de cumpleaños
y mayordomías. Quienes desde temprano
ponen
a remojar las menestras y cuidan el tiempo
de maduración
de los condimentos. Quienes van luego
a los campos
por verduras, sea el orégano, el cilantro,
el huacatay
fragantes, juntan leña y la encienden.
La avivan
juntando hojas y cáscaras de árboles
de eucalipto
para darle aroma y fragancia a los
aderezos.
Muelen el trigo pelado en el batán,
cubren
de aliño los manjares. Y bromean.
Ora ríen,
ora cantan. Porque  sus capacidades
para hacer
su labor con gusto y conciencia ha
hecho posible
que hayan estudiantes aplicados,
de ellos
hayan surgido tallos tan esbeltos
y robustos,
líderes y talentos en uno y otro
campo,
en este y en el otro asunto. Y entre
todos ellos
un genio supremo que es admiración
y es asombro.
 
3
A ti 
también Pallo Mayor de la jincana
del Apóstol,
ahora se explica tu afán en bailar a pie
partido
en la procesión. Se explican las llagas
y heridas
en tus pies al tropezarte en las piedras.
Tiene su recompensa
tu alucinación para danzar por caminos
solitarios,
y pedregosos, con tu faldín rojo escarlata
y tu espada
de palo. Está justificado tu agotamiento
y cansancio
de zapatear todo el santo día tras el taitito
bendito.
¡Y de ti cajero que arrastras tu bombo!
Tu melancolía,
en la tonada y las arrugas al borde
de tus ojos
cuando soplas la flauta, recién todo
tiene
su justo pago, su lugar y razón de ser.
Recién
se alivia todo olvido y compensa toda
aparente
indiferencia: si aquella mujer se fue
y no volvió,
todo tiene su exacta  y definitiva
ubicación
ahora en el orden del universo

4.
¡Kiyaya
Capitana de las Pallas de Angasmarca!
¡Chiroco
de la Galgada! ¡Diablos de la Cuchilla!
¡Canasteros
de San Agorán! ¡Turcos de Chambuc! Todas
las comparsas
de la procesión que han caminado hoy día
desde la madrugada,
Músicos y danzantes de mi tierra, estamos
salvos:
¡Ha nacido un niño que es prez y canto
de la tierra!
Blasón y medalla en tu pecho cajero,
tocador
del bombo y la quena, solo a partir de ti
hay razones
supremas para prometernos luchar hasta
morir.
¡A ti danzante y bailarina de marinera!
a tu pañuelo
y a tu falda alzada al viento; a tus pies
desnudos
y que más bien son alas, a tus caderas
exuberantes
a tus labios abultados en la sensualidad
de hacer el molinete
Ha nacido un niño que hablará por ti que
no tenías
palabras sino danza. Ahora todo está
claro.
A partir de aquí toca reconstruirlo todo.
Hoy
la tierra se ilumina con el resplandor
de mil hogueras
 
 
CUARTA ESTANCIA

1.
Y tú
soldado fervoroso del contingente
de hijos
de mi pueblo que marcharon tras el ideal
sublime
de la libertad a guerrear en los campos
 de batalla
de Junín y Ayacucho. Enarbolando luego
la  bandera
de justicia social y cambio del movimiento
insurreccional
del Comandante Luis de la Puente Uceda
¡Huestes
inmemoriales que cruzaron el Callejón
de Conchudos
a batirse bizarramente sellando de ese
modo
la independencia de América. Cuya paga
no era otra
que saber la razón sacrosanta de por qué
y hacia donde
iban cuando luchaban. Está justificada tu
renuncia
a aquel mundo idílico, tu sacrificio al dejar
madre,
esposa, e hijos tiernos y alistarte voluntario
en aquel
contingente de runas de asombro, viento,
eclosión,
pavor y vértigo. Vivos, leves y hechizados
en su fe
de alcanzar la utopía, sabiendo y teniendo
muy en cuenta
la alternativa posible de morir por el fuego
o las bayonetas.
Has triunfado otra vez. Ha nacido un ser
legítimo,
límpido y valiente entre los valientes.

2.
Voluntario
del Batallón Libres de Santiago
de Chuco.
Veneración y lauros para ti que peleaste
con denuedo
en el campo de batalla de Huamachuco.
Porque
tú ganaste todas las contiendas, y esto no
por los muertos
que dejaste tendidos en el campo, sino
por el valor
con que peleaste. No por el “repaso”
a el remate
a los heridos propio de hienas o chacales
sino porque
fuimos enterizos, convencidos y el alma
plena
de sentimientos puros; porque se pierde
una batalla
cuando el hombre se vuelve bestia. ¿Y,
qué honor es ese?
Tu ejemplo de hidalguía trazó una huella
indeleble,
de oro y diamantes para que hoy sea
posible
como repercusión telúrica muy honda
que haya surgido
hijo como el que ha nacido de tus entrañas.
Un tallo
enhiesto, una espada temblando, forjada
en aguas
de nieve. Un fresno. Un  junco. Una caña
brava
incólume de nuestras cordilleras, capaz
de asumir
riesgos supremos. Que se eleva cual
columna
de humo que emerge desde las hondas
cañadas.
 
3.
A ti, gañán
y hombre que en los potreros enlazas
al toro bravo
para traerlo a la fiesta del pueblo, ¡estamos
de júbilo!
Muchacha o mujer de caderas de cántaro,
y pantorrillas
frescas y rollizas como tunas peladas, quien
hoy luces
una flor de pitajaya de soltera en el cabello
y quieres casarte.
Tus mejillas huelen al agua de los puquiales.
¡Podemos
bailar, batir palmas si te parece! Tú moza
linda
de ojos claros y alucinados cuyos vestidos
adoraré
cómo dan vuelta en los giros de la danza,
lista estás para
la entrega, la germinación y el nacimiento
 en homenaje
a la vida que clama. Yo las invito a todas
a salir al ruedo
y bailar porque nace un hombre a favor
nuestro
con lo bueno y trascendente exornando
su frente,
cuyo ejemplo es consigna, enseña y bandera
de lucha
indoblegable. Por quien tiene razón, lógica
y sentido
incluso morir, como luchó por él el Quinto
Regimiento
del Ejército del Ebro del Frente de Cataluña
en la España crucificada
 
4.
Y a ti,
paisano de mi pueblo que regresas
desde lejos,
donde ya resides, estudias o trabajas
te digo
que la devoción que tienes a tu Apóstol
Santiago
el Mayor de la provincia, hace que vengas
cada año
para lo cual laboras hasta altas  horas
de la noche
en casas, fábricas u oficinas. Y viertes
tu experiencia
en gestión de proyectos de desarrollo
para tu pueblo
revisando para ello actas, presupuestos
y resoluciones,
a fin de canalizar por ejemplo el agua
potable
e ingrese a cada casa  de la comarca.
Pero también
a ti hombre y mujer fervorosos  quienes
nunca
han salido y están hoy aquí reunidos,
organizados
por hermandades, a ustedes me dirijo
y me complazco
en hacerlo, porque todo su esfuerzo
y erogación,
y el tiempo que inviertes y el gasto
que hacen
en colaborar  en la colecta encuentra
su flor
en la medida en que hay hombres
que dignifican
a todo el género y a la civilización
humana.

Danilo Sánchez Lihón

Instituto del Libro y la Lectura del Perú

Ir a índice de América

Ir a índice de Sánchez Lihón, Danilo

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio