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30 de mayo
Día Nacional de la Papa
La Papa, niña y madre

Danilo Sánchez Lihón
 

 

¡Papales, cebadales,
alfalfares, cosa buena!
César Vallejo

1.

Es
la más excelsa de las doncellas,
quien
ha querido, antes que consagrarse
al volcán
agitado y rugiente, le permitieran
aunarse
al destino de todos los hombres.
Antes
no conoció lo mundano ni frívolo,
aspirando
tenderse entre la gleba y la lluvia,
sin perder
ni su castidad ni su pureza. Y así
nació
cual designio divino y una historia
sagrada:
¡La papa! diosa tutela de nuestra
cultura.
¡Canto rodado y don de la tierra,
que llega
honda y lejana, traída por el río
de la historia!


2.

Es
la núbil de las altas montañas.
Hija
del apu que consintió extasiado
que se hiciera
madre del universo y de todos
los hombres.
sin perder ni su limpidez ni su
inocencia.
Es virgen siempre. Nos valemos
de ella,
pero sin mancillarla, en comunión
con el agua,
la tierra y las fúlgidas estrellas
del firmamento.
Ella ofrece pudorosa y arrobada.
su pulpa,
¡donde habita el volcán, el viento
y la nieve!
Es el vínculo entre los hombres
y los dioses.


3.

Es
la niña que el volcán hirviente
anhela
en su vórtice, fauces y dientes
sangrantes.
Es la flor de los incas veraces
y justos,
quien prefirió ser pródiga con
humana.
Es simple. Es dechado y prez
de virtudes:
humilde, sabia y transparente.
Nada
hay en ella de sofisticado. Su
velo
es suave. Toda comedida. No
tiene pizca
de más, ni grumo de menos.
Todo
en ella es verdad, honradez y
vida
auténticas. Gracias a la papa
sobrevivimos,
no estamos muertos ni yertos
ni exhaustos.


4.

En ella está
la armonía del sol con la luna,
la tierra,
con el agua, del arco iris y las
estrellas.
En ella la unión de los astros y
los caminos,
¡de las nebulosas y las espigas!
En su savia
dialogan la lluvia y los tejados,
el árbol
con el maíz y la cascada del río.
En ella
se refunda todo; la vida vuelve
a ser buena.
Residen allí las nieves eternas,
el lucero,
del alba, la semilla y relámpago
intempestivo,
como está la noche y la aurora.
¡La matriz
y los senos de la Pachamama!
Con ella
nos amamantamos, cogidos a
su ubre y
pezones. ¡Vientre donde nacer
de nuevo!


5.

¡Niña preciosa!
Alrededor tuyo se engarzan
otras
papas pequeñas que son tus
primeros
vástagos. Así naces prolífica,
rodeada
de seres tiernos que buscan
tus senos
y brazos. Eres madre humilde
que vela,
que cría a sus hijos y defiende,
porque
el marido se fue a las minas y
de allí jamás
se vuelve. Eres fuerte y sufrida
y la amargura
te ha hecho dulce: y el dolor te
tornó
suave. Por las desventuras eres
honda,
niña adorable y excelsa de mi
alma.


6.

¡Madre
papa! ¡Hermana nuestra! Todo
en ti es
pródigo y fértil. ¡Mujer trabajo!,
que lucha
y sabe lo que en la vida cuesta.
Y tu pena es
por quienes sufren. ¡Guerrera
insigne!
¡Madre del mundo! Tú te has
hecho
garante de la vida, encarnas
la solidaridad
andina, que no ostenta sino
que salva,
¡callada porque se sabe grande
y sabia!
¿Qué más honor en la frente,
como ahora
en la tuya, que luchar contra
el hambre?
¿Qué mejor laurel y gallardía?
¿Qué misión
más noble en la vida? ¡Madre
y padre de
los desheredados del mundo!


7.

Eres
oriunda del Perú y como el Perú
eres generosa.
Los espacios donde te siembran
y floreces
arengo que son las fronteras por
donde el Perú
avanza: Japón, Siberia, Nepal,
Ucrania
Finlandia, Himalayas, Carolina
del Norte,
Brasil. ¡Pero no!, esos límites
te quedan
cortos. Los tuyos son enormes.
Lo supe
en Huamanchal donde de niño
escarbé
mis primeros surcos y descendí
a los pozos
de chuño, frígidos por las aguas
de las punas,
y donde crecen flores de papa
únicas,
las más luminosas del universo.
Por eso,
tus lindes son las constelaciones
celestes.


8.

Los límites
de la papa alcanzan y sobrepasan
al sol
que la alumbra, al viento que vela,
a las estrellas
que la acunan en tardes silentes.
A la luna
que la arropa en noches heladas,
bajo su manto
de zafiros. Al rayo que silencioso
la protege.
Y, por lo hondo, la papa limita con
la muerte,
porque ella afirma rotunda la vida,
no dejándola
avanzar, porque en sus reinos ella
afianza
corajes. En ellos perfila principios.
¡Nada
malo ocurre por donde ella mora
y se extiende.
Por eso es redonda, fuerte, llana
y sencilla.


9.

Hablar
de la papa es platicar del Perú.
Su flor
acampanada, de colores diversos
tiene
en su centro un pequeño incendio
de oro
que lucen nuestras mujeres en sus
trenzas.
y no solo sus flores son malva, que
es lo frecuente
sino de todos los colores vivaces
y estallantes.
Así la papa “chola” es de fino color
azulado.
La “chauca” es naranja fulgurante.
La “yungay”
en sus tallos luce el color celeste.
La “tomasa”
tiene color fuccia. Y la más hermosa
para mi gusto es
la flor morada de la papa “huayro”.
que un día
he de prender en tu pelo, hermosa
niña de mi alma.


10.

Cinco mil
variedades de papa de casi cien
especies
hay vivas en nuestros suelos y
roquedales.
Por eso elevo hacia ti doncella
este canto
de amor y trémula esperanza.
Por eso
entono reverente este saludo
y conmovido
homenaje, niña mía del alma.
Por ser tú
como eres: noble y generosa.
Por eso:
¡loor a ti madre, hermana, lucero
del alba!
Novia de las punas y pajonales.
Porque
tú encarnas la grandiosa y noble
fraternidad
humana, insignia y blasón del Perú
eterno.
¡Salud novia imperecedera de mi
infancia!

 

Danilo Sánchez Lihón

 

Instituto del Libro y la Lectura del Perú

 

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