Instituto del Libro y la Lectura, INLEC del Perú

y Capulí, Vallejo y su Tierra

12 de agosto 
Día Internacional de los Jóvenes
 
Jóvenes a la obra

Danilo Sánchez Lihón
www.danilosanchezlihon.blogspot.com

1. ¡Buenos robles!

 

Me dicen que los jóvenes ya no aman sino vacilan. Que no son ya quienes traban quereres entrañables sino amor al paso, cual es: usar y desechar.


Y yo digo que no.


Que eso ocurrirá en jóvenes que no pertenecen a una cultura como la nuestra: con fondo, lastre y arraigo. Cultura densa, contundente y acrisolada, con ancestro, prosapia y raigambre, con un rumor profundo.


Que si es cierto eso, que hay jóvenes así y que viven entre nosotros,  serán en verdad bien pocos.


Porque los jóvenes auténticos de mi comunidad yo los veo rectos, ecuánimes y briosos. Firmes y tajantes, vigorosos y límpidos. ¡Buenos robles!

 

2. Limpidez para afrontar los hechos

 

Me dicen que los jóvenes ahora eligen todo lo que es superfluo y frívolo. Y viven en el frenesí inconsciente de las discotecas.


Y yo digo que no.


Que esos serán los jóvenes de los países opulentos, que viven de la usura de una deuda que pagan nuestros pueblos y que nos cobran de modo implacable. Deuda inmoral que a nosotros no nos consta, ni que jamás hemos usado para el bien.


Por eso sus jóvenes no tienen limpidez para afrontar los hechos de la realidad con honestidad y transparencia. Que como no sufren ni le toman el peso a la situación son débiles, ligeros, a quienes bate cualquier soplo del viento.


Porque a los jóvenes de mi vecindario yo los veo poner el hombro en todo. Ayudar a sus padres en el mantenimiento del hogar. Estudiar desvelados y trabajar a brazo partido, trasladarse de un lugar a otro. Aquí se labora, aunque sea en forma rústica

 

3. Belleza, identidad y altruismo

 

Me advierten que a los jóvenes ya no les interesa la cultura, ni el arte, ni nada que sea espíritu. Huyen de algo que les huela a conocimiento o sabiduría.


Y yo digo que no.


Que esos serán los jóvenes de las clases que miran el país como su botín. Aquellos de las prebendas y canonjías. Serán los hijos de los ricos que están buscando siempre ganancias y fondos mal habidos.


Que si hay alguien así por aquí es porque lo copia de la tele que viene de otros países, que difunden modelos que a ellos les conviene para seguir nosotros sojuzgados. Y entonces emiten patrones de comportamiento que nos mantengan siempre sumisos y como sociedad de consumo.


Pero los jóvenes que conozco son serios, enterizos e íntegros. Que vibran ante cualquier manifestación de belleza, de identidad y altruismo, de la construcción de mejores condiciones de vida para su familia y para toda la comunidad donde viven.

 

4. Puños en alto

 

Me dicen que a los jóvenes solo les interesa lo fácil, lo cómodo, lo que está a la mano; inmediato y rentable.


Y yo digo que no.


Que esos jóvenes no sé quiénes son. Serán hijos a quienes no los han criado ni sus madres ni sus padres.


Que fueron amamantados por las pantallas de la televisión y después por las computadoras.


Que son hechura de los videos-juegos, o de las mangas japoneses.


O quizás de algunas institutrices indolentes, porque sus padres sanguíneos prefirieron sus fiestas, o sus viajes de placer o las frivolidades, que todo lo es cuanto por ello abandonamos el cuidado de nuestros propios hijos.


Pero los jóvenes de los pueblos entrañables que yo conozco son gente esforzada y cabal, de puños en alto, que sabe lo que es virtud, lo que es bondad y lo que es coraje.

 

5. Obsesionados por indagar en los grandes misterios

 

Me dicen que a los jóvenes les interesa ahora sólo la risotada, la chacota y el palmoteo insulso ante cualquier manifestación insulsa, barata y hasta sórdida.


Y yo digo que no.


Lo sé porque voy con ellos a las excursiones. Vamos juntos a paseos. Porque soy su profesor. Y, al contrario, digo que son austeros, eso sí un poco tímidos –¿quién no?– pero para nada complacientes con la chabacanería.


A los jóvenes de mi comunidad les interesan las grandes preguntas.


Están obsesionados por indagar en los grandes misterios del alma, de la vida y del cosmos.


Que tienen interesantes propuestas. Que están inquietos por corregir los males que se han enseñoreado sobre el mundo. Que espero de ellos grandes definiciones para el bien de nuestras sociedades.

 

6. Pero definamos ¿quiénes son jóvenes?

 

Eso es: ¿quiénes son jóvenes de a verdad?


Jóvenes, siempre jóvenes, son los héroes que se inmolaron en Arica. Entre otros: Ugarte, Zavala, Donaban.


¡Quienes juraron no rendirse! ¡Ni arriar la bandera jamás!


Quienes lucharon hasta quemar el último cartucho. Son jóvenes eternamente.


Ese anciano ínclito Francisco Bolognesi imbuida la frente de fuego sagrado. ¡Él es joven eterno!


Todo ese comando de gloria que se inmoló el 7 de junio de 1880, a quien tres veces se le pidió la rendición y las tres veces la rechazaron.


Que si se les pedía mil, diez veces mil, un millón de veces. Igual la hubieran igualmente rechazado unánimemente.


Y esto ante un enemigo cien veces, mil veces  superior en maquinaria de guerra:


Jóvenes son ellos eternamente, porque ostentan en sus frentes el fuego sagrado del honor y de la fidelidad al ideal al cual se han consagrado.

 

7. Para adorar siempre y eternamente a su tierra

 

Joven, siempre joven es Guamán Poma de Ayala quien nació el año en que ingresaban los conquistadores españoles. Y aprendió su lengua y su escritura y defendió con ellas al vencido denunciando oprobios y atrocidades. Y anduvo huyendo, expulsado de todo sitio como un réprobo.


Joven es Leoncio Prado quien liberado y hecho jurar que ya no volvería a pelear más por su patria en la guerra, caminó miles de leguas para encontrar el ejército de Cáceres, peleó a su lado y se inmoló en Huamachuco.


Joven, siempre joven es Federico Barreto quien cantó a la Tacna arrebatada y en cautiverio por mano brutal. Y al morir quiso que lo enterraran boca abajo para adorar siempre y eternamente a su tierra.


Joven es Daniel Alcides Carrión, quien siendo destacado estudiante de medicina se hizo inocular el vacilo de la verruga para mejor informar a sus profesores sobre ese mal que diezmaba a la población indígena causando muerte, desolación y dolor entre sus hermanos del ande.

 

8. Al batallón del “sufrimiento armado”

 

Joven, siempre joven, es César Vallejo, por su amor solidario al hombre y a la humanidad como realidad y entelequia.


Quien murió consumido de dolor, angustia y quebranto por la España crucificada en la agonía de una guerra infausta.


Quien murió de hambre pero despreció todo dinero. Quien sufrió el dolor humano, pero no pudieron quebrar su espíritu.


Quien amó entrañablemente a su tierra, a su gente, a los pobres del mundo a quienes los convocó al batallón del “sufrimiento armado”, donde desde entonces tú y yo tenemos un puesto reservado en esas filas.


Quien renunció a todo. Y se consagró a la solidaridad humana involucrándose con la Guerra Civil Española hasta perder por ella el último aliento y átomo de energía y con ello la vida.

 

9. Instaurar entre nosotros y para siempre la aurora

 

Joven, eternamente joven es Javier Heraud. Quien todo lo tenía, pues nació en un hogar mullido. Pero mucho más tenía de bondad y coraje, de temple e indignación en el alma ante tanta injusticia tomó las armas y fue asesinado en medio del río en Puerto Maldonado.


Quien optó por hacer flamear el amor consagrado y generoso a su patria como una espada en el aire


Y murió acribillado en medio del río incluso por la gente por la cual él luchó tanto, por la gente humilde y sencilla a quienes hostigaron los policías, quienes le disparaban hasta con escopetas a una balsa solitaria en donde él hizo flamear su camisa blanca en mensaje de paz que no respetaron.


Joven será siempre su corazón inflamado de pasión y coraje por hacer la felicidad e instaurar entre nosotros y para siempre la aurora.


Joven para siempre es Luis de la Puente Uceda.

 

10. En el fondo de un ardiente corazón

 

Porque joven es ser generosos, como ellos lo fueron. Quien se brinda íntegro en lo que piensa, cree y en lo que hace.


Quienes arriesgan la vida por un ideal.


Es tener capacidad de arrojo. Es quien se echa al camino con una guitarra al hombro y lleno de música que le borbotea dentro del alma.


Es quien se inclina conmovido y reverente ante las rosas. Quien, hunde y moja sus cabellos en el agua cristalina de los arroyos y manantiales. Quien inclina su frente y besa el cuello de la mujer amada, la adora y la besa.


Jóvenes son las playas, las montañas, las nieves eternas cuando amanece.


Joven es ser confiado, alegre, virtuoso, incólume.


Joven es quien tiene la moral, el idealismo, las virtudes. Y los sueños que se agitan como guijarros en el fondo de un ardiente corazón.

 

11. Su fuerza, su moral y su destino

 

Por eso, ¡Jóvenes!, allende de estas montañas, más allá de esa línea del horizonte que cubre la neblina, hay un país hermoso por descubrir, el país que soñamos y que vale conocer y conquistar. País que es tuyo.


Un país de fábula. Construido sobre la base de una cultura que ningún grupo humano ha podido realizar en el mundo: la utopía de la fraternidad humana, que aquí fue realidad y práctica de acción.


Hay un país de nieves impolutas y de ríos poderosos, pero más de anhelos, sueños y utopías.


Un mar de ilusiones que se elevan y traspasan el cielo con su canto, ahora todavía de añoranza que debemos convertir en himno de júbilo.


Hacia él dirijamos la luz de nuestro conocimiento y la calidez de nuestros corazones.


Sintonicemos con su refulgencia y con el caudal de esas corrientes subterráneas que pugnan por desbocarse. ¡Abracémonos!

 

Sintonicemos con su fuerza, su moral y su destino.

 

12. La esperanza como la flor suprema

 

Por eso y en razón de todo ello, ¡jóvenes!, somos los conjurados.


Que viajamos en lo alto de los camiones, que alzamos banderas, que abrimos surcos, impartimos consignas para incendiar la pradera con el bien, con el amor fraternal.


Detrás de esa línea del horizonte hay un Perú solidario, que pese a la humildad comparten su mesa con el peregrino y el forastero.


Y sé que ustedes saben asumir las causas nobles y justas con total dedicación y con puro y aureolado heroísmo.


Y es que ustedes portan el estandarte del tiempo nuevo. Y es que ustedes son los adalides de un tiempo nuevo.


Por eso, brindemos. Por subir a las montañas y a la reserva moral de nuestras nieves eternas para amar mejor, para construir la utopía andina de la ternura y la fraternidad humanas.


Por alzar los andenes nuevos del canto a la vida, para entonar con alma matinal la endecha al amor sublime. Y por forjar la esperanza y redención de nuestro pueblo, como la flor suprema.

 

 

ººººººººººº

 

Ebrios de caminos
Danilo Sánchez Lihón

 

1.


Es de noche
en Santiago de Chuco, donde
celebramos
la vida, la esperanza y redención
del hombre.
Cantamos todos en un círculo
de amigos,
profesores y jóvenes estudiantes
de pedagogía.

 

2.


Santiago de Chuco es un punto
tan alto
y tan hondo que pareciera
estar
ya fuera y ya muy dentro
de todo,
muy próximo a las estrellas
y galaxias
pero muy profundamente inserto
a galaxias,
en la entraña más honda de la tierra
y del hombre.

 

3.


Alguien
empieza a cantar. ¡Y cuántos caminos,
quereres
y sueños en la evocación se agolpan
en el alma.
Siento que a partir de ahora se abren
nuevos senderos
por donde orientaremos nuestros pasos
futuros.

 

4.


Otras canciones hacen referencia
en sus letras
al destino indescifrable, sea grande
o pequeño,
que se ensaña con la gente sencilla;
aconteceres
ocurridos en alguna cornisa del tiempo,
y encerrados
en algún pliegue del alma; desengaños
de este mundo
que día a día anochece y amanece
estremecido,
herido o conturbado pero nunca
indiferente.

 

5.


Luego
bailamos y tras los rostros ilusos
la vida
mira temblorosa el arcano que somos;
la época
presente, la historia que nos arrebata
y corresponde
asumir, donde contemplamos aquel
nudo
y encrucijada de caminos que lleva
cada uno
tatuada en el alma, como una consigna
una marca
de fuego en lo más recóndito y que hace
la dicha y la pena.

 

6.


Se recita
a Manuel Scorza, a Sebastián Salazar
Bondy; a Calvo, a Florián.
A Juan Gonzalo Rose, a Javier Heraud.
Se musitan
¡cómo no!, y luego se gritan los poemas
de César Vallejo.
sintiendo la urgencia de consagrarnos
más aún
a la causa del hombre, al amor, la belleza
y hacer la gesta
de cambiar definitivamente y para siempre
esta situación.

 

7.


Se insta
a erigir aquí y ahora lo incorruptible,
a izar
en este suelo la dignidad, la alegría
y la esperanza.
Se recuerdan a los héroes inmolados
por legarnos
una patria hermosa. Se pone otra vez
el dedo
en la llaga de tantas heridas, en dolores
pendientes,
en deberes inaplazables por los cuales
ofrendar
la vida; por la causa irredenta de la justicia
social.

8.


Declaramos
que es a partir de nuestro corazón
generoso
de donde debe iniciarse las apuesta
por la vida nueva
y la forja de un mundo mejor. Prometemos
que todos
debemos cerrar filas y militar a favor
de las causas
justas de la humanidad: una, mil y cien
veces mil
hasta que todo quede consumado. ¡Ese
es el juramento!

 

9.


El bordoneo
de una guitarra y la honda quejumbre
de una serranita
nos hiere, conmueve y lacera el alma,
nos inclina
a mirarnos extasiados en el hontanar
de lo inmarcesible.
El torbellino de los años se agolpa y nos
evidencia
el milagro de vivir en el afecto y cariño
sincero
de camaradas y hermanos. Se reclama
imbuirnos
de coraje y heroísmo, y de jamás
claudicar;
de hacernos fuertes, invencibles, vibrar
siempre
juntos y ser un solo puño y un solo
 latido.

 

10.


¡Qué
hermoso que las canciones se eleven
y recuperen,
del remolino que los envuelve nuestros
cariños,
más sentidos, la limpidez de aquellos
ojos
negros, la falda de la niña imborrable
quien
desde el país de la infancia aún nos
extasía
nos mira y da valor para afrontar
los retos
a cumplir en estos tiempos aciagos.

 

11.


¡Qué hermoso
que entre tanta ruina, socavón
y llaga,
entre tanto charco y tanta espina
sobresalgan
todavía flores silvestres tan puras
e imperecederas,
la ternura que llevamos palpitante
en el alma.
El rostro de la muchacha que baila
es candoroso,
el abrazo de los amigos y el recuerdo
de los que partieron
a morir en las montañas es un reto
a cumplir
y una deuda a saldar en nuestras
vidas.

12.


Qué milagro
coincidir aquí y ahora en este tiempo
desgarrado
en que es tan difícil unir voluntades.
Tiempo
dulce y amargo, formando todos
un puño
cerrado firmemente para sostener
duras
contiendas, unidos los que ahora
aquí estamos.
Y así, juntos, sentirnos llamados
a emprender
grandes hazañas y empeños
sublimes.

 

13.


Y así
proclamamos en Santiago de Chuco
nuestra
unción a la revolución mundial,
sabiendo
que lo mejor que podemos ofrecer
es nuestra
sangre, nuestro corazón bondadoso,
la vida
que es milagro, el manantial de estas
lágrimas
que juntos derramamos emocionados.
Y, al final,
el cofre de nuestra sangre atribulada.

Danilo Sánchez Lihón

Instituto del Libro y la Lectura del Perú

Ir a índice de América

Ir a índice de Sánchez Lihón, Danilo

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio