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Capulí, Vallejo y su Tierra

Construcción y forja de la utopía andina

5 de marzo
Día Mundial de la Eficiencia Energética 

Valoración de Santiago Antúnez de Mayolo

Danilo Sánchez Lihón
www.danilosanchezlihon.blogspot.com 

A.

El Perú es uno de los países con mayor potencial energético por la fuerza de sus ríos, el genio de sus hombres y su ancestro cultural, en donde encontramos aquellos valores que nos permitirán reencontrarnos con nosotros mismos y nuestra verdadera historia.

La fórmula es: unir al potencial que nos ha dotado la naturaleza, al ingenio y a la capacidad creativa de la mente humana que felizmente es otro de nuestros magnos recursos, aunado a lo que es lo más importante: esfuerzo mancomunado y capacidad de organización social, inspirado y alentado todo ello por supremos valores humanos, como la solidaridad, grito de guerra frente al liberalismo y a la globalización.

Esta es la fórmula que dio como resultado la grandeza del imperio incaico, que felizmente la contenemos en nuestra herencia genética para ofrecérsela al mundo. 



B.

¿Y, si no, por qué de las diez grandes culturas de América del Sur, la totalidad de ellas florecieron en lo que es el territorio del Perú?

Para corroborar que todo ello esta vivo, otra vez se plasma y perfila en la vida y obra de César Vallejo, así como en la vida y obra de Santiago Antúnez de Mayolo, quien a su pasión por el átomo, la energía, las hidroeléctricas, sumó su desvelo por los fertilizantes, la alimentación en base a nuestros productos naturales, y la educación de nuestro pueblo. Su exaltación felizmente fue trasladada a sus hijos, como es el caso de Erick, descubridor de alimentos básicos para la mente humana, como el Sacha Inchi, y formador de talentos entre niños y jóvenes. 

Por todo ello, he aquí un fragmento de la vida y obra asombrosa de Santiago Antúnez de Mayolo.



1. Es genial

– Esta vez lo digo sin ambages, reticencias ni recelos. Soy franco, cuando tengo que señalar errores lo hago francamente y sin tapujos. Pero ahora declaro solemnemente: ¡que un genio se pasea por las aulas del Colegio Nuestra Señora de Guadalupe!

– ¿Qué pasa Chacaltana? ¿Qué ocurre? ¿A qué se deben esos gritos? ¿Por qué ese elevado acento y ese énfasis? ¿Cuál es la razón de tal devaneo? ¿A qué se debe?

– Estoy sorprendido, admirado, estupefacto, amigos y colegas. 

– Y ¿cuál es ahora el problema?

No he dormido toda la noche. Primero revisando las últimas revistas científicas y técnicas para ver si este trabajo era calco y copia. Y no. Nada que me lo advierta. Ningún indicio. Al contrario. Recién al amanecer me he convencido, después de releer línea por línea, que este trabajo es original. Además por el lenguaje y la manera de razonar y de exponerlo, propia de la gente del ande.

– ¿Entonces cuál es la cuestión?

– ¡Que es genial! Y no quepo de gozo.

2. ¿De dónde salió?

– Pero explícanos un poco Chacaltana, por favor. Porque aquí, entre todos, creo que sentimos que estás divagando. Dinos: ¿de qué se trata?

– Ah, bueno. Yo encargo un trabajo a los alumnos de Quinto Año sobre los condensadores eléctricos a fin de comprobar si habían entendido el mecanismo de su funcionamiento que he explicado. Y revisando uno por uno los trabajos me encuentro con este, que no trascribe los conocimientos ya sabidos sino que plantea una nueva fórmula de hacerlos. Sencillamente genial y magníficamente sustentado. Y lo hace con planos, diseños y ecuaciones matemáticas complejas. Entonces me sorprendo. ¿Qué es esto, me digo. ¿De dónde salió? ¡Cesáreo Chacaltana!, me digo y me repito a mí mismo, golpeándome la frente: ¿cómo es que este chico sepa más que tú? Además, me pregunto: ¿Quién es? Estamos a mayo, y confieso que no conozco a la totalidad de mis alumnos. 

– Pero, ¿ha puesto su nombre en alguna parte?

3. ¿De dónde viene?

– Sí, por su puesto. Aquí está: Santiago Antúnez de Mayolo. Pero, ¿quién es?

– ¡Ah, por su puesto! Ya te iba a decir, lo sospeché. Es el nuevo alumno. El serranito que ha entrado. ¡Es sorprendente! Es un chancón, pero de los buenos.

– ¿Cómo así, ah?

– Es un as, una alhajita. Es el nuevo alumno matriculado en Quinto que ha llegado de la sierra.

– Y, ¿cómo, ah? ¿De dónde?

– De Ancash

– ¿Y qué hay en Ancash que no tenga el Guadalupe, ah? ¿Y de Ancash tiene que venir a sorprender a la crema y nata de la ciudad de Lima? Confieso que no entiendo. Y a él no lo ubico. 

– Es que es introvertido, callado y tímido. Frente a los otorongos y pavos reales que hay aquí.

– En labia lo comen vivo.

4. Saber quién es

– Pero, ¿cómo es eso? ¿Viene de provincia y deja lelos a todos en el Guadalupe? Porque, ¿no viene de París, ¿no? Ni de Londres o de Nueva Cork. ¿No es cierto? Tampoco es de clase adinerada, por lo que me dicen ustedes, que su presencia es humilde. No es de familia de abolengo. Además, porque viene de Huaraz, una provincia refundida en los andes. 

– Y ni siquiera es de Huaraz, sino de un villorrio perteneciente a un distrito de una provincia de Ancash.

– ¡No lo puedo creer! Pero ahora lo sabré, porque justo es mi hora de clases con esa sección. Y deséenme suerte, por favor. 

– ¡Suerte, amigo Chacaltana, suerte!

– Ahora recién voy a despejarme de toda duda y saber quién es.

– Buenos días, alumnos.

– Buenos días, profesor.

5. Propia Inventiva

– ¡Tomen asiento, por favor! ¡Tomen asiento! El alumno Santiago Antúnez de Mayolo, ¿está presente?

– Sí, profesor. Soy yo.

– Muy bien. Adelante, por favor. Pase usted a la pizarra. Desarrólleme la función trigonométrica para convertir la energía alterna en energía continua.

– Sí, profesor, es la siguiente.

– Especifique en ella con mayor claridad la relación de seno, coseno y tangente.

– Es así, profesor.

– También precise la cotangente; secante y cosecante.

– ¿Y sus relaciones?

– Son las siguientes, con algunas alternativas de innovación.

– Entonces, ¿el trabajo sobre condensadores eléctricos es de su propia inventiva? 

6. ¿Dónde y cómo?

– Sí, profesor, totalmente. Mientras usted explicaba yo pensé que podía variar la relación entre voltaje, resistencia e intensidad en un condensador eléctrico.

– Por sus conocimientos y por su lenguaje veo que usted tiene una buena base de conocimientos técnicos y científicos. ¿Dónde y cómo los ha aprendido usted?

– La educación primaria la he cursado en la escuela de la capital de la provincia de Aija, en el departamento de Ancash, cercana a Huacllán que es donde yo he nacido y me he criado. Y cuatro años de educación secundaria los he cursado en el Seminario de San Agustín de Huaraz.

– ¿Tienen allí laboratorios? ¿Tienen allí talleres de experimentación? ¿Quiénes han sido sus profesores? Por lo que aparenta, ha leído e investigado usted mucho. ¿En alguna biblioteca especializada?

7. Por uno y otro sitio

– Mi casa queda al borde de un camino, o mejor digo, de una cuesta, o tendida en un camino de herradura. Son muchos los viajeros, arrieros, peregrinos, incluso exploradores extranjeros que pasan por ese sendero que sube de Huarmey hacia Huaraz, rumbo a la Cordillera Blanca. Ahí prendí el arte de escuchar que es tener muchas e infinitas bibliotecas especializadas.

– ¿Cree usted que eso es suficiente? 

– No, pero es el primer peldaño y la puerta de entrada. Y ya sea porque les anochecía o por el cansancio que los agobiaba a esos viajeros, siempre pedían posada. Y mis padres les prodigaban no solo techo, comida y frazadas, sino también comida, como cariño, respeto y aprecio. Entonces, alrededor del fuego, en el corredor de la casa, mirando el patio y los cerros lejanos, los viajeros por la noche y a la luz de la lumbre del fogón, que ellos mismos atizaban con leña que había allí, narraban mil peripecias, historias y los conocimientos que los desvelaban, lo que habían visto por uno y otro sitio del mundo, lo que está pendiente por hacer entre nosotros, así como los libros que habían leído.

8. Cada uno de esos viajeros

– Pero eso es tener una referencia de los libros y no leer los libros mismos. Eso es tener una cultura solo referencial.

– Es muy cierto, pero es a partir de ella que se abren y se conocen la esencia de los libros. Yo rescato mucho, profesor, el aura de los libros, así lo llamo yo, porque esta aura debemos saber cultivarla y, a veces, es tanto o mucho más importante que el libro mismo. Pero podría decir que así aprendí a leer, primero oralmente los relatos fantásticos. Y los sueños de esas personas, los viajeros. Era como si el fuego en el cual se sumergían con la mirada los incentivara a encontrarse a sí mismos. Así aprendí el arte de escuchar que hizo interesarme por el arte de conocer, que hizo que ahonde en el arte de leer, que descubrí por mí mismo en los libros que mi padre y mi madre me alentaban a leer o ellos mismos me leían. Eso es lo que ha despertado en mí el interés por el conocimiento. Cada uno de esos viajeros o peregrinos de los caminos han sido mis maestros y creo que también mis bibliotecas especializadas.

9. Son legiones de obreros

– ¿Cuántos años tiene usted?

– Ahora diecisiete.

– Y, bueno, ¿en el amor? ¿Está usted enamorado?

– Sí, profesor. –Aplausos y sonrisas de los compañeros.

– Y, ¿vive aquí en Lima su enamorada?

– No, profesor.

– Se han quedado en mi tierra.

– ¡Ah, caramba. Son varias. –Risas jubilosas de los compañeros.

– No profesor. Yo estoy enamorado de los ríos.

– ¿De los ríos? ¿Del agua que corre por unos cauces llenos de piedras?

– Sí. Porque no solo son bellos sino trabajadores, son legiones de obreros, multitud de brazos.

– ¿Así? ¡No me había dado cuenta! 

– Hacen funcionar las fábricas, encienden la luz de las ciudades, iluminan las casas, los comercios y las universidades, los colegios como este, si los convertimos en energía eléctrica. 

– ¿Así?

10. Ejército de luz

– Pero, además, son guerreros del ejército inca para defender nuestra patria, soldados que cantan himnos de victoria. Son nuestros incas que han querido permanecer como ríos para nuevamente forjar la grandeza del Perú. 

– Entonces usted cree que los ríos tienen una época preferida y tienen ideología.

– Los Incas supieron quiénes eran los ríos. Ahora no sabemos y se los contamina. Pero, aún así, son el magnánimo Pachacútec, de poder inmenso y noble. Tienen el oro de la energía eléctrica para el país que soñamos. Son oro puro porque su fuerza vale más que todo el oro que se llevaron los conquistadores en la colonia. Es un ejército de luz, de coraje, de amor a la gente. Se trata entonces de extraer ese poder, esa fuerza, esa nobleza. Cada río nuestro es diez mil, veinte mil, cincuenta mil hombres trabajando. Es una multitud jubilosa de manes llenos de fe, vitalidad y coraje. Son titanes. Y tienen de todo: agua para la agricultura, alimentos en los peces y crustáceos, y energía incluso para tener calefacción y atemperar el frío de nuestros pueblos.

11. Estudiaré ciencias

– Y, usted, ¿también escribe y hace literatura, lo digo por la manera cómo habla y se expresa; y sobre todo se ilusiona, porque los ríos que yo sepa más son destructivos, lo estamos viendo ahora, no?

– He escrito poemas y he recogido y puesto en escritura algunos mitos y leyendas. Y escribiré sobre nuestras culturas ancestrales que respetaban a la madre tierra y supieron de la bondad de nuestros ríos y lagunas, de los nevados y la lluvia e hicieron canales y andenes y no los envenenaron como hacemos ahora ni respetamos su cauce. Los ríos no son malos, es la organización y el tipo de vida que hemos adoptado lo que produce las desgracias.

– Entonces estudiará historia.

– Aunque me gustan mucho las humanidades, estudiaré ciencias y seré ingeniero eléctrico. Haré hidroeléctricas para mi país. Los ríos, profesor, hasta en el lugar más feroz y peligroso nos están ofreciendo algo noble. Por ejemplo el Cañón del Pato considerado el lugar más temible y espantoso y hasta demoníaco, un obstáculo desde que fue un muro infranqueable para hacer avanzar por allí el ferrocarril que uniera la costa con la sierra y llegara hasta Huaraz, que forma un cajón profundo que se piensa que solo el diablo puede haberlo inspirado y que consecuentemente es una maldición, se puede allí construir una hidroeléctrica poderosa.

12. A fin de volver

– ¿Y en qué se utilizaría tanta energía? Las poblaciones de ese ámbito y región son pobres.

– Se construirían en sus cercanías fábricas de fertilizantes para producir abonos utilizando las calizas del lugar, productos que son necesarios para nuestra agricultura, convirtiendo esa región en el lugar más florido del Perú.

– Y, ¿dónde piensa estudiar esos conocimientos tan avanzados? ¿Aquí?

– Estudiaré ciencias en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. E ingeniería eléctrica en algún país de Europa que tenga ríos parecidos a los nuestros de la serranía y que haya desarrollado en la instalación de hidroeléctricas, a fin de volver y convertir los ríos del Perú en alegría y bienestar de la gente.

– ¿Tiene medios económicos para hacerlo?

– La promesa de mi padre, de ayudarme. Y mi padre, si bien no tiene muchos recursos, lo que promete lo cumple.

13. Ideas claras

– ¿Quiere a su tierra? ¿Ama al Perú?

– Mi sueño es estudiar también astronomía para descubrir cuerpos celestes. Y a un grupo de ellos, ojalá que estrellas aún no localizadas, darles el nombre del Perú y de Aija, mi pueblo.

El profesor Chacaltana es severo, trejo y rijoso. Sin embargo, al terminar la clase y salir del salón, buscó un lugar apartado sacó su pañuelo y se lo pasó varias veces por los ojos.

– ¿Y cómo te fue amigo Chacaltana? –Le preguntan en el Salón de Profesores.

– Bien, hermano, la vida nos da a veces gratas sorpresas. Y aunque nosotros no lo hayamos formado, no sé por qué pero siento que mi vida se justifica. Y ya puedo jubilarme. Hoy día por fin me jubilo.

– Pero, ¿es autor del trabajo?

– ¡Y mucho más! Tiene las ideas más claras del mundo. Y me emociona saber, hermano, que viene de una provincia, de dónde tú crees que no va a salir nada. Y de dónde uno cree erróneamente que no hay nada que esperar.

14. Ciertamente, sorprende

– ¿Así?

– Viene de un lugar que creemos eriazo, desde el punto de vista de la ciencias, en donde falta todo. De allí vendrá, como ahora, la mayor de las soluciones. Y me emociona de alegría de que así sea. ¿Porque de ese modo se nos está diciendo que debemos tener esperanzas de sobra. Porque si allí nacen los árboles genuinos y gigantescos, y estas piedras preciosas, entonces quiere decir que ¡nos hemos salvado, hermano!

– Esto significa que ¿te has convencido de que él es el autor del trabajo?

– ¡Muchísimo, hermano! Pero eso ya no importa. ¡Estoy llorando, hermano! Porque mira: aquí estudian los hijos de los señores clase A. Pero viene gente humilde, que allá no tiene nada y rayan aquí. Ahí está ese chico que viene de Ica, Abraham Valdelomar. El otro de Puno, Federico More. Y ahora este joven de Ancash. ¡Genios!

– Ciertamente, sorprende. 

15. Tú lucha está ganada 

– El ser maestro da satisfacciones como esta, porque a veces es como si el ángel te abrazara. Y entonces te ahoga la emoción. Desde ahora yo postulo a Santiago Antúnez de Mayolo para el Premio de Excelencia y Medalla de Oro al mejor alumno de su generación. Y con eso me retiro de la vida magisterial.

– No olvides que lo aprueba, otorga e impone el propio Presidente de la República. Le extrañará y puede sorprenderse que no sea alguien ni de Lima ni de su clase social.

– No importa. Entonces no me jubilo sino que renunciaré. Ahora ya puedo retirarme e irme con la frente en alto, a mis cuarteles de invierno. Y aunque yo no he tenido nada que ver en su formación, pero siento que justifica mi vida. Hoy me he dicho: 'Chacaltana, ya tu lucha está ganada'. No ha sido en vano que dediques tantos años al magisterio y a trabajar sacrificadamente en la educación. 

– Y ¡a todos, invito a tomar un café!

– Vamos, pues, yo también necesito algo caliente.

16. El Perú es eterno

– Les juro hermanos, que me he emocionado. Más aún de ver a un muchacho humilde, como nosotros, como tú y como yo. La misma piel, los mismos pómulos, el mismo pelo cetrino, pero con tanta claridad de pensamiento y de alma. ¡Es increíble! El maestro también tiene derecho a algunas alegrías. ¡Salud!, aunque sea con café. 

– Tiene razón el profesor Chacaltana, colegas. En provincias, no hay laboratorios, no hay bibliotecas, ni los profesores de San Marcos son los mismos que enseñan en el Guadalupe, ni siquiera hay luz eléctrica. Y entonces, ¿cómo surgen los alumnos que de allí nos llegan?

– Aija está aproximadamente en los 3,400 metros de altitud, es decir hace un frío tremendo. 

– Por eso el Perú es eterno, indestructible, un país diamante, porque su fuerza viene de adentro, no de afuera. Por algo somos una de las siete grandes culturas de la civilización humana.

17. Lo vieron llorar

– Y, ¿quiénes han sido los maestros de este muchacho? –le pregunté–. Por poco me dice: la vida. Es decir la riqueza de experiencia de un país como el nuestro. 

– ¿Esa es también tu conclusión, querido Chacaltana?

– ¡Claro! Porque al final en la formación de este chico estamos todos. 

– Pero debe haber algo, una referencia más específica.

– Simbólicamente, me ha dicho, los caminantes, los peregrinos. Es decir, la experiencia acumulada. 

– Realmente extraordinario.

– ¡Ah, día estupendo es este! No alcanzo a explicarme, pero estoy contento.
– Todos enseñan a todos.

– No pensé que la vida me iba a deparar esta emoción estupenda, ni a premiar de este modo. Me voy feliz y contento. Me recordarán como el inconforme del Chacaltana. Yo recordaré al Guadalupe por este chico, con un gran regocijo en mi pecho.

Y al duro, rijoso y empedernido Cesáreo Chacaltana ese día sus colegas lo vieron llorar.

18. Medallas de oro

El Premio a la Excelencia y la Medalla de Oro del Colegio Nuestra Señora de Guadalupe, que significaba al mejor alumno de su generación, le fueron entregados en diciembre de 1904, por el Presidente de la República del Perú, Dr. José Pardo, al alumno Santiago Antúnez de Mayolo.

El año 1905 ingresó a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, siendo alumno predilecto del decano y matemático Federico Villarreal. 

Al graduarse de Bachiller en Ciencias, en el año 1907, recibió Medalla de Oro, siendo condiscípulos suyos: 

José de la Riva Agüero, Manuel Prado, Oscar Miro Quesada, Pedro Dulanto, La Valle, José Gálvez, Paz Soldán, Felipe Barrera, Arias Schreiber, y tantos otros, que con el correr de los años dirigirían los destinos del Perú.

En 1908 emprende viaje a Europa para seguir estudios en el Instituto Electrónico de la Universidad de Grenoble en la ciudad del mismo nombre, situada al sur oeste de Francia, en la región alpina, rica en caídas de agua como las tiene el Perú.

19. Son obras portentosas

Región aquella altamente industrializada, especialmente escogida y recomendada, para que allí siguiera sus estudios, por el profesor Guarini de la Universidad de San Marcos, conociendo que su alumno era un enamorado de los ríos que bajaban de la nevados. Fue allí que obtuvo su título de ingeniero electricista.

La modificación en los condensadores eléctricos que hizo Santiago Antúnez de Mayolo se aplican hasta el día de hoy en los aparatos radiorreceptores y equipos de la industria electrónica. Y las obras de electrificación que investigó y diseñó en el Perú son portentosas. Así:

La hidroeléctrica del Cañón del Pato, inaugurada en 1958, genera 265 mil Kw. La central hidroeléctrica del Mantaro, inaugurada en 1973, produce 1’014,000 kw. La Central hidroeléctrica de Machu Picchu, inaugurada en 1974, genera 90 mil kw. Estas tres centrales juntas representan el 45 por ciento de potencia de electricidad generada en el Perú de hoy. 

Dejó muchos otros estudios, diseños y proyectos, como la hidroeléctrica del Pongo de Manseriche y del Lago Titicaca que en el futuro se han de realizar. 

20. Autenticidad de lo que es ser un hombre

Lo importante es que sus obras, que tienen como origen los sueños, no son proyectos por comprobar sino que son realidades tangibles, algunas de ellas ya realizadas para proseguir en su potenciación. Son obras colosales que edifican, configuran y proyectan al Perú hacia el porvenir. 

Pero hay un juramento que quisiera recordar y que él lo hizo aún siendo joven, cual es ser siempre pobre en bienes materiales, no dejarse seducir ni por el dinero ni por las prebendas. Y este juramento lo cumplió a carta cabal. Jamás se orientó por ganancias ni beneficios personales. Nunca condicionó su trabajo en función de los emolumentos que tenía que percibir. O bien, todo lo que ganaba lo invertía para bien de la comunidad. O financiaba con ello algún proyecto energético que quería emprender. 

Esta quizá sea su lección principal, porque es moral. Que es la lección que nos da también en el campo del arte y la literatura y que va mucho más allá de los premios y reconocimientos que podrían hacer creer que ese es el objetivo de todo arte. Y es esto es tener al Perú eterno en el fondo del alma, porque eso es tener alma andina y ser Incas.

Santiago Antúnez de Mayolo es el poeta de la luz, los ríos, las montañas, el átomo y las estrellas, para todos quienes luchan y tienen esperanzas en la autenticidad de lo que es ser un hombre. 

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