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2012, Año de la defensa del agua para la vida y construcción de Los Andes nuevos
 

Noviembre, mes de la gesta de Tupac Amaru; los derechos del niño;
vida y ejemplo de J. M. Arguedas y Manuel Scorza

 
 

La mejor literatura es la que los niños hacen suya
Danilo Sánchez Lihón
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com

 

Agrande la puerta Padre
Porque no puedo pasar
la hicieron para los niños
yo he crecido a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta
Achícame por piedad
Vuélveme a la edad aquella
En que vivir era soñar.
Miguel de Unamuno

 
 

1. Vínculos estrechos entre el arte en general y el ser niño

 

Sin embargo, y fundamentalmente, lo siguiente es lo raigal y trascendente: la literatura infantil actualmente es una actitud frente a los problemas del presente, una manera de vivir la realidad; una ética frente a la vida, una conducta para vivir de manera más intensa y total y una manera de ser, de actuar y comprometerse con el mundo y con los sueños.

La literatura infantil tiene su base de apoyo en el estar y en el ser niño, perspectiva en la cual no hay mejor vínculo que el existente entre el arte y el espíritu de infancia, entre la poesía y naturaleza del ser niño, entre el prodigio del arte y el milagro del alma infantil, porque literatura e infancia comparten como elementos intrínsecos y comunes una misma identidad.

Consecuentemente, la relación de la literatura con la infancia  es un vínculo no solo fecundo sino esencial, en cuanto participan:

– Del asombro.

– De la originalidad

– Del animismo

– Del candor

– De la aventura

– Del ritmo

– Del movimiento

– De la visión luminosa y encantada de la vida.

– De la trascendencia

¡Y todo lo anterior impulsado hacia la esperanza, hacia la construcción de la utopía que une el pasado, el presente y el porvenir!

 

2. La mejor literatura es para niños

 

Por las condiciones que acabamos de exponer la literatura universal y mucho de la literatura clásica es literatura para el mundo de la verdadera infancia, aquella del arte y aquella del niño.

Su misma denominación lo revela, denota y confirma, al poner como rasgo característico la universalidad. ¿Y qué más universal que el niño?

Los cantos nacionales de los pueblos, como son por ejemplo los romances castellanos, la Iliada y la Odisea, la Canción de Rolando, el Mahabarata y el Ramayana, como todas las obras fundacionales de los pueblos son clásicos y de manera esencial obras también para niños. Colocadas en esa misma órbita y perspectiva encuentran significación y trascendencia y hasta encanto obras como "El Quijote", "El señor de los anillos" o "Cien años de soledad.

Hay barreras formales a superar en relación a los clásicos de otros tiempos para volverlas obras lectura para niños: un trabajo filológico convirtiendo la lengua arcaica en un idioma actual y moderno; clarificar el contexto histórico y social y la presentación editorial que las haga adecuadas para niños.

Vencidas estas dificultades la literatura clásica es apta para niños de todas las edades.

 

3. Literatura popular

 

Al lado de la literatura clásica tenemos otra vertiente con la cual hay una relación de vasos comunicantes mucho más estrechos y fluidos.

Esta ríada y canal es la literatura popular, compuesta de mitos, leyendas, cuentos folclóricos; romances, consejas, rimas, nanas, jitanjáforas, chuzas, cantilenas, candombes, glosolalias, y adivinanzas, todos ellos géneros de riquísima y enorme importancia y que están aparentemente perdidos para el panorama de la literatura canóniga.

La literatura popular es principalmente literatura oral que rejuvenece cada día, compuesta en cuanto a lo tocante a géneros narrativos, de mitos, leyendas, cuentos populares, fábulas, etc., que se renuevan en los hogares principalmente del mundo agrario o campesino.

En comunidades de provincia aún no deglutidas completamente por el esquema de la globalización y cuyos elementos aún están vivos para el mundo de los niños.

Es esta una literatura fresca, enteriza y total que repercute con grandes e intensos significados para el organismo del niño integral, compuesto de todos los hombres de la tierra.

Porque, ¿qué niño o persona con alma de niño no escucha o lee con fruición las sugestiones previas acerca del mundo y la vida plasmadas en la mitología como producto acrisolado del imaginario estupendo de los pueblos?

 

4. Características de la literatura infantil

 

Son características que definen a la literatura infantil:

a. Los temas; con los cuales se identifica el niño.

b. El lenguaje; asequible pero a la vez mágico.

c. La fantasía; que relumbra, hechiza y sorprende.

d. El humor; fino, inteligente, ocurrente.

e. La aventura; que aumenta según el trajinar los caminos.

f. El heroísmo; que lucha por el anhelo de hacer un mundo mejor.

g. La esperanza; que sostiene y alienta la vida.

Reunir todo ello en el acto creador de la literatura supone arrojo, entereza y extraordinario valor. Implica también trabajo con el lenguaje a fin de alcanzar sencillez, candor y limpidez.

Porque para ser auténticos se tiene que hablar desde el niño íntimo y recóndito, pero además en un código natural y de acuerdo a las expectativas, intereses y preferencias del niño concreto, aquel que existe y está ligado fervorosamente a la vida.

Se hacen presentes y se muestran tangibles entonces en la literatura infantil los siguientes ejes y paradigmas:

a. El espíritu de infancia, que define la esencia del arte.

b. El niño interior.

c. El niño real y concreto que existe socialmente.

 

5. Vínculos no solo fecundos sino esenciales

 

Una obra literaria para niños con relación a los textos de la literatura general tiene una elaboración más fina y depurada, más quintaesenciada, con más valores, siendo uno de ellos la sencillez, como su carácter directo, casi siempre breve.

Máximo Gorki repetía una sentencia cual es que para escribir para niños hay que hacer lo mismo que para adultos, sólo que hay que hacerlo mucho mejor.

De esta comprensión se desprenden conclusiones eminentes que bien pueden dar lugar a programas que se pueden desarrollar en el ámbito del aula, de la escuela, de la comunidad y de la sociedad en general, tomando en consideración lo siguiente:

a. La literatura infantil es la literatura esencial, genuina y auténtica. Es la raíz y el tronco de todas las demás literaturas.

b. La literatura infantil se remite al niño no reducido a una edad del hombre sino al espíritu del hombre en general.

c. El espíritu del mundo es un espíritu de infancia, puesto que el mundo cada día nace con los atributos de ser nuevo, asombroso, original y henchido de encanto.

 

6. La oralidad en la literatura infantil

 

La literatura infantil es tan antigua como el hombre o el niño mismo, aunque se reconoce como el primer libro para niños el que elaboró Amós  Comenius titulado Orbis Pictus aparecido el año 1658. Sin embargo, todas las viejas culturas, e incluso las antiquísimas tejieron mitos, leyendas, fábulas, arrullos, rimas verbales, apólogos, que hacen la mejor vertiente de la literatura infantil.

Todos aquellos géneros eran trasmitidos de generación en generación mediante la palabra oral, que es uno de los medios del arte literario que tiene ventajas insuperables en cuanto a dones y recursos, frente a otros logros y resultados que se pueden alcanzar a través de la escritura.

La oralidad resulta fundamental en la literatura infantil no como órbita o código lingüístico formal sino en cuanto a la naturalidad que impone y establece, dado que el lenguaje en la literatura infantil tiene que ser íntimo, sonoro, escuchado; ha de dar la sensación de cercanía.

Donde el lenguaje ha de ser hablado no solo por los personajes que la historia o el texto cobija, sino por la voz del narrador que se hace personal y confidente. Incluso contenida ya en el formato libro ha de dialogar con el contertulio de la lectura como dialogan los personajes que en él habitan y en sus páginas moran y viven.

 

7. Literatura infantil es literatura universal

 

De allí que la ahora llamada literatura infantil debe ser reconocida como la verdadera literatura universal, porque de ella devienen todas las restantes y porque sus atributos son esenciales a aquellos que toda estética reconoce como consustanciales al arte, como es el espíritu de infancia.

No se trata entonces de ver qué rama u hoja del árbol grande y copioso de la literatura ocupa o corresponde a la literatura infantil, porque ella no es gajo, ni vástago ni pimpollo. No es acodo ni atajo. Ubicarla así sería aceptar la concesión piadosa de un lugar marginal en la tradición, cuando ella es en verdad la yema, la cepa y hasta el manantial.

Es la que ocupa el lugar de centro, donde alumbra la peana y tronco principal donde se sostiene el arte y consecuentemente tiene ella la mayor prerrogativa y distinción.

La literatura infantil es médula de la literatura, de donde devienen otras expresiones como puede ser la literatura por corrientes, escuelas o movimientos literarios: sea el romanticismo, la corriente modernista, la vanguardia o el surrealismo; o por géneros: sea la poesía, narrativa, teatro, ensayo; o sea por temas, como la literatura fantástica, histórica, social, policial, testimonial, etc.

 

8. Es una obra de arte cabal

 

Literatura infantil es aquella que los niños adoptan, asumen y transforman libremente; que los niños hacen suya de modo muy afectivo. Que vivencian, incorporan a sus juegos, la integran a sus sueños y a su vida cotidiana que la recrean y cambian a su antojo.

Y no es aquella a la cual se le pone la etiqueta de ser tal y se destina a los niños colmándola de ilustraciones, implementándola de una estrategia de ventas con un amplio despliegue publicitario, que entroniza dicha obra en el mercado con técnicas de marketing editorial; y que no tiene méritos para ser considerada ni siquiera literatura, menos literatura para niños.

Pero en contraposición a lo anterior, ¿qué es lo que hace que cierta literatura sea adoptada, escogida, querida y hecha suya por los niños? La eligen cuando refleja sus problemas, responde a sus preguntas, cubre sus expectativas, atiende sus preferencias y recrea sus vivencias y da pábulo a sus anhelos más sentidos.

 

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos:
ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Instituto del Libro y la Lectura: inlecperu@hotmail.com

 

Danilo Sánchez Lihón
capulivallejoysutierra@gmail.com
dsanchezlihon@aol.com

 

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